El servicio se realiza de manera gratuita en el hospital Abel Gilbert Pontón
Cinco minutos demora controlar un marcapasos
La fatiga y el cansancio hicieron que el corazón de María Antonieta Garay perdiera el ritmo y la frecuencia necesaria para latir, por lo que en abril de 2010 los médicos le implantaron un marcapasos. A partir de entonces los chequeos se volvieron importantes para establecer la condición del dispositivo.
Luego de conocer que el hospital Abel Gilbert Pontón (sur de Guayaquil) cuenta con el servicio gratuito de control de arritmias, su hija, María Contreras, la acompañó a la primera revisión de este año.
El cardiólogo delegado para las atenciones, Luis Alberto Gómez, revisó el aparato electrónico de María Antonieta mediante un programador de marcapasos que permite modificar el dispositivo, observar sus propiedades y hacer el seguimiento.
“Cuando son pacientes controlados frecuentemente, el chequeo puede durar de 5 a 10 minutos, pero la programación de un marcapasos recién implantado tarda hasta 15 minutos”, señala Gómez.
El especialista indica que los programadores utilizados en el control cuentan con la capacidad de verificar las propiedades del dispositivo y la longevidad de la batería, que generalmente dura 8 años.
En el caso de María Antonieta, Gómez señala que con los chequeos se logró aumentar la vida útil del aparato, de 4 a 5 años. De allí que es importante que las observaciones se realicen una o 2 veces al año.
Las enfermedades cardiovasculares, como consecuencia de los trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, son la principal causa de muerte en el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2008 murieron 17,3 millones de personas por esta causa.
Los principales motivos para padecer una enfermedad vascular son el consumo de tabaco y la falta de actividad física, pero la frecuencia cardíaca baja, reflejada en desmayos, y fatiga, pueden ser los indicadores para el implante de un marcapasos.
Gómez aclara que la edad no influye y que cada paciente debe cuidar su estado físico evitando, por ejemplo, el contacto con puertas magnéticas.