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La pérdida del hábitat origina que los animales migren y se altera el ecosistema
Cientos de polluelos de la Reserva Ecológica Ilinizas murieron quemados en sus nidos
Anfibios, reptiles, insectos y pequeños mamíferos (roedores y conejos) son los grupos de animales más vulnerables en los incendios forestales. ¿Por qué? Este tipo de fauna tiene un rango corto de movilidad, lo cual les dificulta escapar del fuego.
En lo que va del verano, las llamas consumieron 1927.15 hectáreas de las áreas protegidas del país. A través de un informe, el Ministerio del Ambiente (MAE) informó que la zona más afectada es la Reserva Ecológica Ilinizas (Cotopaxi), hogar de 400 especies de aves, 43 tipos de anfibios y 23 clases de reptiles. Ahí, el fuego terminó con 850 hectáreas. Murieron conejos, lobos de páramo, venados y zorrillos.
En el Parque Nacional Cajas (Azuay) 317 hectáreas (ha) se redujeron a cenizas, las llamas acabaron con anfibios, conejos, páramos y matorrales. Después del Cajas, el Refugio de vida Silvestre Pasochoa (Pichincha) es la tercera zona más perjudicada. De las 500 ha que conforman el refugio, 300 se quemaron. En el Pasochoa habitan 14 ejemplares de colibríes, además de 232 especies de plantas, entre ellas las orquídeas.
El biólogo Ricardo Albán, de la Universidad Internacional, explica que los incendios forestales generan doble impacto en la fauna. El primero se da en el incidente, cuando las llamas consumen las especies, mientras que el segundo ocurre luego de las quemas, cuando los animales sobrevivientes se movilizan a otros sectores por la pérdida de su hábitat.
Esto pasa -principalmente- con las aves que se ven obligadas a migrar; los ejemplares adultos logran escapar, pero los polluelos mueren en sus nidos. El grupo más afectado es el de las aves de sotobosque, aquellas que habitan entre el suelo y los 2 metros de altura, como el búho terrestre (ver fotografía). Los pequeños mamíferos, en cambio, mueren en sus madrigueras producto del exceso de calor y el humo que los asfixia. Las crías tienen menos posibilidades de sobrevivir.
Albán sostiene que estos animales cumplen una función ecológica. Los insectos, por ejemplo, se encargan de la polinización, mientras que los anfibios -a través de su alimentación- son controladores de plagas. Los roedores, por su parte, contribuyen al equilibrio del bosque como consumidores de semillas y alimento para los depredadores. “La disminución de sus poblaciones repercuta en el equilibrio natural de una zona”, señala Albán.
Además, la ceniza y el carbón producto de la combustión van a las corrientes y fuentes de agua, tornándolas turbias, lo que disminuye su calidad para el consumo de cualquier ser vivo. También se producen efectos graves de sedimentación e impacto en la fauna acuática.
En cuanto a la vegetación, el ingeniero forestal Luis Pillajo, de la Escuela Politécnica Nacional, indica que gran parte de las plantas muere a temperaturas superiores a 45°C. En un incendio se registran temperaturas de hasta de 1.000°C.
Los incendios reducen la diversidad florística del bosque al mínimo y aún después de entre 6 y 10 años, la fauna que habita en una hectárea de bosque no logra recuperarse. Entre la flora afectada que registra el MAE están los pajonales, frailejones, arbustos, chaparrales, matorrales, bosques de pino, eucalipto, árboles de mortiño y capulí.
Cristhian Terán, ministro subrogante de Ambiente, dice que frente a los últimos incendios la cartera de Estado cuenta con un plan de recuperación forestal, es decir que en las zonas afectadas se sembrará vegetación propia del lugar. En la actualidad, 120 guardaparques de las 11 áreas protegidas afectadas participan en acciones de mitigación.
Impacto en el suelo
Pero los problemas que el fuego trae a la naturaleza no solo terminan con la flora y la fauna, el suelo también sufre las consecuencias.
El ingeniero ambiental Nicanor Briones explica que las altas temperaturas producen pérdida de humedad y materia orgánica. Esto crea cambios perjudiciales en la estructura y textura, lo que incrementa la escorrentía (lámina de agua que circula sobre una superficie). Si esto ocurre, las consecuencias serán visibles en el invierno. La tierra será más propensa a precipitaciones y el potencial de erosión aumentará generando deslizamientos e inundaciones.
El experto agrega que las creencias rurales de realizar quemas son erróneas, porque al quemar los bosques -acaban con la mitigación del efecto erosivo del suelo y con la materia orgánica que se encarga de nutrir la tierra. (I)
Incendios en California, la peor temporada
Dos de los mayores incendios forestales que se mantienen activos y destruido más de un millar de viviendas en el norte del estado de California este fin de semana fueron controlados por el Cuerpo de bomberos. Esto ha permitido que algunos de los residentes evacuados hace una semana regresaran a sus casas, informaron las autoridades.
El denominado ‘Incendio del Valle’, ubicado en el norte de la región vinícola del valle de Napa, arrasó cerca de 30.000 hectáreas, según el Departamento de Bomberos y Protección contra Incendios de California, más del doble de lo que ocupa San Francisco.
“La temperatura aumenta y la humedad cae”, explicó Josh Rubenstein del departamento de Bomberos.
Asimismo, las autoridades sostienen que los dos incendios, en los que fallecieron 5 personas, ponen de manifiesto la gravedad de la temporada de incendios en una California azotada por la sequía y que podría convertirse en la peor temporada de la historia.
El otro gran incendio de Butte calcinó más de 28.000 hectáreas. Muchos de los árboles alcanzados por el fuego corren el peligro de caerse. (I)