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El Telégrafo
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Al mes, unas 55 personas con discapacidad consiguen trabajo en Guayaquil

Cerca de 50 mujeres con capacidades especiales serán homenajeadas

Nelly Ozaeta trabaja hace 7 años en la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) como asistente del área de Trabajo Social. Foto: Lylibeth Coloma
Nelly Ozaeta trabaja hace 7 años en la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) como asistente del área de Trabajo Social. Foto: Lylibeth Coloma
07 de marzo de 2014 - 00:00

Cerca de 15 minutos tarda Nelly Ozaeta en llegar a su trabajo. Los buses y las caminatas nunca fueron alternativas, sino el uso de taxis, debido a su condición física. Pero el gasto diario en este transporte hizo que se mudara hace 4 años a un departamento cerca a donde labora. Desde entonces, recorre las calles en su silla de ruedas.

La inmovilidad ha sido una lucha que Nelly enfrenta desde que se infectó con el poliovirus a la edad de un año. La infección fue la causante de la poliomielitis, una enfermedad que ocasiona parálisis muscular e inclusive discapacidad.

“Mi familia era de escasos recursos y se mudó de Portoviejo a Guayaquil, para hacerme tratar. Recuerdo que me arrastraba porque no podía caminar, hasta que tuve mi primera silla de ruedas, a los 12 años”, manifiesta Nelly.

Pese a las condiciones de su entorno y la discriminación que sufrió cuando aún era una niña, logró culminar sus estudios secundarios. Su vida se dividía entre los tratamientos y operaciones, como cuando le detectaron escoliosis a los 15 años y debió ser intervenida quirúrgicamente en su columna, previo a otro procedimiento en la cadera, por la falta de movilidad en las piernas.

El Consejo Nacional de Igualdad de Discapacidades (Conadis) determinó que su afectación física representaba el 100%.

Nelly no desmayó hasta alcanzar sus objetivos. “Siempre había tenido el sueño de un empleo”, comenta. Antes realizaba actividades de manera informal en su vivienda, entre ellas, clases a niños y venta de cosméticos por catálago.

Aunque no concluyó los estudios superiores por falta de vehículo propio y recursos para los materiales para la clase, realizó cursos en Contabilidad e Informática y hace 7 años consiguió su primer empleo.

Desde entonces se desempeña como asistente de Trabajo Social en la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), en donde orienta a los trabajadores, recibe documentos como certificados médicos y realiza gestiones propias de su área.

“Las personas con discapacidad somos igual al resto y queremos la oportunidad de demostrar que podemos vencer obstáculos”, refiere Nelly.

La superación y constancia de Nelly serán motivo del homenaje que hoy realizará el Servicio de Integración Laboral (SIL) de la Federación Nacional de Ecuatorianos con Discapacidad Física (Fenedif) a alrededor de 50 mujeres, previo a su Día Internacional.

Desde 2006 la organización ayuda en la inserción laboral de este colectivo y realiza capacitaciones semanales, así como cursos gratuitos a los beneficiarios y a las empresas en temas de buen trato.

La coordinadora del SIL en Guayas, Eva Palacios, señala que en 2013 lograron conseguir plazas de trabajo para 75 personas por mes, aunque este año la cifra alcanza solo las 55.

Según la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), el empleo es una de las principales vías de inclusión social de las personas con discapacidad, ya que a más de generar autonomía y autoestima, aumenta la cohesión social y aprovecha un capital humano.

La OISS lanzó en 2012 el ‘Programa sobre empleo de las personas con discapacidad en Iberoamérica’ y dio a conocer que 70% de estas personas en edad de trabajar no tiene empleo.

Gladys Alcívar Bermello, de 39 años, no forma parte de la estadística. Aunque padece de epilepsia y bipolaridad logró ingresar como cajera a una red farmacéutica hace 4 años. El tratamiento con neurólogos, psicólogos y psiquiatras ha permitido que el 36% de su discapacidad mental no sea limitante para sus actividades diarias.

Rina Guzmán Freire también afronta su discapacidad de lenguaje. Para ello evita esfuerzos como correr o gritar. Asegura que su vida se ha desarrollado con normalidad, pese a que nació sin esófago y no cuenta con cuerdas vocales, por lo que usa un traqueótomo. Es digitadora y recibe apoyo de su familia y su grupo de trabajo.

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