Celular causa calentamiento interno
En la época de las tecnologías de la información y la comunicación es difícil no mantenerse interconectado. Amigos, familia, trabajo y noticias están tejidos por un “hilo invisible” que se llama Internet, la gran red mundial en la que casi todo se conoce y poco queda oculto del escrutinio público.
De acuerdo a la última encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en el año 2010, un 76,3% de la población ecuatoriana cuenta con teléfono celular, la Internet llega al 13%, mientras que el 26,3% posee una computadora.
Pese a las ventajas de los nexos virtuales y la constante avalancha de datos, algunas organizaciones internacionales y especialistas afirman que no todo es positivo cuando el tema se analiza desde el punto de vista de la salud.
Posibles casos de cáncer, irritaciones a la piel, cefaleas, hipersensibilidad visual y otros malestares se deben a los efectos de las ondas electromagnéticas no ionizantes como las radiaciones UV, la luz visible y radiofrecuencias, que se emiten a través de los celulares, la iluminación artificial, los tomacorrientes, los microondas y otros artefactos que forman parte de la vida moderna.
“Cuando la radiación interacciona con el tejido vivo lo hace modificando el material celular. La radiación posee energía y esta puede ser transmitida a la célula produciendo, por ejemplo, que aumente la temperatura del material celular”, explicó Víctor Hugo Rivadeneira, especialista en Medicina Psiónica Radiofónica.
Según Rivadeneira, las células están constituidas un 80% por moléculas de agua. La radiación hace que se separen y se generen los llamados “radicales libres” que son compuestos químicos que alteran las demás moléculas y que tienen importantes consecuencias relacionadas con la salud.
“El principal efecto que producen estas ondas es el calentamiento interno en el cuerpo humano. La tecnología ha avanzado y las ventajas son muchas, pero también sus resultados. Hace falta que la gente esté más preparada para aquello”, sostuvo el decano de la Facultad de Ingeniería y Computación de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), Miguel Yapur Auad.
Afirmó que la altura de las torres y antenas de señales radiofónicas y celulares incide en la mayor o menor emisión de campos electromagnéticos, así como el cableado que usualmente se encuentra en las viviendas. “Es importante permanecer en un área despejada de conexiones eléctricas, al menos en el momento de dormir. Las laptops, los cargadores de celular y computadoras, los televisores deben mantenerse a distancia”, aseguró.
El especialista se refirió a un estudio realizado por la Espol en 2011 en el que se comprobó -luego de la instalación de antenas en un grupo de residencias- cómo las ondas produjeron dolores de cabeza constantes. Explicó que cuando las antenas fueron removidas desaparecieron las molestias. “Si el teléfono tiene opción de ‘manos libres’, hay que usarlo siempre que sea posible, pero sin utilizar audífonos, pues actúa como antena y concentra más las ondas. Al hablar hay que alejar el teléfono de la cabeza”, fueron parte de las recomendaciones del médico iridiólogo Ricardo Cordero Coral.
La Organización Mundial de la Salud sostuvo que varios estudios determinan afección de radiofrecuencia en la actividad eléctrica cerebral, la función cognitiva, el sueño, el ritmo cardiaco y la presión arterial.
De su parte, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer clasificó los campos electromagnéticos producidos por los portátiles como posiblemente carcinógenos para los seres humanos.
El uso de celulares se ha universalizado: en el mundo hay unos 4.600 millones de contratos de telefonía móvil.