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Los emprendimientos locales ofertan productos para esta población
Celíacos exigen normas y leyes de protección
La sensibilidad, la intolerancia o la alergia a la proteína del gluten, que está presente en cereales como la cebada, trigo, avena, centeno, puede causar en una persona deshidratación y alteraciones gastrointestinales, si no se lleva una dieta que esté libre de este componente.
Hoy que se conmemora el Día Internacional del Celíaco, quienes padecen esta enfermedad autoinmune exigen leyes de protección para su salud y normativas de control que permitan verificar que los alimentos libres de gluten no estén contaminados. María Lorena Coello, de 44 años, quien fue diagnosticada como celíaca por ataxia de forma tardía -a los 34-, asegura que en el país los celíacos “no existen”. “Necesitamos leyes como las hay en Argentina, Venezuela, Brasil, El Salvador. Un celíaco no debe ser considerado como una persona con discapacidad, a menos que la enfermedad haya sido diagnosticada tarde y comprometido otras cosas, como me ocurrió a mí”.
Coello, quien dirige una agrupación de celíacos, a diario sube información sobre esta enfermedad en el Facebook. Asegura que faltan fundaciones, impartir charlas en las escuelas y campañas a nivel nacional.
Janeth Gordillo, responsable del Servicio de Nutrición del Hospital Universitario, explica que entre los principales problemas que tienen los niños celíacos cuando no son diagnosticados es confundir mucho los síntomas con los de intolerancia a la lactosa o procesos infecciosos intestinales que presentan deposiciones diarreicas, pérdida de peso, lo que se llama depleción de volumen, que es peligroso porque la mayor parte de su composición corporal está formada por agua.
En el caso de los mayores, no pueden consumir bebidas como cerveza o whisky, ya que su proceso de fermentación incluye trigo, avena o cebada. Ana Batallas, propietaria de Caramell Gluten Free, quien hace 7 años fue diagnosticada con la enfermedad celíaca, ve cómo el mercado de productos libres de gluten se ha expandido. Dice que en relación a lo que pasaba hace siete años hay una mayor cantidad de productos en los supermercados, debido a la demanda que existe actualmente, a pesar del alto costo.
No obstante, Batallas considera que no hay un adecuado manejo de perchas. “Hace falta que haya registros sanitarios, gente especializada para inspeccionar los lugares en los que se elaboran los productos que se ofertan”, dice esta madre de familia, originaria de Ambato.
Recuerda que en una ocasión, al comprar unas galletas, empezó a tener síntomas característicos de la enfermedad. “Mi esposo me preguntó qué me pasaba. Comprendí que hay quienes se meten en la onda sin gluten sin tener un control de la contaminación cruzada”.
Lo mismo le ocurrió a María Lorena: tras una masticada a un macarrón sin gluten convulsionó y cayó en cama durante 5 días debido a su extrema sensibilidad a esta proteína. Niños con trastorno de Asperger también comen sin gluten.
Julianne Hernández, quien tiene un hijo con síndrome de Asperger, decidió hace 4 años emprender Campher Gluten Free, un negocio en el que ofrece desde panes de almendras, de banana, galletas, chocoavellanas, cupcakes y mantequilla de almendra.
Reconoce que no tiene un diagnóstico que determine que su hijo es intolerante al gluten, pero sí se ha percatado de sus reacciones cuando consumía alimentos con gluten. “Un día comió una galleta de arroz, pero tenía también maíz y se le hicieron llagas en la boca”.
“A raíz de que se fue limpiando su alimentación fue mejorando a nivel cerebral y cognitivo, tampoco se enferma de gripe”, asegura Hernández. Precisamente por todo ello, el nutricionista Edwin Macancela, de Veris Centrales Médica, recomienda hacer un listado de los alimentos que se consume, al menos 3 días a la semana, que causarían síntomas y comprometen su calidad de vida. “La enfermedad aparece en cualquier época de la vida, cuando se es un gestante o en la adultez”. (I)