Mauricio Suárez y Wendy Quimí nacieron con discapacidad intelectual. Ambos aprendieron a leer con pictogramas, cuentos en alto relieve y fichas con figuras que fueron creadas por sus propios docentes.

Con esos recursos los jóvenes que estudian el bachillerato en la unidad educativa especializada Manuela Espejo (Guayaquil) asocian artículos con acciones.

Ellos ayer fueron parte del Encuentro Regional de Buenas Prácticas Inclusivas en la comunidad educativa, evento organizado por el Ministerio de Educación (MinEduc) y que continúa hoy.

En la jornada, que se inició en el auditorio del Instituto Tecnológico Bolivariano, 1.000 docentes conocieron sobre adaptaciones curriculares, metodologías y estrategias de aulas para los distintos tipos de necesidades educativas especiales asociadas a la discapacidad.

La población
En Ecuador, según la Cartera de Estado, existen 46.109 estudiantes con esta condición insertados en el sistema educativo.

El colectivo se prepara en las ofertas ordinaria y extraordinaria. La primera atiende a 36.886 estudiantes en 8.529 planteles ordinarios; y la segunda, a 9.223 en 145 planteles especializados.

Isabel Maldonado, subsecretaria de Educación Especializada e Inclusiva, explicó que el encuentro busca fomentar las prácticas de integración. Muchas veces -agregó- es vista como un enfoque de discapacidad.

“Lo que se transmite con este encuentro es aceptar a todos dentro de las aulas y hacer adaptaciones curriculares. La inclusión atiende necesidades  asociadas a una discapacidad y otras”.

Las vinculadas a la discapacidad son la intelectual, física-motriz, auditiva, visual o mental, multidiscapacidades, y trastornos generalizados del desarrollo (autismo, síndrome de Asperger, síndrome de Rett, entre otros).

Yuli Mina y Joel Ibarra tienen discapacidad intelectual y ya han aprendido a preparar masas para postres y bocaditos. Ellos cursan el tercer año de bachillerato.

La docente Mariela Yagual recordó que desde primero  les enseñó sobre el manejo de cubiertos, cocinar para su propia supervivencia y autonomía. “Al graduarse tendrán un emprendimiento con apoyo de sus padres o realizarán trabajos como ayudantes en un restaurante”.

Asimismo, Daniela Alvarado, Antony Velásquez, July Mendoza y Joshua Quishpe, del Anne Sullivan, utilizaron materiales reciclados (botellas y cartón) para transformarlos en un portatoallas, cubiertos y adornos para puertas. Ellos aspiran a ingresar a la universidad.

Otros estudiantes de unidades especializadas expusieron diferentes trabajos manuales, como retratos y floreros de fideos, botones y bolichas.

El tratamiento
La psicóloga Magaly Agudo aseguró que el encuentro enriqueció las experiencias de los chicos y ayudó en el desarrollo de las habilidades lingüísticas de cada uno.

Luis Silva, docente del Cetad Libertadores, que atiende a menores con problemas de drogas, trabaja en la reintegración del grupo etario al plantel. Algunos obtuvieron un cupo en la alma mater pública.

Por su parte, Gisella Chóez, docente de aulas hospitalarias del nosocomio Francisco De Icaza Bustamante, resaltó que en el programa estatal ayudan a la continuidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, en especial de niños que presentan enfermedades catastróficas.

Los casos que ellos atienden son parte de las necesidades educativas especiales no asociadas a la discapacidad, como dislexia, discalculia, disgrafía, disortografía, disfasia, trastornos por déficit de atención e hiperactividad y del comportamiento.

También están las situaciones de vulnerabilidad: enfermedades catastróficas, movilidad humana, menores infractores, víctimas de violencia, adicciones y otras situaciones excepcionales previstas en el presente reglamento. Además las de dotación superior: altas capacidades intelectuales.

La Subsecretaría de Educación Especializada e Inclusiva informó que el Acuerdo 029513 (referente a la atención a los estudiantes con necesidades educativas especiales en establecimientos ordinaria o en instituciones) será actualizado y adaptado.

De igual manera,  las autoridades presentarán un convenio de oferta de educación extraordinaria, que regulará el manejo de la atención a los menores de edad considerados superdotados. (I)