Un grupo de mujeres de Chimborazo se capacitó sobre derechos de protección e interculturalidad, con el objetivo de que se las respete.

En el encuentro, que se desarrolló simultáneamente en 10 cantones, se analizó la violencia que afecta tanto al colectivo femenino como en los miembros de la familia.

Ana Curillo, vicepresidenta del Concejo Cantonal del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), aseguró que parte de las víctimas piensa que si salen del hogar no tienen a dónde acudir, pues el esposo es el principal sustento económico. “Al verse solas creen que no van a poder progresar y prefieren seguir en ese entorno”.

Para la funcionaria, los municipios deben crear casas de acogida para quienes sufren maltrato.

“Así ellas sabrán que al salir de su casa tendrán un sitio en el que las recibirán hasta que puedan valerse por ellas mismas. Esto cortará la cadena de maltrato”.

La propuesta será presentada primero al alcalde de Riobamba con el propósito de que sea analizada y se incluya dentro del presupuesto anual. Posteriormente se la socializará a otros cantones para que los burgomaestres la tomen en cuenta.

Según el Consejo de la Judicatura, en 2017 se receptaron 1.500 denuncias sobre violencia intrafamiliar, mientras que en 2018 la cifra aumentó a 3.547.

La institución señaló que el incremento se debe a que las personas han perdido el miedo a denunciar y ahora se sienten respaldadas.

“Por ejemplo, una de cada 10 mujeres denunciaba el maltrato hace dos años, pero en 2018 aumentó a cinco de cada 10”, precisó Verónica Tapia, funcionaria del Consejo de la Judicatura.

Asimismo indicó que existe un gran porcentaje de hombres afectados por la violencia dentro del hogar.

“Si para una mujer suele ser difícil, para ellos igual. Los grupos de gais, lesbianas y transexuales están entre los más vulnerables en esta situación. Pero queremos que sientan la confianza para que se acerquen hasta la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía”, añadió. (I)