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El Telégrafo
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En casa y en el colegio hay que hablar sobre sexualidad sin tabúes

Aunque las redes sociales sirven para comunicarnos, los adolescentes sin información sobre sexualidad son proclives a caer en redes pornográficas.
Aunque las redes sociales sirven para comunicarnos, los adolescentes sin información sobre sexualidad son proclives a caer en redes pornográficas.
Cortesia / El Tiempo
23 de junio de 2019 - 00:00 - Bernarda Ordóñez

Él “estaba en redes” se escuchó en Cuenca cuando Juan V., conocido como “El Mangajo”, fue procesado por delitos de violencia sexual a adolescentes y pornografía.

En 2018 fue sentenciado a más de 29 años de prisión por el delito de violación a una joven de 15 años; aún quedan pendientes otros 10 procesos.

En un sistema de justicia tortuoso, esta sentencia es la primera forma de reparación del daño.

Varias conductas ilícitas de “El Mangajo” se publicaron en redes sociales como Facebook e Instagram. Estos fueron los canales que usó para contactar a las adolescentes.

La legislación protege la indemnidad sexual de las menores de edad porque se entiende que no han alcanzado la madurez para comprender las implicaciones del acto sexual. Por ejemplo, el Código Orgánico Integral Penal (COIP) dicta que toda relación sexual con un menor de 14 años es violación, o cuando la víctima está privada de la razón como ocurre con el alcohol y las drogas. Elementos presentes en este caso.

Las redes sociales surgen por la necesidad de comunicarnos. Sin embargo, los adolescentes sin información sobre sexualidad son vulnerables a un sinfín de circunstancias, como encontrarse con sujetos como “El Mangajo”, con redes de pornografía y con trata.

En internet hay contenido de todos los temas; desde el celular se interactúa con personas que no se conoce. Para muchos jóvenes la pornografía y sus representaciones violentas es lo que conocen sobre las relaciones sexuales.

El COIP establece el delito “contacto con finalidad sexual con menores de 18 años por medios electrónicos” con prisión de uno a 3 años. Más allá de hacer juicios de valor, es necesario que en casa y colegios se hable sin miedo y sin tabúes de la sexualidad. La educación es la mejor herramienta para reconocer a abusadores. (O)

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