Carreras innovadoras no despegan por carecer de adecuada promoción
Las ingenierías en Polímeros, Ciencias del Agua, Ecosistemas y Geociencias están en el grupo de carreras universitarias con poca demanda entre los que postularon a un cupo en las 30 universidades en las últimas dos convocatorias.
La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) notó esa tendencia, entre las 2.159 carreras existentes del país, luego de finalizado el proceso de admisión en las instituciones públicas de tercer nivel.
La primera ingeniería citada es de la oferta Yachay Tech de Urcuquí (Imbabura). Según Édgar Moncayo, coordinador de servicios escolares, la poca demanda se debe al desconocimiento de los jóvenes sobre la utilidad de los polímeros.
Esta especialidad, que tiene 9 alumnos, permite desarrollar conocimientos sobre las características, aplicaciones, desempeño y comportamiento de polímeros como el plástico, nylon y el caucho. “Los estudiantes laborarán en la industria petroquímica, farmacéutica e innovación”.
A Yachay Tech -añadió- le resulta complicado lanzar una campaña de promoción para informar de estas opciones académicas.
El resto de las carreras, 10 en total, tienen acogida. Allí se forman 1.087 alumnos. Al 40% de ellos les brindan ayuda económica y becas.
El semestre de nivelación que realizan es uno de los más exigentes. El 50% accede a la carrera. “Ese es un problema, pensamos mejorarlo y reducirlo a 40%. La reprobación se debe a que el nivel del bachillerato no es bueno”.
Apuesta a futuro
En la región oriental está la Universidad Regional Amazónica (Ikiam) con cinco años de existencia. La institución, con 10 carreras, tiene tres con poca demanda.
Para Caroline Bacquet, vicerrectora académica de la institución, la falta de interés de los jóvenes radica en lo novel de algunas carreras como Geociencias, Ecosistemas y Ciencias del Agua. La primera tiene 9 estudiantes, la segunda 12 y la tercera 13.
La autoridad explicó que la alma mater, que es nueva, necesita consolidarse. “Nos cuesta más convencer a los chicos para que postulen porque esas carreras no son mediáticas”. Sin embargo, la propuesta responde a las necesidades del país.
Son necesarios, por ejemplo, el manejo de hidrocarburos y los conocimientos sobre ciencias del agua, cuencas y fuentes hidrográficas.
Para Bacquet debe existir un equilibrio entre lo que quieren los alumnos y lo que el país necesita, ya que las carreras tradicionales están saturadas laboralmente.
Por eso -argumentó- Ikiam le apuesta a carreras innovadoras en las que los mercados se están abriendo. “Cuando los chicos salgan esos temas serán vitales en escenarios de cambio climático y crisis energética; no solo en Ecuador, sino en todo el mundo”. La institución le apuesta al futuro.
Con el fin de incentivar a los jóvenes en la preferencia por estas opciones, Ikiam brinda en cada feria educativa información clara y detallada de sus carreras, aunque considera que aún le falta trabajar.
Para la directiva, una ventaja de Ikiam es el acceso directo a objetos de estudio como canteras contaminadas de petróleo, cuencas degradadas o la gran biodiversidad. “El campus está inmerso en la naturaleza”.
La situación
David, quien es bachiller y reside en Quito, escogió estudiar Comercio Exterior. Su lógica para seleccionarla fue la información que tenía sobre esa carrera. Era sobre la que más sabía. El futuro universitario cree que no existe una orientación adecuada que les permita seleccionar bien.
En Guayaquil, Pedro Valencia, otro bachiller, expresó que nunca escogería Literatura o Creación Teatral, pues ha escuchado a sus padres decir que es muy difícil vivir del arte. “En Administración o Derecho siempre se abren plazas de trabajo”.
Sobre la tendencia, la subsecretaria de la Senescyt, Fernanda Maldonado, coincide en que ciertos jóvenes no postulan por las no tradicionales porque desconocen sus contenidos. “Es necesario que revisen la oferta, el pénsum y que indaguen”.
Las universidades tienen autonomía para mantener o cambiar las carreras con poca demanda. “Nosotros informamos para que analicen si mantienen la oferta, la cambian o generan una estrategia específica para socializarlas”.
De su lado, la orientadora vocacional María Peña sugirió a los directivos de los colegios que organicen visitas a las ferias de carreras universitarias o a los rectores del alma mater que realicen exposiciones en los colegios para que los jóvenes se interesen. “Sobre todo en los centros más humildes, ya que allí hay chicos que no tienen padres universitarios y que necesitan que les acerquen el saber”.
Para ella, se tiene que trabajar a fondo en el tema de vocación profesional porque los colegiales ignoran qué hace un profesional en ciertas ramas. (I)
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23 países reconocerán títulos de tercer nivel
Un total de 23 países firmaron el Convenio de reconocimiento de estudios, títulos y diplomas de educación superior en América Latina y el Caribe.
Dicho documento compromete a los Estados signatarios a respetar la normativa específica que rija en cada uno de ellos. Con este compromiso político se favorecerá la movilidad académica de la región, con sus impactos positivos tanto en la cooperación intrarregional como en la tan ansiada integración regional.
Su implementación, una vez adoptado y ratificado por los Estados partes, contribuirá significativamente al resguardo del derecho a la educación, a la inclusión y a la prosecución de la agenda del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 y su propósito de “no dejar a nadie atrás”. (I)