Ecuador, según una escala de la onu, aparece en el décimo puesto de bodas de menores de edad
Brasil ocupa el cuarto lugar en el mundo con más matrimonios infantiles
Una niña o adolescente que queda embarazada o sufre maltrato o pena por falta de perspectiva en su hogar o su comunidad puede tener como único destino de vida el casamiento con alguien mayor y así termina dependiendo de un adulto como una forma de vida, ya alejada de su familia y entorno.
Esa realidad que sufren muchas niñas salió a la luz en Brasil con la divulgación de una investigación de la ONG Promundo.
El informe mostró en Río de Janeiro que el gigante sudamericano es el cuarto país del mundo, después de India, Bangladesh y Nigeria en tener a más mujeres que se casaron antes de los 18 años.
En base a datos de la encuesta nacional de 2010, el informe indica que en Brasil existen 1,3 millón de mujeres que se casaron antes de los 18 años de edad. Y hay casi 90.000, en su mayoría niñas, de entre 10 y 14 años, que están casadas o viven en unión estable.
Según datos que recoge la ONU, proporcionalmente a la población el país con más casamientos infantiles o uniones de niñas y adolescentes con adultos es Níger, y en América Latina, con estadísticas de 2004, en primer lugar está Nicaragua, seguida por República Dominicana, Honduras y Brasil. En la región, en base a datos de aquel año, Ecuador está en el décimo escalón.
¿Cuáles son las causas del matrimonio infantil?
“Encontramos por lo menos cinco motivos para este comportamiento”, dice a EL TELÉGRAFO Alice Taylor, coordinador del estudio realizado por el Instituto Promundo. El primero es el “embarazo no deseado, después la iniciación sexual como forma de controlar a una niña, el aspecto financiero, el poder desigual de hombres y mujeres y la idea que algunas niñas tienen sobre salir de la casa para emanciparse, que terminan siendo dependientes de un adulto”, agrega. Y también se encuentra la violencia que pueda existir en la casa.
Sin embargo, que una niña o adolescente salga de casa tiene que ver mucho con la educación o la cultura que exista dentro de su hogar. En muchos casos, según Taylor, cuando los padres ven que su hija está embarazada y que ya ha perdido la virginidad se ven presionados tal vez por la religión a que un hombre adulto se haga cargo.
El estudio en Brasil fue realizado en niñas casadas o en uniones informales de las ciudades norteñas de Sao Luiz, capital del estado de Maranhao, y en Belém, capital del estado de Pará.
“La causa principal, evaluó la investigadora, es que las normas de género son desiguales entre hombres y mujeres. La educación sexual es lo más importante y las oportunidades que generen políticas públicas. Que casarse no sea lo único, o un objetivo de vida”, comentó la investigadora.
El Código Civil brasileño prevé que la edad mínima con autorización de padres para casarse sea a partir de los 16 años. En edad menor es posible casarse en caso de embarazo. La diferencia promedio de las edades entre los maridos adultos y las esposas es de 9 años. El informe indica que muchas niñas relataron que estar en pareja significa tener alguien que las sustente o les dé independencia de sus padres, aunque, según Taylor, la mayoría descubrió que no es así.
En Sao Luiz y Belém fueron entrevistadas 60 personas, entre ellas niñas de 12 a 18, y sus maridos mayores de 20, además de sus parientes. Al contrario de los rituales en países africanos o asiáticos, en Brasil lo que marca el pulso es la pobreza, la represión de la sexualidad y la falta de respeto a la voluntad femenina.
En el estudio aparece el testimonio de un hombre de 27 años de la ciudad de Belém que está casado con una de 17: “La virginidad, dice el hombre, es importante porque uno conoce a una mujer y ella ya pasó por varios hombres. Siempre viene la idea de que estuvo con otros hombres y si alguien la llama por teléfono uno desconfía. La virginidad (de la mujer) es importante para no tener desconfianzas”.
Desde el Fondo de Población de la ONU el asunto es objeto de un estudio para conocer las tipologías de estas uniones en América Latina.
“Vemos que muchas niñas tienen pocas oportunidades y opciones, viven opresiones distintas en familias y comunidad. Y el matrimonio aparece como una opción de emancipación o de huida”, dijo a EL TELÉGRAFO José Roberto Luna, oficial nacional de la Juventud en Guatemala del Fondo de Población de la ONU, que investiga el fenómeno de las uniones que involucren a infantes y adolescentes.
La solución, para Luna, coincide con la de investigadores del informe brasileño: “Debe haber políticas públicas hacia las mujeres en niveles determinantes. Definir el concepto de buen vivir para las familias, con inversión social, inversión específica en juventud y empoderamiento para crear oportunidades a niñas y adolescentes”. (I)
Las niñas sin educación son 3 veces más propensas a casarse
18 años es la nueva edad mínima para contraer nupcias en Ecuador
Del total de adolescentes en Ecuador, 64.000 son madres y 45.000 están casadas o con pareja. De este porcentaje el 18% de mujeres que se casan tienen entre 15 y 19 años, según datos del INEC.
Las estadísticas provocaron movimientos al interior de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado de la Asamblea, presidida por el asambleísta Mauro Andino.
Los legisladores analizaron las reformas al Código Civil, y una vez aprobado se produjeron varios cambios, entre ellos el aumento de la edad para contraer matrimonio.
La reforma incluyó eliminar la frase: “sin el consentimiento expreso de quien ejerza la patria potestad, y a falta de tal persona, de los ascendientes de grado más próximo”, promoviendo que la edad para contraer legalmente matrimonio para ambos sexos, debería ser en un nivel aceptable internacionalmente (18 años de edad).
El legislador Miguel Moretta manifestó que el cambio evitará las uniones entre adolescentes, porque lamentablemente la mayoría no son matrimonios de larga duración, y terminan disueltos.
Para la asambleísta Mariángel Muñoz, la reforma también evitará prácticas como el matrimonio servil, delito que está tipificado en el Código Integral Penal, donde los menores en algunas ocasiones han sido víctimas.
Según un informe de Unicef, el 36% de las mujeres de 20 a 24 años en el mundo se casaron o se unieron antes de cumplir los 18 años.
La buena noticia de este documento internacional es que el matrimonio forzado de niñas disminuyó 7 puntos desde 1985 en el mundo.
Otro reporte denominado ‘El derecho de una niña a decir no al matrimonio’, que la Organización Plan Internacional realizó en 70 países, reveló que el matrimonio infantil es fruto de una combinación entre pobreza, desigualdad de género y falta de protección de los derechos de las niñas.
Las pequeñas sin educación son 3 veces más propensas a contraer matrimonio antes de los 18 años, por eso la Unicef indica que la educación es vista como una medida de prevención para los casamientos a temprana edad.
Doris Herrera, líder Nacional de Protección de Plan Internacional Ecuador, indicó que a las mujeres se les asigna un rol de cuidadoras del hogar desde la infancia, y las niñas que se casan tienen menos probabilidades de continuar sus estudios. “Mientras que los hombres no tienen la misma condición porque generalmente siguen estudiando”. (I)