Bibliotecas hospitalarias y trueque de libros fomentan lectura en niños
A propósito del Día Internacional del Libro, a escala nacional se puso en marcha el proyecto Mundo de Letras: salas de lectura.
Este plan consiste en bibliotecas hospitalarias móviles que benefician a la ciudadanía que acude a las casas de salud a recibir atención ambulatoria, a los que están internados o a quienes acompañan a los pacientes en los distintos nosocomios.
En el hospital Baca Ortiz de Quito, en el área de Ludoteca o “Bosque Encantado”, los menores de edad acuden junto con sus padres a leer textos, como parte de las acciones de fortalecimiento de la calidad, calidez y el buen trato a los pacientes dentro de los servicios.
Alan Chiluisa, de 9 años, permanece hospitalizado varias semanas tras sufrir una caída mientras jugaba con sus amigos.
En la habitación lo acompaña su madre, quien le lee junto a su cama. “Se rompió una pierna y por esto está enyesado y durante este tiempo lo ayudo con los deberes y leemos textos que nos facilitaron”, indica Diana de La Cruz, madre del paciente.
Los pequeños que permanecen por una larga estancia en este centro reciben clases con docentes del Ministerio de Educación (MinEduc). Esto está encaminado a la reinserción académica. Así se han beneficiado 42.000 menores de edad.
“Se enseña lenguaje, matemáticas, ciencias naturales y sociales. Además se les realiza evaluaciones en coordinación con las docentes de sus colegios. Los niños no pierden clases”, indicó Eliza Villacís, docente.
El plan también se implementó en más hospitales: San Vicente de Paúl, en Ibarra; José María Velasco Ibarra, en Tena; General de Latacunga; General Gustavo Domínguez, en Santo Domingo de los Tsáchilas; Vicente Corral Moscoso, de Cuenca; General León Becerra, de Milagro; Teófilo Dávila, en Machala, y Francisco de Icaza Bustamante, de Guayaquil.
“La lectura es un espacio de encuentro entre padres e hijos. Debemos fortalecerla porque promueve el cuidado con afecto y el desarrollo integral. Por ello es una herramienta de la Misión Ternura y del Plan Toda una Vida”, afirma Rocío de Moreno, presidenta del Comité del Plan Toda una Vida.
De igual manera, en el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) se realizó un trueque de libros en el que participaron organizaciones públicas y privadas.
José Echeverría, investigador de la Universidad Técnica del Norte, explicó el valor patrimonial de la acción. “El trueque es una actividad ancestral en la que intervienen las relaciones propias de los pueblos andinos (reciprocidad, el intercambio y racionalidad), manifestada en el cambio de productos con ausencia de dinero”.
Los niños tuvieron un espacio ameno gracias al “Picnic de Palabras Ecuador”, que trajo sus libros para que disfruten de la lectura en los jardines de “La Circasiana” en Quito. (I)