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Ecuador, 11 de Enero de 2025
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El Telégrafo
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Beneficio terapéutico de la marihuana genera debate médico

Han pasado cerca de tres años desde que el psiquiatra José Rodríguez experimentó con la marihuana de manera medicinal, lo hizo para combatir un cáncer de piel (melanoma) que le fue detectado. Desde entonces, asegura, los efectos han sido positivos: “no ha habido progresión del síntoma, ni metástasis. Se debe a que se detiene el proceso del cáncer por mejoría del sistema inmunológico; en otros casos se ha comprobado que produce cura”.

Su caso podría parecer poco creíble para algunos, aunque otros podrían considerarlo como una esperanza de vida. En este sentido, hay especialistas que se deslindan por completo de criterios que consideran a la marihuana como una planta curativa y cuestionan que pueda ser usada con fines medicinales. La oncóloga clínica, Rosario Bohórquez, sostiene que “de ninguna manera la marihuana es usada para contrarrestar el cáncer. Tal vez, como un opiáceo, para controlar el dolor. Por eso es que se ve como adormecido al que la fuma”.

Con esto concuerda el oncólogo-cirujano Francisco Plaza, quien agregó que “está comprobado el efecto benéfico sobre el dolor de tipo articular. En Estados Unidos está permitida la venta para pacientes que sufren de artritis, artrosis y dolores reumáticos, pero no está comprobado que sirva como medicina curativa para el cáncer.  Su uso en esta enfermedad se lo da en pacientes que están en fase terminal como terapia de dolor”.

“Va a beneficiar a un montón de gente pobre. Aliviará los estados emocionales y liberará el estrés”Ante esto, Rodríguez aseguró que más allá de su caso personal “hay tratamientos que se han publicado para el cáncer de seno utilizando la marihuana. Por eso es que está fuera de contexto que aquellos limitados por sus tratamientos cuestionen a la marihuana. Si no se limitaran a la química y entendieran que puede ser un tratamiento complementario o para disminuir el desarrollo del cáncer, ellos tendrían otra opinión”, opinó el profesional que calificó como una buena propuesta el planteamiento de ciertas autoridades de despenalizar la droga en Ecuador, al igual que el llamado público para discutir la eventual regularización de su consumo, hecho por el secretario Jurídico de la Presidencia de Ecuador, Alexis Mera.

“Cuando se legalice la marihuana como ha pasado en los países desarrollados va a haber un pico de consumo por curiosidad, pero posteriormente habrá una disminución y se quedarán solo quienes tengan por costumbre consumir. Va a beneficiar a un montón de gente pobre, porque aliviará los estados emocionales, como tranquilidad, además es un liberador de estrés”, dijo Rodríguez. Ante la posibilidad de que se apruebe, Bohórquez aseguró que sería “el acabose”, mientras que en el plano medicinal dijo que “degeneraría la medicina, porque el paciente drogado ya no es el mismo que el paciente limpio quien uno puede manejar. El paciente oncológico tiene en un alto porcentaje afectado su sistema psicoemocional; esto sería peor todavía”.

Plaza discrepa con ello. Dice que sí es netamente medicinal y prescrito por el médico estaría justificado, pero no que haya venta libre, porque se daría un mal uso: “eso sí sería criticable. El país no está preparado porque perjudicaría mucho a la juventud”.

Ecuador está considerado como el país con mayor consumo de marihuana después de Colombia, con el 8.8% (nueve de cada 100 universitarios la consumen), según un Estudio Epidemiológico Andino sobre Consumo de Drogas, realizado por la Comunidad Andina de Naciones, CAN, entre universitarios. Asimismo, es uno de los alcaloides más incautados por la Policía, debajo de la cocaína. De hecho, siete de cada diez presidiarios están detenidos por tenencia de estas sustancias.

El abogado Xavier Flores explicó que “lo que existe ahora es un sistema represivo del tráfico y no tanto del consumo, que ha sido insuficiente y equivocado, lo que ha hecho mucho más daño que bienestar”. Por eso dice que una propuesta que se está ensayando en la Asamblea “es establecer una dosis mínima para diferenciar el tráfico del consumo, que sean suficientemente razonables las autoridades para prevenir que una persona consumidora sea  sometida a un trato represivo”.  

Para él, apuntar a la despenalización es una respuesta que va más allá de descriminalizar el consumo, que ya está establecido en el Art. 364. de la Constitución. “Por ahora, el tema ha provocado debates”, como el de la OEA.

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