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El Telégrafo
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100 mil mujeres demandaron a la farmacéutica

Bayer, bajo presión tras juicio por sus anticonceptivos orales

La alemana Felicitas Roherer sufrió una embolia pulmonar a los 25 años. Culpa a la farmacéutica Bayer de no advertir los efectos secundarios. AFP
La alemana Felicitas Roherer sufrió una embolia pulmonar a los 25 años. Culpa a la farmacéutica Bayer de no advertir los efectos secundarios. AFP
18 de diciembre de 2015 - 00:00 -

Varios estudios sugieren que las pastillas anticonceptivas de tercera y cuarta generación (a base de drospirenona y otras progesteronas recientes) multiplican por 2 el riesgo de tromboembolismo, con respecto a las de segunda generación.

Es más, en enero de 2013 la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento vinculaba la pastilla Diane 35 a la muerte por trombosis venosas de 4 francesas. En ese país 2,5 millones de mujeres usan estos anticonceptivos de nueva generación, y a partir de la advertencia se dejó de vender tanto Diane 35 como sus genéricos.

En toda Europa el consumo de este método de protección es bastante alto, mucho más que en EE.UU. Entre las farmacéuticas que los producen está Bayer, que ayer enfrentó un nuevo juicio. Se trata de Felicitas Rohrer, quien culpa a la píldora Yasminelle de Bayer de ser la causante de la embolia pulmonar que sufrió en 2009, a los 25 años.

Es la primera alemana que presenta una demanda contra el gigante farmacéutico de Leverkusen (oeste). Lo hizo en 2011.

Las sospechas contra las píldoras de tipo Yasmin - que engloban Yasminelle y Yaz-, a base de la hormona drospirenona, ya costaron a Bayer casi $ 2.000 millones en Estados Unidos, que pagó a unas 10.000 mujeres para evitar juicios largos y costosos.

Bayer considera “injustificadas” las acusaciones contra su tratamiento, autorizado por todas las agencias del medicamento. Aduce un “beneficio riesgo positivo” y por el momento la justicia parece darle la razón, al menos en Suiza.

Las estadísticas de institutos de salud de países desarrollados indican que entre 2 y 3 mujeres por cada 10.000 que usan anticonceptivos orales pueden tener un tromboembolismo (coágulo en el interior de un vaso sanguíneo).

En 1995 surgió el primer “pill scare” o susto por las píldoras anticonceptivas, cuando las autoridades inglesas aconsejaron que se dejaran de tomarlas. Lo cierto es que los efectos secundarios de las pastillas son reales e incluyen depresión, insomnio, ansiedad, cefaleas y náuseas, aunque dependen del estado de salud de cada mujer. En el país, el 58% de ecuatorianas usa al menos un método anticonceptivo y Yazmin de Bayer se vende en las farmacias locales. (I)

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