Bacteria está bajo control en hospital Eugenio Espejo de Quito
La muerte de tres personas en hospitales de Quito y Portoviejo, a causa de la bacteria acinetobacter baumannii, reaviva el debate sobre la seguridad en los hospitales.
Esta bacteria es un bacilo con gran capacidad para desarrollar resistencias a múltiples antimicrobianos, que se encuentra principalmente en el suelo y en el agua, pero también en la piel.
El director del Hospital Eugenio Espejo, Víctor Hugo Sevilla, explicó los tres pacientes actuales son parte de los siete afectados por la bacteria durante este año, pues hubo uno en enero, otro en febrero, dos personas muertas hace tres meses y tres afectados más en este nuevo brote.
El funcionario enfatizó que el fallecimiento de dos personas no se debió a la bacteria; sino a su situación clínica. Lo que le preocupa, dijo, es que se presentó la bacteria en los cuerpos.
Aseguró que el hospital mantiene un control constante de las infecciones bacterianas con limpieza y esterilización. También, por prevención, se reprogramaron dos cirugías de corazón.
La bacteria está en el ambiente y es más riesgoso en terapia intensiva por los cuadros clínicos de los pacientes y las defensas bajas. Es resistente al antibiótico, pero “siempre habrá un antibiótico más fuerte que responda”, aseguró Sevilla.
La bacteria, que por sí sola no mata a nadie, ocasiona dificultades respiratorias, neumonías a personas inmunodeprimidas y complican el estado crítico de los pacientes.
El doctor Luis Vélez Alarcón, responsable en Guayas de bioseguridad, añadió que este microorganismo no es amenaza para las personas sanas, aunque trabajadores de la salud pueden llevar la bacteria de una instalación médica a otra.
Manifiesta que la acinetobacter entra al cuerpo por heridas abiertas, catéteres, tubos de respiración. “Usualmente infecta a los comprometidos inmunodeprimidos”, como los heridos, ancianos, niños con enfermedades del sistema inmune, trasplantados y personas con diabetes y cáncer, indica el galeno.
Jéssica Nogroño es nieta de Jorge Loaiza, de 73 años, que ingresó al hospital por una peritonitis. Él es uno de los tres contagiados por la bacteria que le afecta al pulmón.
Jéssica no se queja de la atención hospitalaria, pues los médicos están pendientes de su abuelo, lo que le preocupa es que no logre conseguir ampollas de Colistina de 150 miligramos en el país. “Hemos tenido que buscar contactos en Bogotá-Colombia para adquirir la medicina. Traer el medicamento significa que no tiene registro sanitario”.
Su abuelo necesita dos ampollas diarias por 20 días, lo que representa $200 diarios. Al momento ha recibido cuatro días la dosis.
Solicitó ayuda a las autoridades de salud para traer el medicamento, pues a este antibiótico se suman otros, como vitaminas para subir las defensas.