La ayuda de tareas académicas a los hijos tiene límites
La formación educativa en niños y adolescentes implica el cumplimiento de trabajos específicos fuera el aula de clase. En aquel desempeño, los padres y las madres tienen límites en el acompañamiento de la resolución de objetivos que tienen por delante los estudiantes, a razón de que una ayuda desmedida en las tareas académicas desemboca en una falta de responsabilidad y una marcada dependencia.
Silvia Burgos, directora del Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) de la Unidad Educativa International School, sostiene que las madres y los padres deben primeramente ayudar a fortalecer a sus hijos con buenos hábitos desde muy pequeños, es decir, desde que le están enseñando a leer y escribir en la escuela, más puntualmente desde el primer año de la Educación General Básica.
"Estos hábitos se basan en dar normas de orden, presentación y hacer las correcciones con los hijos en casa, ya que el refuerzo lo deben realizar los padres en casa", afirma la psicóloga educativa al tiempo de advertir límites a esa ayuda.
"Hasta la primaria tiene sus beneficios de ayudar a los hijos pero siempre dando las directrices, como por ejemplo el caso de que no entienda algún deber y explicarles en casa. O en el caso de que repasen el material que ya aprendieron en clases. Entonces, esas son las bases principales", dice Burgos.
Así también precisa que a veces los padres cometen "ciertos errores de hacerles el trabajo a los hijos y eso ya va a ser la pauta para crear chicos dependientes y sobreprotegidos que siempre van a pedir que les traigan algún cuaderno olvidado en casa o un material, entonces eso no está bien", apunta.
La falta de prevención provoca que a veces los estudiantes dejan el deber para el último momento, lo que significa un aumento de las probabilidades en que se olviden de un detalle específico y, por ende, cumplir con la tarea completa.
Para la psicóloga Éricka Arias, directora del DECE de la Unidad Educativa Nueva Semilla, se deben implementar en el hogar ciertas técnicas de estudio, establecer los espacios de aprendizaje dentro del hogar que los hijos rindan de mejor manera.
Arias manifiesta que lo ideal es inculcar valores desde la temprana edad para favorecer la realización de tareas de manera autónoma, pero cuando eso no se ha logrado desarrollar en los adolescentes, se necesita el acompañamiento de un adulto que lo direccione y lo motive resaltando siempre lo positivo, lo que ha logrado, ofreciéndole así la confianza de desenvolverse con las tareas.
No obstante, advierte que el acompañamiento tiene su límite, pues luego hay que dejar al hijo solo para que desarrolle el hábito de la responsabilidad. (I)