Las aulas hospitalarias educan a los alumnos
Las aulas hospitalarias forman parte de un proyecto de innovación educativa, que tiene como propósito servir a niños, niñas y jóvenes enfermos, hospitalizados, en tratamiento y/o reposo médico prolongado.
Si este programa no existiera, los enfermos no tendrían la posibilidad de continuar sus estudios e ir a la par con sus compañeros.
En el momento en que el estudiante mejora de salud, este se incorpora a las aulas regulares para continuar sus estudios, y evita así la deserción escolar.
Historia y proyecciones
Las aulas hospitalarias nacen en Ecuador en 2006, como un proyecto impulsado por el Ministerio de Educación (MinEduc), pero no tuvo el funcionamiento esperado por falta de organización.
En el 2015 se impulsó su apertura mediante la creación de 68 aulas hospitalarias a nivel nacional, con la aspiración de llegar en el 2020 a 100.
En la actualidad, el proyecto beneficia a 37.000 estudiantes y la meta es 100.000 en el Ecuador.
El Colegio Nacional Andrés Bello de Quito se favorece de esta novedosa forma de enseñanza para chicos y chicas, que no pueden tener una educación adecuada por atender su salud.
El sistema vigente
Cualquier menor de edad que se dirige a un aula hospitalaria del norte de Quito acude al Colegio Nacional Andrés Bello.
El plantel se encarga de matricular temporalmente al estudiante, desde que comienza con su tratamiento y pasa las notas hacia el colegio que lo va a recibir para que continúe sus estudios.
Es el único plantel a nivel latinoamericano que administra seis espacios similares, además de su sede.
El Andrés Bello ha creado un sistema de atención domiciliaria y otro de ambulatoria para los estudiantes enfermos.
Trabaja con otros planteles e instituciones de la localidad quiteña: Colegio Pumamaqui, Hospital Psiquiátrico Sagrado Corazón y apoya a la fundación llamada Alas de Colibrí. (I)