Aulas y mobiliario cumplieron su vida útil en colegios de Quito y Manta (Galerías)

A simple vista en la fachada de la Unidad Educativa Fiscal Manuela Cañizares en Quito no se observan  desgastes. Incluso la pintura de las paredes se conserva, así como las piedras que forman parte de uno de sus muros, pero en el interior la situación cambia.

Delgadas líneas en las paredes muestran cómo estas se cuartean por el transcurso del tiempo desde su construcción. Según vecinos del sector La Mariscal, centronorte de la capital, donde está asentada la edificación, esta ya pasó el medio siglo de funcionamiento sin mayor intervención.

Por eso hay intranquilidad en alrededor de 3.000 alumnos que forman parte de la institución, sobre todo luego de los sismos registrados en la ciudad. “La infraestructura es muy vieja y en cualquier rato se puede derrumbar porque hay varias paredes trizadas en los pasillos y en algunas aulas”, comentó Elvis Loma, estudiante de noveno año.

Además, los vidrios de algunos ventanales, especialmente los que dan al patio posterior, están rotos y otros ya no existen. A lo que se suma el deterioro de los pupitres, muchos están amontonados a un costado del coliseo cubierto y otros se divisan mientras se suben los pisos del bloque 2.

Mientras se recorren las instalaciones en varios tramos los pisos de madera rechinan y suenan más cuando los estudiantes transitan apresurados.

Por ello, según el estudiante Sebastián Tipán, la inspectora general les informó que a partir de septiembre el Ministerio de Educación hará una intervención integral de la infraestructura y para evitar complicaciones con las aulas se establecieron 2 jornadas. “Los alumnos de primero a tercero de bachillerato recibirán clases en la tarde. Eso será durante 4 meses y luego nosotros iremos al horario vespertino por un tiempo similar”, indicó Tipán.  

De su lado, Jacqueline Espinoza, madre de familia, dijo que se siente tranquila con la remodelación que se hará a la institución en la que estudia su hija Abigail.

“El colegio es un buen establecimiento de enseñanza y creo que debe ir de la mano con la infraestructura. Por ejemplo, no hay facilidad para que una persona con discapacidad se desplace con tranquilidad y eso también hay que cambiar”, comentó Espinoza.

En Manta esperan intervención

El viejo edificio central de la Unidad Educativa Fiscal 5 de Junio de Manta, uno de los 5 colegios que serán repotenciados, en Manabí, luce  deteriorado.

Las aulas en la parte superior son inutilizables, debido al peligro que representan para los alumnos y profesores. Pero este pabellón no es el único en mal estado, ya que hay otros 3 que se han dañado con el transcurso de los años, pero que son usados solo por la necesidad de dar clases.

Su rector, Gustavo Escobar, reconoció que de los 5 bloques construidos hace más de 40 años, 4 ya cumplieron su vida útil y explicó que la repotenciación incluye el cambio total del mobiliario.

Hasta el momento, la institución tiene bancas nuevas, pero no abastecen para la cantidad de estudiantes que hay en la unidad, teniendo que recurrir a algunas bancas viejas. En este colegio estudian 3.500 chicos en las jornadas matutina, vespertina y nocturna.

Si bien el rector del establecimiento accedió a hablar con EL TELÉGRAFO, no dejó que se tomen fotos del estado de los pabellones.

El colegio Othón Castillo Vélez, también en Manta, luce descuidado. Según una persona que pidió no ser identificada, en un sector del patio del plantel hay una especie de montaña de bancas viejas y dañadas, ubicadas sin protección.

Las autoridades del plantel no quisieron hablar con este medio, pero se evidenció que el patio central del colegio tiene polvo y el piso está destruido.

En Portoviejo, la estructura del colegio Olmedo, uno de los más antiguos del país (fundado el 29 de septiembre de 1852), ya cumplió su vida útil. Aunque los cursos son usados en la mejor forma posible, Sergio Toala, rector de la unidad educativa, indicó que “la losa, en tramos, resume agua, lo que se convierte en un problema”.

En la institución, que se levanta en la avenida Metropolitana, se ha dado mantenimiento a los bloques y pabellones a lo largo de los años, lo que ha evitado el deterioro. “En el 2006 se hicieron nuevos bloques para suplir la necesidad de aulas, pero en los gobiernos anteriores no hubo un mayor apoyo para esta institución”, contó Toala, quien realizó sus estudios en este colegio que ahora dirige.

“El colegio necesita aulas con tecnología, contar con sistema de aire y una planta de agua para los estudiantes”, resaltó uno de los profesores, quien prefirió mantener el anonimato.

El Olmedo tiene un espacio de 7 hectáreas y será convertido en una Unidad Educativa del Milenio, como resalta un cartel ubicado a las afueras del colegio.

Homero Mendoza, exalumno y ahora docente de la institución, está motivado al ver que este colegio fue considerado dentro del cambio integral de las instituciones.

Manuel Rivadeneira, coordinador zonal de Educación, informó que próximamente se hará la contratación para iniciar la transformación del tradicional colegio portovejense. La inversión será de alrededor de $ 4’000.000. “Deben hacerse nuevas edificaciones, arreglar las antiguas, mejorar las instalaciones eléctricas, la parte sanitaria y el agua”, señaló Rivadeneira.

Otros colegios que esperan la repotenciación son Uruguay y Pablo Emilio Macías, ambos de Portoviejo.