Atractivo sexual es clave en las bonobos
Berlín.- El dominio social de las hembras bonobos sobre los machos no está relacionado con la capacidad que tienen para asociarse entre ellas, como se creía hasta ahora, sino con su atractivo sexual, según un estudio realizado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
Los investigadores del proyecto “Luikotale bonobo” han analizado el comportamiento de estos simios en libertad cerca del Parque Nacional Salonga, en la República Democrática del Congo. Los científicos han comprobado que solo dos factores influyen de forma decisiva para que las hembras tengan un “estatus social” superior al de los machos.
Según el Instituto, con sede en Leipzig, las hembras tienen elevadas probabilidades de ganar en los enfrentamientos con el sexo opuesto y de reducir la agresividad de los machos cuando exhiben sus genitales inflamados, signo de fecundidad.
Además, cuando defienden a su prole de los ataques de los machos, estos tienden a reconocer el estatus de las hembras.
Dominio femenino es poco común en mamíferos
Los bonobos, considerados los “parientes” vivos más cercanos al hombre, son conocidos por el papel dominante de las hembras en los grupos, algo poco común en el mundo de los mamíferos, a pesar de que los machos son más fuertes y de mayor tamaño.
Sin haber estudiado profundamente las relaciones de estos simios en libertad, los trabajos publicados hasta ahora sugerían que el poder de las hembras provenía de su facilidad para coaligarse y enfrentarse a las agresiones de los machos, señala el Instituto.
Otras investigaciones apuntaban a un escenario evolutivo en el que las hembras habrían preferido siempre a los machos menos agresivos, lo que habría perjudicado el desarrollo de los más fuertes.
Martin Surbeck, autor principal del trabajo publicado ahora en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology (Ecología comportacional y Sociobiología, en inglés), destacó que se ha comprobado que cuando las hembras bonobos exhiben sus atributos sexuales los machos las agreden menos, una característica que los distingue también de los chimpancés, el otro “pariente” cercano del hombre.