La técnica puede ser usada en personas con autismo o Asperger
Ariana aprendió a leer con imágenes y texturas
Los niños con discapacidad intelectual han demostrado ser buenos en el deporte, en la música, incluso en el modelaje. La lectura es otro desafío que han logrado.
Hace 8 años, Maritza Martínez usó libros con texturas y grandes imágenes para enseñarle a leer cuentos a su hija Ariana, de 11 años, quien nació con síndrome de Down.
Eso la motivó a crear el Baúl de Pinocho, dedicado al material didáctico de educación especial. En Expolibro hay un puesto donde se promueve la lectura en niños especiales.
“Ellos son lentos en el aprendizaje y la lectura, pero ella ha aprendido a leer imágenes. Usamos mucho el tacto. Conozco chicos con síndrome de Down que pueden leer tranquilamente”, asegura.
Xiomara Díaz Figueroa, de 24 años, es uno de esos casos. Lee pausado y ya lleva 2 libros leídos. Uno de ellos es ‘Para amarte a ti misma’.
“Ya estoy por uno nuevo, me gusta leer mucho, empecé desde el colegio”, dice la joven graduada de ballet y que disfruta del ejercicio diario.
Miriam, su mamá, cuenta que Xiomara desde los 3 años tuvo terapistas y psicopedagogas en su formación. Ahora ya culminó el colegio y desea trabajar.
Malena Bonilla, pedagoga especial, indica que enseñarles a leer es un trabajo complejo, pero no imposible. “Ellos procesan lo que les dicen de forma diferente, por la estructura de su cerebro”.
Explica que a los niños con discapacidad intelectual les toma 2 años aprender frases, a diferencia de un niño regular que se demora 1 año.
Esto también dependerá del acompañamiento de los padres, por lo que “es supremamente necesario que les lean cuentos”. Por ello es importante la estimulación temprana, el uso de materiales didácticos como los libros con textura.
También pueden incorporar el uso de tablets; hay mucho material en el internet que ofrece la Fundación de síndrome de Down de Cantabria. Bonilla agrega que esta metodología también la pueden usar en los niños con autismo.
Estefanía Zambrano, terapeuta del Centro Psicoeducativo Integral Isaac, que alberga a 15 niños autistas y con asperger, cuenta que trabajan con un sistema de intercambio de imágenes: “Ellos pueden llegar a leer quizás no como uno lo espera, esto porque les es difícil decodificar las palabras; pero con imágenes pueden elaborar oraciones”. (I)