Argentinas demandan a responsables de implantes
Buenos Aires, Argentina.- Unas 300 mujeres afectadas por implantes mamarios defectuosos de la empresa PIP presentaron en Argentina una demanda por 54,7 millones de dólares contra una firma francesa y dos alemanas, dijo el lunes la abogada Virginia Luna en rueda de prensa en Buenos Aires.
“Hemos presentado una demanda colectiva contra la francesa Poly Implant Protheses (PIP), la alemana TUV Rheinland (encargada del control de calidad) y la también alemana Allianz como aseguradora”, reveló Luna a medios de comunicación.
La abogada y también damnificada precisó que “el monto del reclamo general ronda los 309 millones de pesos ($ 54,7 millones)”.
En rueda de prensa, la abogada del caso abrió una prótesis para mostrar el contenido internoLa cifra podría crecer de manera exponencial, dijo la abogada, al explicar que los litigantes solicitaron a la justicia civil y comercial que acepte una acción colectiva, esto es, que el fallo se aplique a todas las afectadas en el país. “Si nuestro pedido prospera, la indemnización habría que multiplicarla por 15.000, que es la cantidad de damnificadas que se estima hay en Argentina, una meca para las cirugías estéticas en los últimos años, explicó Luna.
La abogada, junto con tres perjudicadas, ofreció una conferencia de prensa para dar cuenta de los trámites judiciales en su oficina de Buenos Aires, donde mostró varias prótesis PIP defectuosas, incluso abrió una para que se viera con qué facilidad se desparramaba el gel.
“En una muestra que hicimos de 500 mujeres, el 19% sufrió una ruptura y eso significó la migración del gel a las axilas, la cabeza, el cuello, incluso a los pulmones”, afirmó.
En Marsella (Francia), un juicio por los implantes PIP cuestionados terminó a mediados de mayo“El cirujano me aconsejó las PIP y como yo no tenía la menor idea acepté que me operara en 2008. En 2010 me hice un control y todo estaba bien, pero un año después sentí un fuerte dolor e hinchazón en una mama”, dijo Anabel González, una empleada de 36 años, estudiante de abogacía.
“Pasé un año -continuó- con la prótesis rota hasta que decidí removerla y ponerme otra y conseguí que la empresa privada de salud aceptara pagar el quirófano y la internación, pero yo tuve que pagar la prótesis y la cirugía”.
La mujer, madre de una niña de 13 años, dijo que no le han quedado secuelas físicas, pero que “vive con miedo de que se rompan de nuevo las prótesis”. “Me traumatiza pensar en volver a ingresar al quirófano”, expresó.
El escándalo de las PIP se remonta a comienzos de 2010, cuando las autoridades prohibieron su uso por defectos de fábrica. Por entonces, centenares de argentinas comenzaron un interminable y angustioso periplo por hospitales públicos y privados. En Marsella (sur de Francia), un juicio por los implantes PIP, con 7.400 víctimas demandantes terminó a mediados de mayo pasado.