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Ana María Guacho, la activista que continúa con el legado de Tránsito Amaguaña
Ana María Guacho Orozco ha permanecido 45 de sus 68 años de vida vigilante de los derechos de los indígenas. Es una lucha que empezó en 1972, en lo que era la comunidad San Luis, de Riobamba, y continuó por otras de Chimborazo, bajo los preceptos de Tránsito Amaguaña (1909-2009), activista y referente del feminismo de las indígenas.
La historia de esta menuda mujer, que con orgullo viste el autóctono sombrero, blusa y fachalina bordadas, fue una de las 3 más emblemáticas premiadas en la primera edición nacional del reconocimiento Mujeres en Escena Tránsito Amaguaña.
El evento fue convocado por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), en el marco de la celebración del Mes de la Mujer, con el propósito de reconocer a aquellas líderes que han transformado vidas en sus comunidades.
Las otras 2 historias destacadas son las de Mariana Minda, fundadora de la Coordinadora Nacional de Mujeres Negras; y Dolores Quintero, quien conformó una red de microemprendedores y es líder de la organización Mujeres de Lucha.
En una ceremonia realizada el pasado miércoles en Guayaquil, el CPCCS también les entregó reconocimientos a ellas y a otras 74 mujeres destacadas en el ámbito rural y comunitario de la provincia del Guayas, a 7 de Santa Elena, 5 de Los Ríos y 4 de El Oro.
En el evento realizado en Guayaquil, Ana María, quien es tecnóloga en Medicina General y presidenta de la organización Guamán Poma, expresó su satisfacción por el “reconocimiento en vida”.
“Es como un pago que me han dado por la lucha permanente en la que he estado siempre, pero al mismo tiempo me aumenta el trabajo y el compromiso es más fuerte, más grande y hay que coordinador con las futuras generaciones”.
Ella cuenta que entre la década de 1970 y 1980 eran violados los derechos humanos de los indígenas en San Luis. El trabajo forzado se realizaba sin una remuneración justa para los hombres, mientras que a las mujeres les reconocían lo mínimo. Entonces empezó a alfabetizar a los comuneros, quienes comenzaron a tomar conciencia y a protestar por el atropello del que eran víctimas, con el fin de conseguir un salario justo.
Por ese motivo la activista fue encarcelada. El respaldo expresado por los comuneros, durante los 8 días que duró su detención, reafirmó su compromiso con ellos y la motivó a luchar por sus derechos. Así nació en su provincia el movimiento indígena, a finales de la década de 1980.
Entre logros conseguidos resalta la consecución de la Dirección Intercultural Bilingüe y la Dirección de Salud Indígena Ancestral. “Gracias a ese levantamiento se logró el reconocimiento de todas las poblaciones pobres del país”.
Ana María agradeció el reconocimiento entregado y se comprometió a seguir luchando por las comunidades. “Mientras Dios me de vida, yo seguiré trabajando para que las futuras generaciones tengan mejores días. Eso hay que seguir adelante por el pueblo”.
También llamó a las mujeres a seguir ese legado para cortar las brechas sociales.
“Todas debemos trabajar en conjunto para lograr lo que anhelamos. No podemos quedarnos de brazos cruzados, sino seguir por el cambio y la recuperación de nuestros valores ancestrales”. (I)
La líder que impulsa el proyecto social y económico en el Cristo del Consuelo
Angustiada por la marginación a los afroecuatorianos, la pobreza y la inseguridad que día a día palpaban en su barrio Cristo del Consuelo, sur de Guayaquil, Dolores Quintero (foto) emprendió en un proyecto de desarrollo social y económico en beneficio de esa comunidad.
“Nos aislaban, nos humillaban y nos maltrataban (...) por ser negros no merecíamos eso”, recordó durante la ceremonia de entrega del reconocimiento Mujeres en Escena Tránsito Amaguaña que recibió el pasado miércoles.
Sin embargo, la ‘gota que rebosó el vaso’ llegó cuando una “compañera” murió y su familia no tenía cómo comprar un féretro para sepultarla.
“Nos regalaron un cartón y ahí terminó ella (...). A las 12:00 (cerca de la hora del sepelio), nos trajeron un cajón. La enterramos, pero nos quedó el dolor de cómo terminó sus últimos días”.
Después de ese episodio las mujeres del barrio se reunieron y formaron una directiva. Así nació la Asociación Afroecuatoriana Mujeres de Lucha, organización de la cual Dolores es vicepresidenta.
“El primer paso fue cocinar para todos”. Instalaron un comedor popular que funciona desde 2002 y que actualmente ofrece más de 400 almuerzos para niños, adultos mayores y personas con discapacidad.
Luego vinieron los centros infantiles del buen vivir, donde atienden a 280 niños, de madres y padres trabajadores.
La labor de Dolores y de sus compañeras de Mujeres de Lucha se extendió a un centro de atención para adultos mayores, una tienda comunitaria, una panadería, un taller de costura, una peluquería y un servicio de catering.
El proyecto propicia la participación de las mujeres afroecuatorianas, bajo una perspectiva de igualdad de oportunidades, respeto y reconocimiento de su rol activo en un proceso de transformación que ha logrado concretar Dolores a través de esa organización. (I)
Una vida dedicada a luchar contra la discriminación y la inequidad social
El deseo de terminar con la discriminación y la inequidad para “alcanzar una vida digna” motivó a Mariana de Jesús Minda (foto), oriunda de Ibarra (Imbabura), a participar en la fundación de la Coordinadora Nacional de Mujeres Negras (Conamune).
La iniciativa empezó el 12 de septiembre de 1999 en el Primer Congreso Nacional de Mujeres Negras del Ecuador. La sede de la agrupación está en Quito y tiene 8 provincias filiales.
Con ayuda de la Unión Europea y la Cooperación Internacional Italiana se construyó una casa-sede en Ibarra (Imbabura), que es el punto de encuentro permanente de las féminas, lideradas por Mariana, educadora jubilada de 75 años.
Dentro de los logros, mencionó, están el haber vencido, en algún grado, el racismo y la discriminación. “Hemos asumido de algún modo nuestra negritud y nos presentamos donde sea”.
No obstante, reconoció que la violencia y la discriminación en el hogar aún se mantienen “pero las mujeres nos sentimos apoyadas”. Otro de los objetivos de la organización es tratar de reducir ese atropello que en algunas ocasiones acaba con la vida de las víctimas.
Tras recibir el reconocimiento Mujeres en Escena Tránsito Amaguaña, Mariana recordó que su labor también ha llegado a su provincia en el ámbito del desarrollo comunitario, con la construcción de escuelas, carreteras y servicios básicos, así como con la realización de actividades turísticas. Por ahora gestiona la ampliación del cementerio de una localidad. (I)
Antecedentes
Para el reconocimiento Mujeres en Escena, que organiza el CPCCS, comunidades y organizaciones sociales a escala nacional, postularon a 138 mujeres.
Las historias fueron escogidas por un Comité de Selección integrado por el CPCCS, ONU Mujeres, Cooperación Técnica Alemana, Consejo Nacional de Igualdad de Género y una de las mujeres de las comunidades.
Raquel González, presidenta del CPCCS, resaltó el compromiso contra la desigualdad de género y recordó el apoyo del organismo “para empoderarnos más en nuestros derechos” y ejercer “nuestra participación”.
El reconocimiento es una iniciativa para resaltar a aquellas líderes que han transformado vidas. La realización de esta primera edición se inspiró en la extinta
líder indígena Tránsito Amaguaña, por su entrega en las grandes luchas por la reivindicación social. (I)