Aunque la situación epidemiológica entre España y Ecuador es diferente, ambos países enfrentan similares problemas, dice Rosa Polo, Jefa del Plan Nacional sobre Sida. Ella junto a María José Galindo, Jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico Universitario de Valencia, realizaron una visita a Guayaquil con motivo de la conmemoración de la lucha contra esta enfermedad.

¿Qué problemas tienen en común Ecuador y España?
R: El retraso del diagnóstico. Los pacientes cuando llegan al hospital se les detecta sida y una infección oportunista muy avanzada como una tuberculosis, lo que ocasiona que el estado de sus defensas sea bajo. Si bien en España es menor, tenemos un 30%; la situación acá es de 70% o 80%, lo que dificulta mucho poder sacar adelante el paciente.

¿Qué implicaciones genera esto?
MG: Esto es grave porque si esas personas no saben que están infectadas y tienen relaciones sexuales transmiten el virus a otros. Lo ideal sería hacer que todos se realicen los análisis de serología, detección de anticuerpos para detectar a la gente que está infectada.

R: En España el 30% de personas que está infectada no lo sabe, creemos que aquí en Ecuador son muchas más.

¿A diferencia de su país qué dificultades enfrenta Ecuador?
R: Aquí no hay disponibilidad para hacer pruebas de cargas virales y resistencia, mediante las cuales se conoce el estado de sus defensas. Los hospitales no están dotados para hacer las pruebas necesarias y poder seguir a un paciente, lo que retrasa mucho el tratamiento y que los fármacos funcionen de manera adecuada.

¿Qué factores han desencadenado que los casos se incrementen?
R: Se ha entendido mal el concepto de enfermedad crónica con el que ha sido tildado el VIH, porque algunos médicos han llegado a compararlo con la diabetes. Eso ha hecho que la gente ahora piense: si me infecto me tomo una pastilla y sigo con mi vida normal cuando antes los tratamientos eran muy complejos. Se tomaba de 18 a 24 pastillas diarias.

¿Las formas de transmisión con el tiempo se han modificado?
MG: En los últimos dos o tres años las vías de transmisión del VIH han cambiado. Hemos pasado de tener una infección por compartir jeringuillas de usuarios adictos a las drogas a casos que ocurren mediante relaciones sexuales de hombres que tienen sexo con hombres seguido de los heterosexuales.

R: Ahora hay una falta de percepción de riesgo de infección. Están volviendo a tener las mismas prácticas sexuales de hace 20 años.

¿El sexo a pelo (sin preservativo) que promueven algunos grupos en varios países han incidido en que los infectados sean más?

MG: Uno de los grandes problemas que ha generado el sexo a pelo es el aumento de las infecciones de transmisión sexual, como la sífilis. En España eso lo estamos viviendo.