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Actualmente 1.900 millones de individuos padecen de obesidad y 42 millones son niños menores de 5 años

Adicción a los alimentos sería una realidad

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas. Foto: Leonardo Boix
La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas. Foto: Leonardo Boix
04 de septiembre de 2015 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

Los deseos por la comida activan diferentes conexiones cerebrales en pacientes obesos y con peso normal, lo que demuestra que la tendencia a querer comer puede estar intrínseca en el cerebro de individuos con sobrepeso, de acuerdo a un estudio científico.

Una investigación conjunta de expertos de la Universidad de Granada (España) y de la Universidad de Monash (Australia) concluyó que el ansia por la comida está asociada con diferentes redes cerebrales.

Los científicos buscaron las diferencias de conectividad funcional en los sistemas de recompensa del cerebro de individuos de peso normal y en obesos para determinar las conexiones específicas.

Para su estudio, los investigadores ofrecieron un bufet a 39 obesos y 42 individuos de peso normal, que incluía todo tipo de alimentos, snacks y pasabocas. Posteriormente, realizaron resonancias magnéticas y mostraron fotografías de la comida para estimular el ansia de comer. Las imágenes indicaron que el ansia por comer se vinculó con diferencias en la conectividad cerebral.

Las imágenes de resonancia magnética revelaron que en las personas obesas, observar fotografías de alimentos estimulaba la conectividad entre 2 áreas específicas del cerebro. La primera, el caudado dorsal, uno de los componentes de los ganglios basales y que se encuentran en la profundidad de los hemisferios cerebrales, controla ciertos tipos de comportamientos, mientras que la segunda, la corteza somatosensorial rastrea el valor energético de los alimentos.

La mayor conexión entre ambas regiones del cerebro fue asociada con el deseo de consumir alimentos altamente calóricos.

En personas de peso normal, el mismo estímulo llevó a mayor conexión entre otras partes del cerebro, como el putamen central, -situado en el centro que con el núcleo caudado forma el núcleo estriado-, y la corteza orbitofrontal, relacionada con el procesamiento cognitivo de la toma de decisiones.

Los científicos midieron el índice de masa corporal (IMC) 3 meses después y observaron que el 11% del aumento de peso en los individuos obesos podría predecirse por la presencia del incremento de la conectividad entre las áreas del caudado dorsal y la corteza del cerebro.

La jefa del estudio, doctora Oren Contreras-Rodríguez de la Universidad de Granada, afirmó que hay controversia vigente acerca de si la obesidad debe ser considerada como una “adicción a la comida”.

“Los resultados del estudio apoyan la idea de que el procesamiento de la recompensa tras los estímulos de la comida en la obesidad se asocia con cambios neuronales similares a los detectados en la adicción a sustancias”, destacó.

Con un índice de obesidad mundial, que se ha duplicado desde 1980, el tratamiento de la enfermedad es una prioridad para decena de países. Al momento 1.900 millones de personas viven con obesidad.

La mayoría de los esfuerzos, excepto la cirugía bariátrica, ha tenido poco éxito. Esto se debe, en parte, a que se conocen poco los mecanismos asociados con el deseo de comer alimentos poco saludables. (I)

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