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El Telégrafo
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Activistas llevaron cena de Navidad a los "callejeritos"

Los activistas recorrieron sectores de Guayaquil como Mapasingue y La Floresta, así como los cantones Durán, Babahoyo y Nobol.
Los activistas recorrieron sectores de Guayaquil como Mapasingue y La Floresta, así como los cantones Durán, Babahoyo y Nobol.
Foto: Cortesía Vida Ecuador
26 de diciembre de 2018 - 00:00 - Juan Carlos Holguín

Día y noche ellos buscan algo de comer en las calles, en la basura, entre las fundas plásticas que se amontonan en parterres y esquinas de las calles guayaquileñas.

Su presencia es ya común para muchas personas. Tanto, que con frecuencia pasa desapercibida. Y así, en medio de la indiferencia humana, perros y gatos luchan por encontrar un bocado que les permita seguir viviendo. Pero no siempre lo logran.

Es por ello que durante todo el año, fundaciones animalistas y activistas independientes visitan los puntos donde saben que más se concentran estos callejeritos, para llevarles alimento.

Y esta Navidad no fue la excepción, aunque lo hicieron a mayor escala. Distintos grupos realizaron campañas de recolección de balanceado y entregaron una cena navideña a los animalitos de la calle. Fueron a varios puntos “para calmar el hambre de esas barriguitas”.

Así lo afirma Andrea Cisneros, miembro de la agrupación Vida Ecuador, que congrega a varios activistas por la defensa de los animales.

Desde noviembre ellos empezaron a pedir donaciones de alimentos para mascotas, con el objetivo de repartirlos en varios lugares el domingo 16 de diciembre.

Andrea Mendoza, también integrante de la organización, relató que a esa causa se les unieron dos emprendimientos. “El estudio de tatuajes El Caimán hizo una promoción en la cual las personas que donaran balanceado recibían un tatuaje gratis. Y Autopet (transporte de mascotas) nos colaboró con la movilización para recoger las donaciones y para repartir la comida”.

La campaña les permitió recoger cerca de 300 kilos de balanceado para perro y 100 para gato. De igual forma buscaron voluntarios que prestaran sus carros. Planificaron los recorridos con base en los sitios que ellos, en sus años de activismo, ya conocen como de alta concentración animal.

Lugares como Mapasingue, La Floresta, la parroquia La Aurora, urbanizaciones como La Joya y puntos turísticos como el parque Forestal, fueron visitados por estos activistas. Según Andrea, “ahí están los animales, pero también recorrimos otros sitios, pues son gatos y perros que van de un lado a otro buscando comida y agua”.

La joven animalista señaló que “ahora se ha creado más conciencia en cuanto a la problemática de la fauna urbana, pues existen más fundaciones, se hacen más campañas a través de las redes sociales y medios de comunicación, las leyes son más estrictas”.

Para Julio Núñez, propietario del estudio de tatuajes El Caimán, esta fue una oportunidad para ayudar a una buena causa. “Esperamos repetir la experiencia”.

El lugar, ubicado en la avenida Francisco Boloña, cdla. Kennedy Vieja (norte de Guayaquil), fue el sitio de encuentro de los voluntarios. Desde ahí salieron hacia los puntos seleccionados.

Vida Ecuador recolectó 400 kilos de balanceado. Andrea Mendoza (d), miembro del grupo, y Vanessa Burbano, voluntaria, ayudaron a repartir.Vida Ecuador recolectó 400 kilos de balanceado. Andrea Mendoza (d), miembro del grupo, y Vanessa Burbano, voluntaria, ayudaron a repartir. Foto: César Muñoz / El Telégrafo

Vanessa Burbano también se unió a la campaña como voluntaria para repartir la comida. Ella siempre ha sido amante de los animales y por eso se animó a colaborar. “Considero que ellos también merecen una cena de Navidad, como las personas”.

Uno de los lugares que visitaron fue donde viven los esposos Arturo y Sara. Hace 5 años ellos levantaron una pequeña vivienda a un costado del Puente Ecológico, que une la Kennedy Norte con Urdesa Norte. Ahí acogen a más de 15 gatos y con lo que obtienen con su trabajo diario como recicladores, les dan de comer a los felinos.

“Nos gusta ayudarlos porque ellos no tienen a nadie más”, contó Arturo. “Me toca protegerlos, pues a veces intentan robárselos. Gente mala se me llevó uno y tuve que pelear para que me lo devolvieran, pues querían matarlo”.

Los miembros de Vida Ecuador les dejaron balanceado y se comprometieron a seguirles ayudando con comida, tanto para los gatos como para ellos.

Pero no fueron los únicos. Otro grupo, conformado por animalistas independientes y estudiantes de veterinaria de la Universidad de Guayaquil, recorrió varios cantones durante una semana para alimentar a los callejeritos como parte de la iniciativa Donatón Navicatdog.

Ellos siempre llevan comida a los animales sin hogar, pero esta vez significa algo especial, por la época del año. Y porque se trata de ayudar a estos seres que nunca tienen quién vele por su bienestar.

“Estuvimos en Babahoyo, Nobol, Durán y rematamos la actividad yendo a varios sectores de Guayaquil”, comentó Lucía Andrade, miembro de este grupo de voluntarios.

De esa manera se desarrollaron las jornadas en las que estos jóvenes emprendedores alimentaron a docenas de animalitos; aquellos habitantes de la calle que casi siempre son ignorados. (I)

Gabrielle Arízaga llevó comida para una colonia felina en la Kennedy Norte. Los animales son protegidos por Arturo y Sara, una pareja de recicladores.Gabrielle Arízaga llevó comida para una colonia felina en la Kennedy Norte. Los animales son protegidos por Arturo y Sara, una pareja de recicladores. Foto: César Muñoz / El TELÉGRAFO

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