Punto de vista
Acerca de la reforma al Código Civil
Ecuador es uno de los países de la región de América Latina y el Caribe con la edad mínima más baja para contraer matrimonio. El Código Civil actual permite que las niñas se casen a los 12 años, y que los niños lo hagan a los 14. Esto supone una vulneración de los derechos humanos, porque las personas que se casan en su niñez y adolescencia, en la gran mayoría de los casos, dejan de estudiar, se olvidan de jugar y son fácilmente víctimas de violencia doméstica, abuso sexual y explotación.
Son muchos los efectos negativos del matrimonio a temprana edad y sus consecuencias repercuten a lo largo de toda la vida, ya que estas personas tienen muchas menos oportunidades de conseguir buenos empleos debido a que han interrumpido sus estudios. Y las consecuencias para las mujeres son aún más graves. Las niñas y adolescentes mujeres se ven expuestas a graves riesgos de salud, como por ejemplo: los embarazos a temprana edad y de manera consecutiva, las infecciones transmitidas sexualmente y el VIH-sida.
A nivel mundial, según datos de 2005 del Fondo de Población de las Naciones Unidas, se calcula que 14 millones de adolescentes de entre 15 y 19 años dan a luz cada año. Y se ha demostrado que las mujeres de esta edad tienen más probabilidades de morir durante el embarazo o el parto que las que ya han cumplido 20 años.
La Asamblea Nacional del Ecuador se encuentra debatiendo sobre el Proyecto de Ley Reformatoria al Código Civil, que tiene dentro de sus objetivos establecer los 18 años como edad mínima para contraer matrimonio, sin distinción de género.
Este esfuerzo demuestra el compromiso del Estado ecuatoriano por garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes de este país. A través de esta reforma, Ecuador, se igualaría a países que tienen los más altos estándares de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, y contribuiría de manera especial a la reducción de inequidades, dado que el matrimonio en la infancia y adolescencia, tiene un mayor impacto en las mujeres, es más común en las áreas rurales y tiene mayor incidencia en los sectores más pobres.
Anular los matrimonios de personas menores de 18 años significa romper con el círculo intergeneracional de la pobreza, ya que permite a los niños y niñas educarse y empoderarse de sus derechos, y esto trae beneficios para toda la sociedad.
El matrimonio en la niñez y adolescencia no es un tema menor. Y de ahí la importancia de apoyar esta reforma, ya que brinda un marco de protección y elimina uno de los obstáculos que impiden a las niñas y niños vivir su niñez y adolescencia a plenitud.