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A pesar de los debates de género, la desigualdad persiste

A pesar de los debates de género, la desigualdad persiste
24 de noviembre de 2013 - 00:00

¿Qué significa ser hombre en Ecuador? Es una pregunta que retumba en la mente de jóvenes y adultos  que  viven entre la transición del machismo y la construcción de una sociedad más equitativa.

“Pienso que el machismo se tiene que cortar desde la raíz. Todo lo que nos enseñan en el hogar lo   aplicamos  mientras crecemos. Si nos enseñan que tenemos que respetar a una mujer, vamos a valorarla. Y si nos dicen que todos tenemos iguales oportunidades, vamos a creer que es así”, reconoce Daniel Páez (17).

En los hogares ecuatorianos es posible encontrar las dos posturas. La de padres o abuelos que son jefes de hogar, que destinan las tareas domésticas solo a las mujeres y que piensan que   llorar  o abrazar a un amigo los hace ‘menos hombre’. Y aquellas en las que se aplica la paridad de género, no solo en la distribución   de  actividades domésticas, sino también de los gastos y el cuidado de los niños.

Para el sociólogo Santiago Recalde,   el machismo es una construcción cultural, un sistema de jerarquías que benefician al hombre y continúa con los modelos tradicionales de educación.  “Es vergonzoso que en nuestra cotidianidad no aterrice el discurso de equidad y más bien legitime en la mujer roles de sumisión o debilidad”.

Recalde considera que una de las soluciones del  tema  sería abordarlo desde otra perspectiva. “Talvez la mejor política sería no solo politizar el tema (desde la Asamblea u otras instancias) sino  politizarlo en los barrios, en las ciudades, en el campo”, explicó.
Según el Instituto Nacional de Estadística  y Censos (INEC), el 71% de hombres en  Ecuador es   jefe de hogar. Sin embargo, en el campo laboral empiezan a notarse cambios. El 51,6% de hombres tiene  cargos jerárquicos frente al 48,4%  de mujeres que ostenta  puestos directivos. Una diferencia casi mínima.

Hasta el momento   las mujeres  ganan  el territorio que ‘era ocupado por hombres’  y ellos transitan por ‘los terrenos que eran ocupados por las mujeres’.
 Hay cambios en la política pública. Por ejemplo, la Asamblea Nacional está conformada con   paridad de género. La presidencia de la institución legislativa está dirigida por una mujer: Gabriela Rivadeneira.

Por primera vez, la Corte Nacional de Justicia también aplicó este concepto de paridad. El Derecho de Paternidad concede  dos semanas libres a los padres en caso de partos con cesárea de la cónyuge.

¿Qué se logra con esto? Que también ellos se apropien de la etapa de nacimiento de un niño.

Trabajar en la igualdad

El pasado 19 de noviembre se conmemoró el ‘Día del Hombre’ para resaltar el rol positivo y promover la igualdad de género.

En ese marco, el Ministerio Coordinador de Desarrollo Social organizó un conversatorio con funcionarios públicos  y estudiantes de varios colegios de la capital. La idea central: conocer lo que piensan hombres y las mujeres sobre sus roles en la actualidad.

Janeth Quishpe, tiene 30 años, estudia en el colegio Federico González Suárez y tiene cuatro hijos.
 Ella considera que igualar las condiciones de género es complicado.  “Todavía hay mucho machismo en mi casa y eso es difícil cambiar, tengo confianza en que mis hijos no sean así”. Ella afirmó que    conversará con sus hijos sobre  que hombres y mujeres pueden  cumplir con roles importantes en la sociedad.  

Guillaume Long, ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano, reconoció  que pese a que se desarrollan    muchos debates de género en los últimos años, la desigualdad de oportunidades aún existe.

Comentó que en las 28 universidades públicas que hay en  Ecuador, solo   una  tiene una mujer de rectora. Además, afirmó que    el  70% de los docentes es  de género masculino y el 30% femenino,  cuando   en las aulas la mayoría de estudiantes es de  mujeres.

Juan Pablo Zúñiga, gerente de Enipla del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES),  reconoció que en los círculos de hombres se   habla  de género desde otra perspectiva. “Es importante entender que lavar,  planchar y cocinar no son actividades degradantes. Hay que reconocer que esas actividades  nos hacen cumplir con la responsabilidad que tenemos al compartir un mismo espacio social”, destacó.

Édison López, estudiante del Colegio Experimental Gabriela Mistral, es tajante en sus pensamientos. “Se deben tomar acciones para que los hombres y las mujeres estemos en iguales condiciones en el mundo laboral y personal. También creo que la sexualidad y el embarazo no solo tienen que ver con ellas, la planificación debe ser mutua, entre la pareja, solo así el hombre y la mujer podrán disfrutar de la etapa de ser padres”, expresó.

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