$ 8 millones en matrículas ilegales en centros tipo “E”
El Consejo de Educación Superior (CES) inició medidas legales contra algunas autoridades de las 14 universidades que fueron clausuradas. Así lo informó ayer René Ramírez, presidente del CES, quien señaló que durante la auditoría de los administradores temporales se detectaron múltiples irregularidades.
A decir del funcionario, la irregularidad administrativa más recurrente fue la precarización laboral de trabajadores. Un ejemplo fue que en la Universidad Cristiana Latinoamericana (UCL), mientras los trabajadores ganaban una mensualidad promedio de 646 dólares, el rector percibía un salario de 11.500 dólares.
A eso se suma que muchas universidades concentraban salarios en grupos familiares. Así ocurrió con la Universidad Técnica América (Unita), que pertenece a la familia Espinoza Enríquez, y la Universidad San Antonio de Machala, a nombre de la familia Ávila Loor.
La informalidad fue otro problema recurrente. De los 3.260 docentes y 959 trabajadores, solo el 41% tiene contrato y está afiliado al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). “Casi el 60% del personal se encuentra en la informalidad”, reiteró Ramírez, y señaló que también hay retraso en las mensualidades del seguro, tal y como se reportó en la Universidad Alfredo Pérez Guerrero, que realizó su último pago en marzo de 2011.
Los administradores temporales todavía se encuentran contrastando información con el IESS, el Ministerio de Relaciones Laborales, el Servicio de Rentas Internas (SRI) para determinar la situación financiera de cada institución.
Dentro de las irregularidades financieras y administrativas se determinó que ninguna de las 14 instituciones entregó inventario, libros contables y estado de sus cuentas bancarias. Además, algunos establecimientos registraron ausencia de activos, con lo que se presume transferencia de bienes inmuebles a familiares y promotores, a pesar de que en marzo pasado el CES anunció medidas cautelares para estas instituciones. Esto implicaba que ninguno de los centros de educación superior podían adquirir, vender o transferir sus bienes.
En cambio, otras instituciones no tienen bienes inmuebles: 14 de los 17 locales en los que funciona la Unita son arrendados. Lo mismo ocurre en cuatro de las cinco sedes de la Universidad Interamericana del Ecuador y en 11 de las 21 localidades de la UCL. “Los estudiantes se estaban formando en universidades fantasmas”, concluyó el titular del CES.
En cuanto a las irregularidades académicas, el personal de las brigadas reportó gran cantidad de datos erróneos: 3.155 en los datos personales, 14.192 en el número de créditos, 3.117 en el nombre de la carrera, 3.214 en la fecha de ingreso, 1.574 estudiantes no fueron inscritos como alumnos del último año de la carrera y hubo 10.780 estudiantes que no se registraron.
El CES también determinó que las instituciones suspendidas informaron que se matricularon 8.999 estudiantes después de aprobarse la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), de los cuales 6.056 tienen menos de 50 créditos aprobados (es decir no corresponden a convalidaciones); por lo cual se presume que recaudaron por matrículas ilegales al menos 8,5 millones de dólares, solo en 2011.
Ramírez aseguró que la denuncia fue presentada ante la Fiscalía General del Estado para que determine si se trata de un delito y espera que los jueces validen la denuncia.
Por lo pronto recordó que continúa el Plan de Contingencia y que hasta el 13 de mayo se registraron 38.500 estudiantes y 2.017 profesores.
Para este plan, las universidades y escuelas politécnicas han ofrecido 59.212 carreras, además se crearán 13 carreras de titulación especial “desde un enfoque territorial y según modalidades de estudio”.