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Ecuador, 01 de Febrero de 2025
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El Telégrafo
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En guayaquil más de 600 estudiantes entraron al teniente hugo ortiz por la zonificación del ministerio de educación

7 colegios ‘militares emblemáticos’ en el país adoptarán un sistema fiscomisional

El Eloy Alfaro es uno de los 25 colegios militares de Ecuador. Está en Quito y las clases inician a las 06:50. Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo
El Eloy Alfaro es uno de los 25 colegios militares de Ecuador. Está en Quito y las clases inician a las 06:50. Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo
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Al inicio del año lectivo, Ramiro Córdova, de 52 años, recuerda que estaba comprando los uniformes de sus hijos y vio a un padre de familia con los brazos tatuados y el pantalón ancho. “Eso no debería ser así”, cuenta el quiteño cuyo hijo estudia en el octavo de básica del colegio militar Eloy Alfaro de Quito.

“Yo estudié aquí y me gusta la carrera militar, es por tradición y por la disciplina y los valores que les inculcan”, cuenta el hombre, quien si bien agradece que el colegio militar sea ahora público, desea que la “educación no se pierda”.

Precisamente la disciplina militar, el uniforme, la obediencia y el respeto son varios de los aspectos que destacan los padres consultados sobre los colegios antes regidos por las Fuerzas Armadas. Y son también cualidades por las que prefieren colocar a sus hijos allí.

Otros encuestados también anhelan que esta formación inculque en sus hijos el deseo de seguir una carrera en el Ejército o Marina.

Cuando en 2013 los 25 colegios militares pasaron a ser fiscales luego de un acuerdo entre los ministerios de Educación y Defensa, muchos de los padres alegaron que la disciplina y orden se ‘perderían’.

En Guayaquil un grupo  de representantes del colegio Teniente Hugo Ortiz formó un plantón para que no se acabe la ‘disciplina militar’.

Lo cierto es que esto no ha pasado, asegura Wilson Ortega, subsecretario de Apoyo y Seguimiento del MinEduc. Más bien, cientos de familias más se han beneficiado con el acuerdo, puesto que los planteles de la fuerza terrestre, de la aérea y marina pasaron a ser gratuitos y dieron cabida a más estudiantes con la zonificación.

Un ejemplo de esto es Jeann Frank, quien obtuvo un cupo para estudiar en el Liceo Naval de Guayaquil. Con mi esposo siempre quisimos  que estudie en un colegio como este, pero por nuestros ingresos no podíamos. Aquí lo forman con muchos valores, a ser más correctos, además él quiere ser militar”, dice su madre Jaqueline Delgado.

Lo mismo ocurrió con Génesis Oleas, quien salió zonificada al colegio Teniente Hugo Ortiz a través del Distrito 7 en Guayaquil. Su padre Pedro Oleas contó que era su anhelo ponerla en una institución militar, “me siento tranquilo de saber que ella estudia aquí porque sé que los controlan mejor que en otros colegios donde hay mucho ingreso de drogas”.

Solo en la jornada vespertina del Teniente Hugo Ortiz hubo más de 600 estudiantes, un incremento del 60% en la matrícula.

¿Cuál es el impacto de la educación militar?

El 11 de diciembre de 1899 el general Eloy Alfaro crea en forma definitiva el Colegio Militar y en reconocimiento, en 1935 se le registra con su nombre. Desde entonces ha formado a cientos de bachilleres, y muchos de ellos siguen la carrera militar en el instituto superior del mismo nombre. Al igual que otras instituciones castrenses, promueven que allí se enseña la verdadera ‘disciplina’ y ‘lealtad’.

Pero, ¿debería existir este tipo de educación militar en pleno siglo XXI? Patricia Arcos, docente de psicopedagogía, explica que esta formación predice un comportamiento y crea personas que acaten órdenes.

“Una persona que se educa bajo condiciones autoritarias, como un niño, creerá que este tipo de  educación rígida va a permear en todo su accionar de vida diaria”, dice Arcos.

Esta obediencia y autoritarismo se reflejaría en los recreos, donde el más fuerte querrá imponer su orden, “probablemente cuando el niño sea adulto crea que el autoritarismo es la forma de tratar a su esposa o hijos”.  Arcos considera que la educación no debería ser autoritaria  sino con autoridad, y entre ambas hay diferencias grandes. “Una educación con autoridad hará que los chicos puedan ser críticos, analíticos y que puedan razonar bajo diferentes formas”.

El paso de militares a emblemáticos

Ortega, subsecretario de Apoyo y Seguimiento, explicó que de los 25 colegios militares que existen en el país, 7 fueron contemplados como emblemáticos y el resto fiscales.

Bajo esa denominación, de emblemáticos, los planteles tendrán un régimen fiscomisional y los docentes serán parte del Fisco, pero los gastos del colegio serán financiados en parte por los padres. “El monto que pagarían los representantes se está definiendo entre el Ministerio de Defensa y el de Educación”, dice Ortega y básicamente el dinero se destinará al mantenimiento de las infraestructuras. Antes de definir la contribución se hará un análisis de la situación económica de cada padre o madre.

Esto ya ocurre en ciertos planteles  declarados emblemáticos, como el Eloy Alfaro de Quito. Gonzalo Jara, por ejemplo, cuenta que les han enviado comunicaciones para conocer su estado socioeconómico y así definir una posible pensión.

“Pienso que la mayor parte de los padres de familia estará de acuerdo con pagar. Antes cancelaba $ 160 mensuales, y si deciden poner pensión, estoy dispuesto a pagarla”, cuenta este quiteño, quien no considera que la educación militar sea cuadrada o autoritaria.

De acuerdo con la psicóloga educativa Gabriela Osorio, una de las razones por las que los padres buscan los planteles militares es para solventar la falta de autoridad y otros valores que no hay en el hogar.

“Las instituciones militares tienen sus pro y contras, son muy rígidas y crean personas encerradas en sus ideas. Lo positivo es que ayudan a los chicos a diferenciar la rebeldía con autoridad y se forman bajo cierta responsabilidad y organización”, agrega la profesional.

Aconseja que previo al ingreso del menor a un plantel de este tipo, cada padre debe decidir qué clase de hijo quiere formar, qué necesidades o cualidades tienen.

La psicopedagoga va más allá y asegura que tanto la educación militar como la general deberían reformarse. “Hay que preguntarnos hasta qué punto esa educación aplicada forma al individuo de manera integral y si estamos haciendo que ese individuo sea crítico”. (I)

El Comil de Riobamba busca ser emblemático

La Unidad Educativa Combatientes de Tapi Comil, ubicada en Riobamba, abrió sus puertas hace 21 años y cuenta con 1.980 alumnos; hasta hace 2 años los padres de familia cancelaban mensualmente $ 60, en la actualidad es gratuito. Esto ocurrió luego de que en 2013 los 25 colegios militares del país pasaron por decreto a ser fiscales, es decir su currículo y administración los rige el Ministerio de Educación.

“No desmerecemos lo que se ha hecho por nuestros hijos y respeto a las otras instituciones, pero en el Comil nuestros hijos son disciplinados, no se les permite andar desarreglados o con cabello largo”, dice Wilson Enrique Villa, quien sirvió por más de 20 años en el servicio militar.

El pasado martes, Wilson junto a decenas de otros padres y madres de familia se apostaron en las afueras del plantel, pidiendo que éste sea considerado una institución emblemática y no solamente fiscal. De esta manera esperan que se continúe con el denominado ‘sistema militar’.

En la actualidad los 3 hijos de Wilson estudian en el Comil y, según cuenta, está en desacuerdo que este tipo de enseñanza se suspenda o se ‘mezcle’ con la educación formal.

En el transcurso de esta semana los padres en compañía de antiguos estudiantes han acudido hasta las instalaciones de la Dirección de Educación en Riobamba con rótulos y carteles que señalan sus pedidos.

Fernando Argüello, representante del gobierno escolar del Comil, indicó que ya han solicitado ante las instancias correspondientes para que se califique a la institución como colegio emblemático.

“Muy pocos colegios militares han calificado bajo esta característica a nivel nacional y queremos que se consideren los logros y méritos alcanzados por nuestros cadetes”, indicó Argüello, quien agregó que el reclamo no es político.

Dimas Gaibor, director zonal de la Dirección de Educación, aclaró que la migración de los colegios militares se desarrolla desde hace 2 años, y los docentes ya han recibido mejoras salariales y capacitación. Enfatizó que el colegio militar no desaparecerá y que más bien está dentro del fortalecimiento de la calidad educativa. (I)

Datos

De las 25 instituciones militares, 7 de ellas fueron catalogadas como emblemáticas por parte del Ministerio de Defensa y  el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

El Colegio Militar Eloy Alfaro, el Liceo Naval, ambos de Quito; Teniente Hugo Ortiz, Liceo Naval de Guayaquil, Abdón Calderón de Cuenca, Héroes del 41 de Machala, en Quito,  Colegio FAE de Taura conforman la lista.

Para ser emblemáticos las instituciones cumplieron con: número de hijos del personal militar; la presencia institucional estratégica; incidencia en el proceso de modernización de las Fuerza Armadas, años de funcionamiento y tradición institucional, déficit de matrícula en el área de influencia.

Entre los 18 que no son emblemáticos están  Unidad Educativa FAE N° 4 (Manta); Liceo Naval Manuel Nieto(Esmeraldas); Colegio Militar Luciano Coral (Tulcán); Colegio Militar Patria (Latacunga). (I)

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