Un daño en el nervio óptico causó que Thomas Domínguez Moreira perdiera la visión hace 15 años. Desde entonces camina por las calles acompañado de un bastón blanco (especial para su discapacidad), sin temor a caer o tropezar.

Este año egresó de la carrera de Ciencias de la Educación en la Universidad de Guayaquil y también es profesor en la escuela Dr. Edmundo López Lara, en Durán, donde capacita en computación a estudiantes mayores de 15 años, que se encuentran en igual condición física.

Domínguez, de 49 años, fue uno de los 66 beneficiados que recibieron equipos con tiflotecnología (aparatos que ayudan a comunicarse a personas con ceguera), por parte de la Secretaría Técnica de Discapacidades (Setedis).

A cada una de las personas se le entregó una computadora portátil con su cable para la conexión eléctrica, mouse, una mochila y kit tiflotécnico. Las laptops tienen instaladas un software llamado NVDA. “Es un lector de pantalla que habla para poder interactuar en los programas, a través de comandos y teclas”, explica Lucía Meza, quien dictó el curso de inducción sobre el manejo de los equipos.

Para Meza, lo más importante es que las personas con discapacidad visual aprendan las combinaciones de teclas básicas, que dependiendo de su función pueden llegar hasta 4. “Por ejemplo si ellos presionan la tecla Alt y F4 se cierra la ventana. Si tienen un documento y lo quieren leer todo deben presionar la tecla Insert y la flecha con dirección abajo”, añade.

Mediante este programa, las personas con ceguera pueden navegar por internet, leer documentos en Wordpad, Microsoft Office Word, abir correos electrónicos, hojas de cálculo, líneas de comando y explorar las unidades del disco duro de la computadora. También es posible realizar las sencillas tareas del programa Windows.

Domínguez manifiesta que ya estaba familiarizado con el sistema porque lo tiene instalado en una vieja computadora de su casa. “Usaba los comandos para abrir programas, entrar a Excel, Power Point, Word, abrir correos o enviarlos”, dice.

David Andrade, coordinador de tiflotecnología de la Setedis, explica que los dispositivos están dirigidos a personas con discapacidad visual que estudian. “El equipo ayuda para que puedan formarse en el área académica y también realicen actividades diarias sin que tengan limitaciones. Es una herramienta para su inserción a la sociedad”, expresa.

Previamente a la entrega, la Setedis recibió la copia de cédula de cada interesado, la copia del carné del Conadis, un comprobante de la planilla de luz, un certificado de estudios y otro certificado médico.

Ismael Carló, de 44 años, entregó los requerimientos hace un mes. Él vive en el cantón Pedro Carbo, del Guayas, y su profesora de braille fue quien lo direccionó a la ayuda. “Decidí aprender a leer los libros braille para empezar a estudiar pero al tener una computadora que me indica lo que voy haciendo, todo será más fácil”, opina Carló.

Shirley Duque, casada con Mauro Arias que tiene discapacidad visual, menciona que para adquirir un equipo similar es necesario gastar al menos $ 1.000.

Duque señala que ni ella ni su esposo tenían las condiciones económicas para pagar ese valor, porque  se dedican al comercio informal, “estoy segura de que con la computadora en casa, mi esposo podrá practicar lo que aprende en el Secap y tendrá otras oportunidades”.

Domínguez cuenta que luego de tener su título en docencia realizará una maestría en tecnologías de la educación, porque la considera fundamental para el desarrollo de personas con discapacidad visual. “De esta manera puedo educar y ayudar”, expresa.

Para obtener el equipo acercarse a la Setedis. Consultar la ubicación de la oficina más cercana en www.setedis.gob.ec.