En el Ecuador se han registrado 3 millones 260 mil 340 casos de violencia, según la Encuesta nacional de relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres 2011, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC)

Patricia -identidad protegida- es una de ellas. Cuando tenía 20 años se casó con Carlos, quien siempre fue frío, pero no violento. Ella confesó que a los siete años de matrimonio la actitud de su esposo cambió, aparentemente por envidia profesional, ya que Patricia había conseguido un buen empleo en el sector público.  

“Él no era así, nuestra convivencia era de familia pese a su machismo. Pero empezó a tratarme mal, lanzarme cosas y agarrarme fuerte del brazo. Creo que por celo profesional, porque gano más que él y me quedaba hasta de noche trabajando, ya que mi cargo demanda varias responsabilidades. Él se ponía celoso de con quién estaré, incluso me armó un show frente a mis compañeros porque me encontró saliendo con ellos al almuerzo. Me tocó hablar con el guardia para que no lo deje entrar, porque cree que tengo un amante”, afirmó entre lágrimas.

Hace un par de semanas Patricia descubrió que su marido tiene una relación con una mujer más joven que ella en la red social Facebook. Imprimió esas fotografías y una noche las enseñó al padre de sus hijos y le dijo que si la seguía maltratando, ella contaría su traición a sus padres y suegros. En la madrugada  Carlos se levantó y la agredió.

“Esa noche me fui a dormir al cuarto de mis hijos, porque se habían ido con sus abuelos.  Pero él se levantó para darme una paliza. Ya no pude más y recurrí a una prima. Con ella nos fuimos a la ONU Mujeres -entidad de las Naciones Unidas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres- y con la asesoría de una abogada pedí boleta de auxilio porque ya era invivible esto”.

Para Nidia Pesántez, oficial nacional del Programa ONU Mujeres para la Región Andina, la principal causa de violencia contra la mujer es el patriarcado y el sistema cultural, el cual estructura al hombre y sus necesidades como el centro del desarrollo y decisiones.  

“La violencia está en un pensamiento patriarcal y el patriarcado es el elemento base del sostenimiento de la violencia. A este se le suma el machismo, que es una conducta, producto de un pensamiento patriarcal. La violencia es el mecanismo para sostener relaciones inequitativas”, explicó Pesántez.

Por su parte Consuelo Carranza, especialista de comunicación de la Unicef, aseguró que la violencia -ya sea psicológica o física- baja la autoestima de las personas y por esta razón no puede dar frutos positivos de ninguna manera. 

Ante el caso de Patricia y de miles de personas más, la ONU Mujeres y Unicef se unieron para llevar a cabo la campaña Únete, con el fin de que hombres y mujeres pongan un alto a la violencia.

Pesántez afirmó que las acciones a tomar están encaminadas en tres ejes. “El primero es garantizar las leyes que prevengan y sancionen la violencia. Otro que mujeres y hombres tomemos conciencia que este no es problema solo de mujeres sino de toda la sociedad y que mientras persista no podemos hablar de desarrollo, democracia y derechos. Y la garantía de información sobre el tema”, enfatizó.

Para Carranza, la meta es que la sociedad y las organizaciones tomen cartas en el asunto, para que los niños puedan crecer en un ambiente sano y libre de violencia. “La gente de Unicef estamos convencidos de que donde los niños están, aprenden y crecen creyendo que la violencia es normal y natural. Esa es la razón principal por la que apoyamos a ONU Mujeres. Unicef cree que si se disminuye la violencia en contra de las mujeres, los niños van a crecer mentalmente sanos, alegres y con alta autoestima”, reiteró.

La campaña empieza hoy y culmina el 10 de diciembre. Se realizará  en Ibarra, Loja, Lago Agrio, Esmeraldas y Quito, en donde se podrá tener información lúdica de este tema. Sin embargo, Carranza reiteró el compromiso permanente de la ONU Mujeres y Unicef para poner fin a la violencia de género.

El 25 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la no violencia a las mujeres, en honor a las hermanas Mirabal -más conocidas como Las Mariposas-, quienes fueron asesinadas por la dictadura de Trujillo en República Dominicana.

Por esta razón, el símbolo de la campaña será la mariposa, que representa la fragilidad y la libertad de la mujer. “Conmemoramos un hecho histórico, el cual nos recuerda que la violencia no es la forma de comunicarnos”, enfatizó Pesántez.