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6 de cada 10 adultos ecuatorianos padecen sobrepeso u obesidad
Daniel Andrade, de 45 años, a diario bebe un litro de gaseosa, que contiene 12 cucharadas de azúcar.
Precisamente, el tope de la ingesta que sugiere la Organización Mundial de Salud (OMS) para el consumo de los azúcares libres (procesado) es de 12 en adultos y 9 en niños.
Cada cucharada equivale a 4 gramos, por lo que la OMS estableció un máximo de 50 gramos.
Pese a esa ingesta, Daniel no tiene sobrepeso ni diabetes y considera que las gaseosas no representan una amenaza para la salud. “Toda mi vida he tomado más de medio litro de gaseosa y no tengo problemas”.
La Encuesta Nacional de Salud (Ensanut 2014) cuantifica que 6 de cada 10 adultos ecuatorianos tienen sobrepeso u obesidad. Galápagos evidencia la mayor incidencia.
Además, en este último lugar -reza el estudio- dos de cada cuatro escolares, uno de cada tres adolescentes y tres de cada cuatro adultos presentan estos problemas.
En la población adulta la obesidad es más alta en mujeres (27,6%) que en hombres (16,6%). En cuanto al sobrepeso, los hombres mantienen la prevalencia de 43,4% y las mujeres 37,9%.
La obesidad y el sobrepeso, a diferencia de la desnutrición en edad escolar, no se relaciona con la pobreza. El quintil más rico presenta superior prevalencia (41,4%), en comparación con los escolares pobres (21,3%). El informe desarrollado en el territorio nacional concluyó que el 60% de los adultos de 18 de las 24 provincias tienen exceso de peso.
Para la nutricionista Alegría Dávalos, la subestimación del consumo de bebidas azucaradas origina complicaciones en la salud.
“Este comportamiento a largo plazo puede estar asociado a la diabetes o resistencia a la insulina prediabetes, problemas de salud adquiridos por malos hábitos alimenticios generalmente”.
La energía que necesita una persona a diario para desarrollar sus actividades -dice Dávalos- no debe ser solo de la azúcar.
Consumos y tributos
La encuesta indica que el 81,5% de los ecuatorianos compra gaseosas y bebidas azucaradas. La población de entre 15 y 19 años consume el 84% de estos productos.
Además, hay ingesta excesiva de carbohidratos (29%) y de grasas (6%).
Dávalos considera que la medida adoptada por el Gobierno Nacional al gravar con impuestos las bebidas azucaradas frenó su consumo. “Esta apreciación está basada en la experiencia con pacientes”.
En México, el aumento de los precios de las bebidas, en 10%, disminuyó el consumo en 6%.
El nutricionista Diego Balladares calcula que una persona consume 61,3 kilos de azúcar al año.
Las estadísticas que maneja la OMS, en el mundo, son alarmantes. La cantidad de casos de obesidad aumentó desde 1980. En 2014, 1.900 millones de adultos (18 años y más) tenían sobrepeso, de ellos, 600 millones eran obesos.
En 2015, 42 millones de niños de menos de 5 años sufrían obesidad. Al mismo tiempo, la cantidad de adultos con diabetes se triplicó en 35 años, pasó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014.
Los datos motivaron a la OMS a pedir a los gobiernos gravar las bebidas azucaradas hasta con el 50%. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que nuevos impuestos incidirían en una caída del consumo. “El aumento de 20% disminuiría el consumo en igual porcentaje. Si los gobiernos gravan esto salvarían vidas”, dice Douglas Bettcher, director de prevención de enfermedades. (I)
Industria del azúcar soborna a tres científicos
Una investigación de la Universidad de California reveló que la industria del azúcar sobornó a tres científicos de Harvard para que se responsabilice a las grasas de las enfermedades del corazón.
La Asociación del Azúcar en Estados Unidos financió estudios en las décadas del 60 y 70; y pagó $ 50.000 a cada uno de los tres científicos para que reduzcan al mínimo la conexión entre el azúcar y los problemas cardíacos.
La directora del documento, Cristin Kearns, descubrió cartas donde se evidenciaba que las dos principales escuelas de nutrición de Estados Unidos habían colaborado con las industrias para alterar las estadísticas respecto al riesgo de patologías coronarias.
“Esto cambia por completo la discusión sobre el efecto del azúcar en la salud de las personas”, afirmó Stanton Glantz, uno de los responsables de la investigación, publicada en el JAMA Internal Medicine.
El año pasado el New York Times publicó un informe en el que denunció que Coca-Cola -mayor productor mundial de bebidas azucaradas- aportó millones de dólares para realizar estudios que minimizaran la relación de sus productos con los riesgos de obesidad en la población.
En el informe se intentó convencer a los ciudadanos de que los problemas de sobrepeso eran exclusivamente por la falta de ejercicios y no por los malos hábitos alimenticios. (I)