554.888 jóvenes de 16 a 17 años podrán votar el 17 de febrero
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), 554.888 jóvenes de 16 a 18 años podrán ejercer su derecho al voto facultativo por tercera ocasión, en las elecciones del próximo 17 de febrero. Al respecto, Álvaro Sáenz, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia (CNNA), afirmó que en la primera elección acudieron a votar alrededor de 300.000 jóvenes, mientras que en la segunda se acercaron aproximadamente 350.000, razón por la cual esta vez se estima que 400.000 serán los electores de 16 y 17 años.
José Pachacama es uno de ellos. Es presidente del Consejo Estudiantil del Colegio Sebastián de Benalcázar y considera “excelente” esta oportunidad para votar. “Mediante el voto tenemos la oportunidad de decir que esto no nos gusta y esto sí. Todo depende de la información que tengamos, eso es fundamental, porque hay jóvenes que somos muy capaces, pero también está el otro lado de la moneda. También hay jóvenes que no saben definir su voto”, afirmó, tajante.
José ha podido definir su voto presidencial mediante la información emitida en los medios de comunicación, pero de manera especial, en los programas de debate cuyas preguntas considera bien planteadas. “Las preguntas que son bien formuladas dan criterio a las personas para que elijan su voto”.
Rubí Dávila, estudiante de este mismo plantel, aseguró que ha discutido este tema con sus familiares y compañeros, quienes “no todos están a favor de las tendencias de izquierda que vive el país, pero todos debatimos porque estos son los procesos que alteran al Ecuador y a la vida cotidiana. Hablar con personas que conozco me da facilidad para entender su pensamiento”, explicó.
Ella también ha definido su voto presidencial, porque considera que el voto nulo sería una irresponsabilidad de su parte y no tendría sentido ejercer su derecho. “Siempre he sido parte de la sociedad y al cumplir 16 años al fin tuve la oportunidad de elegir. Lo hago porque siento que estoy informada y tengo la capacidad de decidir en el cambio del país. Un voto sí hace la diferencia y quiero que quede constancia de que yo lo hice”, expresó convencida.
Para Hernán Reyes, sociólogo y docente de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), en los últimos 15 años ha surgido un proceso de mutación importante en las estructuras familiares, lo que ha dado lugar a un proceso de autonomización más temprano de los adolescentes.
“Los jóvenes ingresan más temprano a la vida productiva y me parece que la idea tradicional de que ellos son niños o personas inmaduras, cada vez tiene menos peso en una sociedad como la nuestra. Gracias a las nuevas tecnologías de información y comunicación, la gente conoce pronto los temas que antes, supuestamente, estaban vedados por el mundo adulto”, explicó.
Para el experto, el voto facultativo es un avance significativo siempre y cuando esté acompañado por un proceso de concienciación y de responsabilidad por parte de los nuevos electores. “Es importante pero sin querer idealizar el voto adolescente y juvenil. No quiero de ninguna manera creer que se trata de una decisión equivocada, en el sentido de que son presa fácil del convencimiento de los políticos porque, finalmente, respondería a un grupo de ideas anacrónicas y pasadas de lo que significan las diferencias del mundo juvenil y del adulto” agregó.
A Kimberly Minda, presidenta del Consejo Estudiantil del Colegio María Angélica Idrobo, le gusta participar y saber de política. Por esta razón considera que su voto es una gran alternativa para ser partícipe de una decisión importante.
“Me gusta tener mi propio criterio y por eso nadie ha influido en mi voto. No todo el mundo va a estar de acuerdo, pero para eso vivimos en democracia, por eso las sociedades crecen. Siempre tiene que existir la oposición para que los demás crezcan. Por ejemplo en mi familia nos gusta el debate y analizamos las propuestas de los candidatos elegidos por cada integrante de nuestro hogar”, aseguró.
Para Kimberly, la mayoría de propuestas de los candidatos presidenciales se enfoca en criticar al gobierno actual, en vez de proponer soluciones. “Hay técnicas de campaña muy interesantes”, agregó, “pero no siempre hemos tenido la apertura de saber todas las propuestas. Por eso me gusta que la prensa se interese en mostrarnos a los jóvenes lo que dice cada uno de los candidatos, y en mostrarles a ellos lo que nosotros queremos saber”.
Al respecto, Sáenz recordó que los candidatos no pueden asistir a los colegios. “Es prohibido que se haga proselitismo electoral. Es correcto que los adolescentes se enteren a través de los medios de comunicación, pero existe otro mecanismo. Los jóvenes pueden convocar a los candidatos para presentar sus ideas. Es decir, no les preguntan qué van a hacer por los jóvenes, sino entregarles sus peticiones para que se comprometan en ciertos temas”.
A diferencia de Kimberly, Michael Alan, estudiante del Colegio Borja 3, confesó que su entorno social sí ha influido en su voto. “He investigado en Internet las propuestas de los candidatos, pero converso con mis compañeros porque es algo muy importante. Desde los 16 ya podemos votar por el futuro de nuestro país y ya estamos a un paso de ser mayores de edad”.
Por su parte, Sáenz considera que los adolescentes de esta edad pueden orientar a otro grupo objetivo con una mentalidad joven, nueva y moderna en el proceso electoral. “Del grupo del voto facultativo, el 45% es el que realmente vota. Pero del grupo de 16 y 17 años, el 60% acude a votar. Eso quiere decir que los jóvenes son los que más acuden a cumplir con su deber cívico”.
Reyes acotó que los adolescentes pueden tener una vida mucho más activa, consciente y participativa en comparación con los adultos que desconocen de temas de interés público. “Los jóvenes son más proclives a mantener viva una esperanza de cambio, utopías de sueños por las que muchos del mundo adulto se han desencantado. Se trata de reconocer la ampliación de los derechos ciudadanos a un grupo que en el Ecuador no solo ha sido discriminado y excluido, sino también violentado en sus derechos”.