210 toneladas de alimentos repartidos
La actividad del Banco de Alimentos Quito (BAQ) creció con la emergencia sanitaria y en las dos primeras semanas prácticamente se quintuplicó el trabajo que cumplen alrededor de 18 personas.
La fundadora y responsable de esta iniciativa, Alicia Guevara, contó que en esos días tuvieron que laborar incluso hasta los fines de semana.
“Pero siempre con estrictas medidas de bioseguridad, lo que hasta hoy nos permite que nuestro personal esté en perfectas condiciones, sin ningún contagiado por covid-19”.
Durante estos dos meses de aislamiento, el BAQ entregó 210 toneladas (t) de productos que beneficiaron a 110.000 personas.
Esto gracias a que aumentaron las empresas privadas que colaboran. Solo en este período, de las 30 instituciones habituales hoy suman 52.
“Durante esta crisis se activó la solidaridad de las personas y las empresas, lo que nos ha permitido llegar a un mayor número de organizaciones de Quito; pero también se llevó víveres a San Pablo de Lago y Otavalo, provincia de Imbabura, y también hacia la provincia de Pastaza”.
Guevara cuenta que han tenido pedidos de ayuda de otras ciudades, mas no han podido cubrir todos los requerimientos.
El BAQ tiene una amplia experiencia en la ayuda alimenticia a población vulnerable. Su actividad inició hace 17 años como una manera de reducir el desperdicio de alimentos en la ciudad y, a su vez, permitir que personas necesitadas accedan al mismo.
Solo en Quito se desperdician más de 400 toneladas diarias de alimento, que es totalmente apto para el consumo humano.
“Lo que nosotros hacemos es salvar este alimento con voluntarios que lo clasifican y posteriormente lo entrega a la población vulnerable”.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO), en América Latina se desperdicia cada día alrededor de 348 mil toneladas de productos y en el mundo se pierde cerca del 15% de alimentos disponibles.
Previo a la pandemia, el BAQ atendía directamente a 585 familias y mantuvo ese sistema por algunos días, mas el mismo debió cambiar porque la demanda se incrementó en exceso, tanto que produjo aglomeraciones.
“Hoy la atención a esas familias se mantiene a través de los coordinadores barriales y párrocos a quienes se les envía el alimento, según el sector”.
Durante este período también recibieron el apoyo de la Cruz Roja Ecuatoriana para trasladar en sus vehículos los productos alimenticios hacia la casa barrial o al domicilio del dirigente que distribuirá esa donación.
El BAQ tiene una bodega en el sur de la capital por lo que para atender a la población del norte establecieron una alianza con la Compañía de Jesús que tiene un sitio para conservar alimentos.
“Vienen a nuestra bodega y se encargan ellos de distribuir en el norte”.
El BAQ entregó alimentos para ser repartidos por el Patronato San José porque al inicio de la emergencia ellos no tenían mapeada la ubicación de las población vulnerable.
“En las tres primeras semanas éramos el único organismo que daba alimentos, por eso contribuimos con todas las organizaciones gubernamentales que nos pidieron”.
El BAQ tiene certificación de la Global Foodbanking que establece los protocolos de seguridad que cumplen con rigor. (I)