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El proyecto también ha capacitado a 500 personas en talleres temáticos

2.200 voluntarios recaudan fondos para levantar más techos

Voluntarios de la organización Techo ya iniciaron la colecta en el centro de Guayaquil. La meta es recolectar 200 mil dólares a nivel nacional. Foto: Eduardo Escobar | El Telégrafo
Voluntarios de la organización Techo ya iniciaron la colecta en el centro de Guayaquil. La meta es recolectar 200 mil dólares a nivel nacional. Foto: Eduardo Escobar | El Telégrafo
07 de junio de 2014 - 00:00 - Redacción Sociedad

La Organización Techo está comandada por jóvenes entre los 16 y 28 años. Es la primera semana de junio y ellos trabajan contra el tiempo porque hoy concluye la colecta nacional de fondos, que permitirá construir hogares de emergencia para personas necesitadas. En las visitas a las comunidades también se realizan actividades lúdicas y de aprendizaje.  

Las alcancías, que tienen forma de casas azules, están regadas por toda la oficina de Techo, en Quito. Thalía Bueno, la directora de comunicación, explica que ellos las elaboran y que esperan llenarlas hasta recaudar $ 200 mil e invertir ese dinero en una buena causa.

La Organización Techo nació en Ecuador en 2008. Ahora trabaja en varios frentes.Primero en la construcción de viviendas para personas que por una u otra razón no tienen hogar; y luego realizan mingas comunitarias, elaboración de huertos, capacitaciones en oficios, talleres educativos, de salud, de fomento productivo y actividades lúdicas con niños.

Estas labores son posibles gracias al trabajo de los voluntarios. Desde 2008 han conformado alrededor de 20 mil. Actualmente, Techo tiene 300 voluntarios fijos y unos 2.200 que salen a las calles a recaudar fondos. En 2014 tienen en mente construir 320 casas; al momento ya han entregado 58.

La labor más grata

Colaborar para la FundaciónTecho es un acto de fe. Jorge Hernández (27 años) y Katherine Burneo (19) son voluntarios, ellos no reciben remuneración por su labor, pero la satisfacción de ayudar a otras personas ha sido su mejor recompensa.

Jorge inició con el voluntariado hace 4 años como práctica de la carrera de administración que cursaba en la Universidad San Francisco. Pese a completar las horas de práctica, se quedó. Actualmente realiza un proyecto para construir un hotel en el centro de Quito, pero a la par trabaja en Techo.

Katherine tiene más de un año como voluntaria permanente y este tiempo lo comparte con sus estudios de leyes en la Universidad Católica. Según dice, ha tenido que renunciar al tiempo con familiares y amigos; pero eso no la aturde porque sabe que hay personas en condiciones extremas que la necesitan.

Casi todas las experiencias de construir viviendas de emergencia son gratificantes, pero siempre la primera es la que se guarda en la memoria y en el corazón. Por ejemplo, Jorge recuerda cuando construyó una vivienda para una anciana de 86 años en la provincia de Imbabura. La señora habitaba en una pequeña vivienda con 6 hijos y sus respectivas familias. Con el hacinamiento, les cedió su vivienda y se acomodó en un cuarto muy pequeño, donde, incluso, dormía con cuyes. “Ella fue tan generosa por ver construida su casa que nos dio de comer. No tenía lo suficiente, pero quiso compartir con nosotros. Cuando caí en cuenta que sus últimos años pasaría cómoda en una casa, me alegré”, recuerda Jorge.

En cambio a Katherine se le ablandó el corazón cuando recibió 2 ramilletes de flores recogidas del campo por 2 niños que le agradecían por su nuevo hogar. “Me di cuenta de que existe un mundo que yo nunca había visto. Al inicio fui a la comunidad pensando que yo iba a enseñar algo, pero resultó que quien aprendió fui yo”, dice la joven.

La construcción de una vivienda requiere de un proceso de organización. Por ello, se arma una encuesta previa a las comunidades, se dictan charlas para comprometerlos a trabajar junto a Techo, y así los voluntarios empiezan con el levantamiento de las viviendas.

Ellos tienen varias responsabilidades. Los voluntarios ‘cuadrilleros’ construyen las casas; los jefes de cuadrilla los guían en la labor y cuentan con manuales, mientras que los ‘camionetas’ son más experimentados y resuelven problemas puntuales con las viviendas.

Su labor no concluye ahí. Ellos retornan para supervisar la construcción y crean alianzas con la comunidad. “Hay personas que agregan pisos o cuartos y convierten a esa casa prefabricada en un hogar. Eso es gratificante”, dice Katherine.

DATOS

La Organización Techo está presente en 19 países de América Latina y elCaribe.

Se han movilizado 530 mil voluntarios para trabajar en comunidades que enfrentan pobreza. Un total de 89.500 familias latinas y caribeñas han trabajado junto a Techo para construir su vivienda.

Desde 2008, Techo (Ecuador) ha trabajado en 161 comunidades del país y ha entregado casas a 1.973 familias.

Techo Ecuador ha capacitado a 500 personas en oficios, talleres de aprendizaje, salud y educación. Está previsto que a finales de 2014 se capacite a 1.500 personas más.

La organización subsiste por donaciones. La colecta representa el 33% de los ingresos anuales. Hoy culmina en Quito, Guayaquil, Ambato, Cuenca y Loja.

Los voluntarios se ubicarán en las calles principales de las ciudades.

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