El olor de la pintura fresca caracteriza en estos días a la parroquia quiteña El Quinche. Las casas lucen renovadas y los jardines del parque central están podados.

Las aceras están libres y las ventas de juguetes, velas, cuadros, artículos religiosos, ropa y comida que eran parte del paisaje, por estos días, se trasladaron a un canchón junto al cementerio.

Sobre la calle Sucre ya es posible admirar a Pedro Cando estirando la miel que se convertirá en melcocha. También se puede ver las viviendas que rodean el Santuario de la Virgen de El Quinche, que el miércoles 8 de julio recibirá al papa Francisco, una visita que miles de fieles quieren atestiguar.

Para recibirlos, los 16 mil habitantes participan del arreglo de fachadas y avenidas. Está previsto que desde hoy se coloquen coronas de flores en las avenidas por donde ingresará el Sumo Pontífice.

Y en la casa de Luisa Carcelén, sobre la calle Pichincha, se colgará una pancarta de bienvenida. La mujer de 60 años está emocionada porque será testigo de una visita histórica y su hermana llegará desde Oyacachi, la parroquia que la semana pasada fue afectada por un deslave que sepultó 15 viviendas.

“Todos pondremos un granito de arena. Incluso mi esposo que tiene artritis fue a Cayambe a comprar las flores. Mis hijos y nietos se encargaron del diseño de la pancarta, mientras que mis nueras pintaron la casa”, manifestó Carcelén.

El Quinche es uno de los 4 sitios que visitará el Papa en su visita a Ecuador. Allí se reunirá con sacerdotes de más de 65 años y recorrerá el Campo Mariano donde se congregarán alrededor de 6.000 religiosos.

Mientras que en la Plaza Central, frente al santuario, se permitirá el ingreso de unas 3.000 personas, a quienes el Sumo Pontífice se dirigirá brevemente.

La capacidad es tan limitada para la cantidad de feligreses que ansían reunirse con el máximo representante de la Iglesia católica, que hace 2 meses ha crecido la demanda de alojamiento y estacionamientos.

Incluso medios de comunicación nacionales y extranjeros han alquilado viviendas para transmitir el evento desde sitios privilegiados.

Ese es el caso de Juan Carlos Trujillo, quien rentó la terraza de su casa, ubicada frente al Campo Mariano, a un canal local por $ 450 el día.

La vivienda es de 2 pisos y la condición es que el equipo periodístico ingrese la noche previa. En una localidad sin edificios, contar con un techo de hormigón se convirtió en una oportunidad de negocio, pues la mayoría tiene tejas.

“Esta parroquia es muy tranquila y de pronto vemos gente moviéndose por aquí y por allá. Yo no pensaba cobrar una renta, pero el canal me pidió acceder al techo de mi casa y acepté”, comentó Trujillo.

En la misma calle, hace un mes, Sara Guerrero alquiló su terraza a otro canal de televisión en $ 300. Los equipos llegarán a su casa el martes y se quedarán hasta el día siguiente.

“No es un valor muy alto y tampoco interferirá para que mi familia, que llega de otras provincias, pueda observar al Papa. Nosotros lo veremos desde las ventanas”.

Los 4 hoteles y hostales ya tienen reservaciones hace más de un mes. La pensión Quincheñita, de Julia Chango, está abarrotada.

Se ubica al frente del parque central y solo se llenaba en noviembre, cuando se realiza la peregrinación por la Virgen de la localidad.

“El precio por cama es de $ 5 y en esta ocasión no cobramos más porque no está bien abusar de un encuentro religioso. Hasta el momento tenemos 31 residentes”, afirmó la mujer.

El hotel Emport, diagonal al santuario, aún tenía 10 plazas libres, pero el alquiler de las habitaciones subió de $ 16 a $ 25 por persona a propósito del evento religioso.

Frente a la demanda, algunas viviendas aceptaron alquilar sus habitaciones para permitir que los visitantes de otras ciudades puedan participar en el evento.

Víctor Soto, por ejemplo, tiene una casa pequeña de 2 plantas, pero no tiene terraza. Ante la insistencia de una familia, aceptó rentar un dormitorio para 6 personas, 2 de ellas adultos mayores. Por cada una cobrará $ 2 y $ 8 por el parqueo.

Mientras los fieles aseguran un lugar para observar el Papa, los moradores no descansan. Ayer continuaban pintando la fachada del Campo Mariano y limpiaban los corredores de la iglesia.

El ala derecha, donde los creyentes encienden los cirios en señal de agradecimiento, también quedó pulcra.

Personal de seguridad resguarda el santuario de la Virgen del Quinche, mientras los moradores limpian con ahínco los adoquines. Todo está listo para recibir a Francisco. (I)