Otra de las iniciativas de la comunidad son los pequeños emprendimientos, sobre todo de artesanías y gastronómicos que fueron parte de la Feria Agroproductiva que se desarrolló en la explanada del sector.

La misma sirvió para conocer las habilidades y la sazón de los residentes. Uno de los platos más apetecidos fue la fritada que doña Olga Almeida, comercializó a  $ 2.

Los presentes también se deleitaron con el ceviche de pescado y camarón; así como con las espumillas y los jugos naturales. “Nos sentimos contentos de ser parte de este proyecto que ha mejorado nuestras vidas”, comentó Cristina Solís, comerciante de ceviche.

Esta comunidad tiene cerca los servicios de un centro de salud y las unidades educativas, donde los niños y jóvenes se forman académicamente. Además, cuenta con una línea de autobús. Las casas están distribuidas en viviendas unifamiliares y departamentos. Todas las casas presentan un espacio verde que es bien cuidado por sus dueños. Hay flores y hasta algunas plantas medicinales.

Parte de los compromisos que los habitantes de la comunidad acordaron, previamente a la mudanza, fue el uso adecuado de los servicios públicos para evitar el derroche de energía eléctrica o agua potable y el pago puntual de los mismos. Además, deben cuidar que los sumideros no contengan basura y que las tapas de las alcantarillas se mantengan en su sitio.

Mariana Tibillin, residente del sector y madre de 4 hijos, cumple al pie de la letra las recomendaciones porque no quiere volver al cuarto de zinc en el que vivía antes. (I)