Maquillaje, peluquería, mechas, pestañas…. los accesorios ‘comunes’ en mujeres y en ¿una niña? Desde hace una década cientos de madres inscriben a sus hijas en concursos de modelaje en EE.UU. El pasatiempo llegó a la televisión y la cadena TLC muestra un ‘reality show’ de las competidores.

La moda de los concursos de belleza infantiles también está en Ecuador. Desde 1990 se realizan los Miss Teen Ecuador, Mister Ecuador y Niña Ecuador que fueron fundados por César Montecé (+), de la empresa Queen of Ecuador.

Un grupo de personas respalda estos eventos, otro  considera que es muy prematuro. Una muestra de ello es la página de Facebook del concurso Niña Ecuador en donde varios usuarios comentan sus posturas. El debate se originó, desde el pasado 15 de marzo, cuando el Ministerio de Cultura y Patrimonio aclaró a través de su cuenta de Twitter que no respalda el evento, debido a que los organizadores de Niña Ecuador utilizaron el logo de la cartera de Estado “por un error gráfico”. Rodrigo Moreira, quien adquirió la franquicia de Montecé en 2012, explicó que él es el dueño de la marca Niña Ecuador, pero que los derechos del concurso fueron cedidos por un año a Gabriela Rodríguez, quien ahora es responsable de manejar la marca.

Más allá de los concursos

La psicóloga María Luisa Meneses considera que si los concursos de belleza solo se centran en características como ropa, peinado y maquillaje, se está creando un mundo falso. “Pero si a estos elementos de belleza a muy temprana edad, se agregan los modales, el comportamiento, el esfuerzo, el aprender a comer bien, el contexto cambiaría. De lo contrario harían a una niña falsa, superficial y cómoda”.

Moreira, de Niña Ecuador, asegura que comparte estos valores y que sus concursos se centran en desarrollar la responsabilidad social, disciplina y solidaridad. Por ejemplo las pequeñas candidatas tienen la misión de recolectar la mayor cantidad de tarros de leche para ser donados a niños con cáncer.

La especialista Meneses asegura que para los niños extrovertidos, los concurso serán un juego más, pero para aquellos introvertidos es una tortura a la que son inducidos, generalmente por sus madres, que ven reflejados en ellos los sueños que no pudieron cumplir. “En realidad las niñas ni son reinas ni princesas, eso es momentáneo nada más”.

Esta tendencia de niñas princesas es lo que psicólogos denominan ‘hipersexualización’. La Asociación de Psicología América (APA) ya explicó que este fenómeno se refleja  en la publicidad, la ropa, juguetes, videojuegos y series de televisión.

El estudio reflejó que las niñas a partir de los 4 años son bombardeadas con modelos de éxito social, y que triunfan en la vida por los atributos físicos que el mercado impone, no por cualidades personales ni profesionales que posean.

Las niñas ‘hipersexuales’ manifiestan una precocidad alimentada por el campo social y actúan con deseos no lógicos para su edad.

Visiones de las niñas

Rossana Viteri, vocera de la Campaña Por Ser Niña, de Plan Internacional, señala que el potencial de las niñas es enorme y está subvalorado y poco aprovechado por la sociedad. “La mitad de la población son niñas y mujeres, frente a la otra mitad que son niños, jóvenes y hombres. No podemos darnos el lujo de no valorar, no respetar y cosificar a la mitad de la población”.

En los últimos 7 años la organización ha realizado un estudio mundial el cual muestra que en todos los países las niñas reciben discriminaciones. En el caso de la violencia se determinó que “son valoradas por su belleza, porque son bonitas, educaditas, dóciles, colaboradoras. Todos esos estereotipos hacen que se encuentren en un grupo que no recibe atención”.

La campaña Por Ser Niña, incluye realizar un autorretrato con los sueños de las menores. 700 dibujos demostraron que ellas quieren ser presidentas, empresarias, policías, militares, doctoras, abogadas, asambleístas, y no solo princesas o reinas.