¿El paciente en coma puede escuchar?
Aunque permanezcan postrados, con los ojos entreabiertos y ajenos a la realidad, siempre existe la posibilidad de que los pacientes en coma despierten.
Si lo hacen y consiguen continuar viviendo sus testimonios se convierten en un desafío para la ciencia, acostumbrada a tener una explicación para todo.
Uno de estos casos es el de Rom Houbens, un ciudadano belga diagnosticado con coma irreversible. La historia de este hombre provocó un gran impacto, sobre todo porque permaneció 23 años en esa condición. Tras superarla, contó que estuvo consciente todo ese tiempo aunque sin poder comunicarse de ningún modo debido a la parálisis que padecía.
Houbens sufrió en silencio; fue incapaz de comunicar a sus padres, enfermeras y amigos, que permanecían a su lado, que estaba despierto y consciente en su habitación.
El hombre tuvo un accidente de tráfico en 1983 y los médicos que lo atendieron concluyeron que estaba en estado vegetativo y con la consciencia ‘extinguida’. En realidad, él fue consciente de lo que ocurría a su alrededor durante 23 años.
Este y otros casos han inspirado a decenas de investigadores a profundizar en el campo de la conciencia. Uno de ellos es Tristán Bekinschtein, profesor de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra. Con el apoyo de otros académicos utilizó equipos de resonancia magnética para identificar qué zonas del cerebro están activas en un momento dado.
Durante el ensayo descubrieron residuos de conciencia en pacientes que fueron catalogados como vegetativos, estado en que la persona no tiene conciencia de sí misma ni de su entorno ni responde a órdenes.
Eso significa que en lugar de estar en esta condición, permanece en un nivel de conciencia mínima, lo cual ya resulta sorprendente.
Otra de las historias que conmueven es la del italiano Salvatore Crisafulli, porque después de estar en coma por casi dos años “escuchaba con desesperación las conversaciones de sus familiares y los diálogos de los médicos cuando predecían que nunca se recuperaría”.
Los especialistas dijeron que no estaba en coma, sino en un estado vegetal persistente. Los exámenes mostraban que su cerebro apenas estaba en funcionamiento.
Pacientes que sufren un nivel alterado de conciencia
En el campo de la neurología existe un estado descrito con el término de conciencia mínima (EMC), una condición severamente alterada en la que hay una evidencia ínfima de cualquier forma de conocimiento de sí mismo y su entorno.
Quienes presentan estados de conciencia alterados manifiestan una situación neurológica que no cumple con los criterios del estado vegetativo.
Es así que algunos muestran señales de conciencia de vez en cuando, pero encuentran muy difícil mantenerse conscientes y comunicarse consistentemente.
Según el médico ecuatoriano Clemente Orellana, las ciencias neurológicas han demostrado que la mayoría de personas usa el 10% de la masa neuronal y sus sinapsis. Cuando se aprovecha 15% o 20%, el coeficiente intelectual es mayor, lo cual explicaría que pacientes en aparente estado vegetativo llamado coma de cualquier etiología (estudio sobre las causas de las cosas) tengan funciones cognitivas, como escuchar conversaciones, por ejemplo.
“Habría que decir que se trata de una adaptación de ciertas regiones cerebrales que empezaron a funcionar durante el coma. En cierto momento estas personas podrían expresarse por medio del llanto, sobre todo, al ver a sus seres queridos”.
Aun así hay neurólogos que consideran que no existe nada de esto y otros que sí, por lo tanto, hay discrepancias en torno a este tema.
Según la médica neuróloga Lissette Duque, especialista en neurogeriatría, en muchos casos se produce un síndrome de enclaustramiento (locked-in syndrome), un problema neurológico que afecta seriamente al paciente.
Indica, además, que este cuadro se debe a una lesión en el tallo cerebral a nivel de la protuberancia anular.
“Es una condición en la que el paciente está alerta y despierto, pero no puede moverse o comunicarse verbalmente debido a una completa parálisis de casi todos los músculos voluntarios en el cuerpo, excepto por los ojos”.
A esta condición la BBC de Londres la describe como la ‘pesadilla de vivir atrapado en el propio cuerpo’.
El Manual de Diagnóstico de Merck, un libro médico de referencia, indica que el síndrome ocurre debido a una hemorragia que daña los nervios de la parte inferior del cerebro y la zona que controla la vista horizontal.
Incluso así, hay otras situaciones que también causan el síndrome de enclaustramiento, como los derrames cerebrales, trombosis, infecciones en ciertas áreas del cerebro, tumores, pérdida de la protección que rodea a las células nerviosas e inflamación de los nervios.
Un estudio publicado en PubMed, una base de datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos que compila estudios médicos, sostiene que suelen ser los familiares quienes se dan cuenta de que el paciente está consciente.
El síndrome de encerramiento puede confundirse con coma
Lissette Duque explica que existe una forma de constatar si el paciente sufre o no un síndrome de encerramiento.
Para confirmarlo, el especialista, e incluso los familiares, pueden abrir sus párpados para verificar si puede mover los ojos hacia arriba y abajo.
Si lo hace, entonces se confirma el diagnóstico; si no hay movimiento, existen razones para pensar que se encuentra realmente en estado de coma.
La especialista dice que cuando un médico mira a un paciente en coma lo primero que hace es constatar si tiene conexión, es decir, si puede reaccionar frente a un estímulo y si, al aplicarle el examen ocular, registra movimientos en las pupilas.
“Cuando hacía residencia y neurología general, en uno de los hospitales, les decíamos a los médicos generales que cada vez que quisieran comunicarse con este tipo de pacientes les abrieran los párpados”.
A pesar de que no pueden moverse, algunas personas que parecen estar en estado vegetativo son realmente conscientes de sí mismas y de su entorno, de crear recuerdos e imaginar cosas como cualquier otra persona. Así lo advierte el científico Davinia Fernández-Espejo, de la Universidad de Birmingham. Según explica, no pueden responder porque una importante ruta de comunicación en el cerebro está interrumpida.
¿Qué ocurre en el cerebro?
La revista JAMA Neurology explica en detalle la investigación y advierte que ha encontrado un daño estructural en la comunicación entre la corteza motora primaria, esencial para la planificación y ejecución de movimientos, y el tálamo, considerado la puerta de la consciencia.
Se trata de una vía cerebral fundamental que explica cómo algunos pacientes en estado vegetativo son conscientes de su entorno, a pesar de su estado y su incapacidad para responder a lo que ven.
El tálamo podría considerarse también el recibidor del cerebro. Por él pasan las sensaciones procedentes de todos los sentidos, excepto el olfato, y actúa como una estación repetidora que selecciona las señales relevantes.
Para el médico y neurólogo Óscar Vaca Cevallos, del Centro Médico Axxis, hay dos condiciones que garantizarían que un paciente en este estado perciba su entorno. La primera es que el sistema reticular activante no se haya apagado completamente.
El sistema de activación reticular (SAR) o filtro reticular es la región responsable de la regulación del estado de vigilia y las oscilaciones diurnas y nocturnas. También es necesario que el cuerpo produzca energía, la cual permite cumplir todas las funciones a las neuronas, aun cuando esté apagada una parte del cerebro.
A comienzos del año pasado, como lo advierte el diario español ABC, se hizo otro estudio publicado en la revista Neurorehabilitation and Neural Repair.
Este trabajo se basaba en la observación de que los pacientes en coma que escucharon historias familiares que formaban parte de sus recuerdos, contadas por sus seres queridos, recuperaron la consciencia significativamente más rápido que los que no escucharon esos relatos.
A esto se suman los testimonios de aquellos que recuerdan hechos ocurridos cuando estaban aparentemente en estado de inconsciencia.
La investigación publicada ahora en JAMA Neurology se basa en un paciente que mostraba evidencia de consciencia de forma repetida en múltiples exámenes, a pesar de estar en estado vegetativo hacía más de 12 años. (I)
Los movimientos de los pacientes no son intencionales, sino reflexivos
Adrian Owen, de la Universidad de Western Ontario, en Canadá, es uno de los investigadores más reconocidos por los estudios en este campo. En una entrevista a la BBC de Londres, manifiesta que las personas en estado de coma están despiertas, aunque inconscientes. Sus ojos pueden abrirse y a veces vagar. Pueden sonreír, agarrar la mano de alguien, llorar, gemir o gruñir. Pero son indiferentes a un aplauso, incapaces de ver o de entender el habla. Sus movimientos no son intencionales, sino reflexivos. Sobre este tema, uno de los casos más conocidos es el de Kate Bainbridge, quien en 1997 sufrió una infección viral en el cerebro que la dejó en estado vegetativo. Los médicos que la atendieron consideraron que su situación era irreversible y que no reaccionaba a estímulos externos hasta que Adrian Owen decidió escanear su cerebro. Durante varias semanas se analizó la actividad cerebral de Kate mediante resonancia magnética y se descubrió que algunas respuestas eran iguales que las de cualquier persona sana.
Si le ponían delante la fotografía de un familiar, por ejemplo, las regiones cerebrales de la esta mujer se activaban de la misma forma que en cualquier otro individuo.
Unos años después, Kate salió del estado vegetativo, describió lo que había vivido y aseguró: “La imposibilidad de comunicarse era terrible”. (I)