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El 19,3% de chicos en Ambato bebe licor ocasionalmente

En fiestas populares y celebraciones nacionales, el consumo de bebidas alcohólicas es grande. Muchos bebedores probaron su primera copa de licor a temprana edad, de mano de sus propios padres.
En fiestas populares y celebraciones nacionales, el consumo de bebidas alcohólicas es grande. Muchos bebedores probaron su primera copa de licor a temprana edad, de mano de sus propios padres.
Roberto Chávez / El Telégrafo
02 de junio de 2016 - 00:00 - Carlos Novoa

El consumo de bebidas alcohólicas es uno de los problemas sociales más perjudiciales para la salud, las familias y la estabilidad emocional. Padres, docentes, sicólogos y autoridades ven con preocupación cómo la ingesta de licor cada vez se realiza a edades más tempranas.

En 2012 el Consejo Nacional de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep) puso en marcha la Cuarta Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas en Estudiantes de 12 a 17 años. El estudio dio a conocer que del total de alumnos encuestados a nivel nacional, el 20,56% consume alcohol ocasionalmente. En Ambato, 1.488 jóvenes de diversos planteles participaron en la encuesta. De ellos, el 19,33% consume bebidas alcohólicas de forma ocasional.

Consumo a temprana edad

Varios expertos en el tema coinciden en que si bien la estadística en la capital tungurahuense es baja en relación a otras ciudades, inquieta ver cómo cada vez más adolescentes y jóvenes se involucran desmedidamente en este problema social.

Uno de ellos es Fernando Valdivieso, sicólogo especializado en el consumo de drogas, quien sostiene que las iniciativas preventivas son vitales para evitar que este nivel de consumo se convierta en alcoholismo.

“Existe una delgada línea que separa a una persona sobria de un alcohólico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica a este mal como una enfermedad incurable. Los chicos no son conscientes de esto y entran en un círculo vicioso que destruye su fuerza de voluntad, y por razones tan absurdas como pensar que por no consumir licor no serán aceptados en la sociedad”, afirmó.

Este profesional de la sicología, quien trabaja en Tungurahua con varios grupos de ayuda, además explica que la prevención es la única herramienta para detener la creciente estadística. “Cuando la persona ya ha desarrollado una debilidad por el licor, es muy difícil que se recupere, aunque no es imposible. Por ello se debe fomentar el diálogo en los hogares y campañas preventivas en las que deben participar autoridades y docentes. La entidad encargada de esta tarea es la Secretaría Técnica de Drogas (STD)”, agregó.

Álvaro Fierro, encargado del departamento de prevención de esta entidad en Tungurahua, explicó las iniciativas preventivas contra el consumo de licor que se cumplen durante el año. “Trabajamos con toda la población, sin embargo ponemos énfasis en estudiantes y jóvenes pues a tempranas edades se suele desarrollar la dependencia por el licor. Dictamos talleres todo el año, en colegios, escuelas, universidades, entidades públicas y privadas, a fin de dar a conocer los efectos nocivos del consumo diario de bebidas alcohólicas”, dijo.

Dos de los mayores peligros del alcoholismo, al igual que de otros vicios, es que la persona que lo padece pierde la capacidad para frenar la frecuencia del consumo y el estado de negación en el que se sumen los bebedores consuetudinarios. Así lo afirma Mariana Betancourt, socióloga ambateña. “Como todos los vicios el alcoholismo tiene puertas grandes por las que ingresan a diario, y sin problema, personas de todas las edades, estratos sociales y nivel de educación. En las primeras ingestas el sabor amargo de casi todos los tipos de licores decepcionan a los primerizos, pero cuando experimentan la embriaguez, caracterizada por euforia, incremento de la capacidad para socializar y desinhibición, hacen lo posible por permanecer en ese estado, y la única forma de lograrlo es seguir bebiendo”, dice.

Otras estadísticas

La encuesta hecha en 2012 también señala que del total de encuestados en Ambato, el 4,98% usa alcohol regularmente. El 2,99% consume licor de forma frecuente y el 1,72%, de manera intensa.

En cuanto al uso de cigarrillos se determinó que 5,83% de los alumnos fuma de forma ocasional, 1,37% usa marihuana de manera experimental, el 0,23 consume cocaína de manera intensa y un 0,15% de la población estudiantil, recurre a la pasta base (bazuco) de forma intensa.

Además el 64% de los encuestados respondió que pueden conseguir licor en cualquier tienda, 38,60% en locales de diversión y el 16% lo obtiene por medio de un amigo o familiar mayor de edad.

Las bebidas alcohólicas que más consumen los jóvenes son la cerveza, con el 97,26% de preferencia; el vino con un índice de consumo del 59,61%; aguardiente con 53,69%; whisky, vodka y tequila el 47,89% y el vino de cartón o bolsa tiene el 41,89% de preferencia.

Efectos negativos

Betancourt, quien tiene 15 años de experiencia en programas de prevención del consumo de drogas, explicó además que los efectos del alcohol son aún más dañinos en organismos jóvenes.
“Se suele pensar que el licor, tomado de forma regular, no repercute negativamente en la salud. Sin embargo una sola copa llega a todos los órganos; por ello los consumidores frecuentes tienen hígado graso, sufren daños en células cerebrales, dañan su sistema digestivo y enferman de diabetes”, agregó la socióloga. (I)

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