En los próximos años, las ciudades vivirán cambios dramáticos que, en principio, mejorarán la calidad de vida de las personas. Uno de los principales responsables de buena parte de estas transformaciones será la tecnología que promete optimizar la eficiencia energética de los edificios y mejorar la gestión del tráfico, entre otros beneficios. Mientras los defensores acérrimos de la tecnología consideran que esta por sí sola dará lugar a ciudades inteligentes, hay otros que creen que los cambios dependerán del uso que se haga de la tecnología. Aunque este tema cautivó el interés de los asistentes a la Tercera Conferencia Hábitat III, hubo quienes ven con escepticismo el surgimiento de verdaderas ciudades inteligentes. Mario Andrade, especialista en nuevas tecnologías, indicó que las urbes actuales distan bastante de esas urbes futuristas totalmente automatizadas. “Me parece que nuestras ciudades primero tienen que resolver sus problemas para poder proyectarse hacia el futuro y pensar en incorporar determinadas tecnologías”. Pese a los cuestionamientos sobre la viabilidad o no de este concepto de metrópoli, los expositores del Hábitat III que abordaron el tema, coincidieron en un aspecto: la tecnología y sus aplicaciones garantizan bienestar y ayudan a desarrollar poblaciones más eficientes. En la actualidad, ya se habla de la smart grid, una plataforma que promete transformar a la red de distribución eléctrica para que sea inteligente. Así, puede gestionarse de manera remota y con una conectividad total desde un centro de control de la red. De esta forma, si se produce un desperfecto ya no es necesario acudir con un grupo de técnicos a detectar dónde se produjo o cuál es el inconveniente, porque se conoce exactamente dónde se se originó el daño y cómo solucionarlo. Incluso se puede desviar el paso de la electricidad por ese lugar para poder restituir inmediatamente el servicio. En áreas puntuales como el tráfico, también será posible automatizar la semaforización, diseñar un centro de control donde se gestione el tráfico según las horas pico o según eventos puntuales cambiando el flujo o dirección de tráfico para evitar los embotellamientos. Durante una de las conferencias realizadas ayer, también se puso énfasis en la geolocalización como elemento clave de las smart cities. La ventaja más evidente de la geolocalización es la mejora de eficiencia de diferentes servicios. Si en este momento, un usuario busca un determinado servicio, ya sea desde el teléfono celular o desde la computadora, es más fácil que el buscador ayude si conoce su posición. En ese instante, proporcionará información relativa a locales cercanos y evitará otros demasiado alejados. Lo mismo sucede si se busca una determinada calle: si el servicio de mapas sabe dónde se encuentra el usuario, le indicará la forma más rápida de llegar. Ciudades inteligentes y el Internet de las cosas Durante esta cita, también se destacó el papel del llamado Internet de las cosas y la hiperconectividad en las denominadas Ciudades Inteligentes (smart cities). Según Jaime Castro, ingeniero en sistemas, quien asistió a ese encuentro, el navegador y la tecnología móvil son considerados los mejores aliados para impulsar ciudades inteligentes. “Se estima que en las ciudades inteligentes habrá un entorno en el que las máquinas sean capaces de tomar decisiones sencillas y comunicarse entre sí para gestionarlas y ejecutarlas y la base de todo esto es el Internet de las cosas”. Se trata una revolución en las relaciones entre los objetos y las personas, incluso entre los elementos directamente, que se conectarán entre ellos y con la red y ofrecerán datos en tiempo real, es decir, en ese instante. Para ilustrarlo mejor: se imagina que su refrigeradora le alerta de  la fecha de caducidad de los alimentos que contiene. Aunque parece ciencia ficción, esto es cada vez más real.   Según el presidente ejecutivo de la empresa sueca Ericsson, Hans Vestberg, las repercusiones serán considerables: “Si una persona se conecta a la red, le cambia la vida. Pero si todas las cosas y objetos se conectan, es el mundo el que cambia”. Aunque las nuevas tecnologías de la información y la comunicación prometen mucho, hay quienes consideran que no se necesita tanta ‘inteligencia’ para brindar bienestar a los ciudadanos. De hecho, hay un movimiento prodefensa de las ciudades tontas. El especialista Jaime Castro se pregunta ¿por qué  adquieren un rol tan importante las tecnologías en la ciudad?, y se responde: “Quizás solo sea una cuestión de marketing”. Aunque esta propuesta tiene sus detractores, hay un consenso entre los gurús de la tecnología que señalan que, hoy en día, las TIC son las mejores aliadas de las ciudades, en especial, porque facilitan la vida. (I)