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El Telégrafo
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Una vía para ver volcanes

Durante el recorrido, los visitantes encontrarán una cascada que aún no ha sido bautizada por los comuneros de la zona. El fluido baja desde el Iliniza sur.
Durante el recorrido, los visitantes encontrarán una cascada que aún no ha sido bautizada por los comuneros de la zona. El fluido baja desde el Iliniza sur.
Foto: Silvia Osorio / EL TELÉGRAFO
02 de abril de 2018 - 00:00 - Silvia Osorio

La comunidad de Rasuyacu Corazón de Jesús se levanta al pie de los Illinizas, su clima es frío, pero los vecinos son cálidos y emprendedores.

El sector tiene hermosos paisajes, senderos, cascadas, fauna y flora inigualable, por ello desde este año sus habitantes decidieron  impulsar el turismo comunitario.

La localidad está ubicada a unos 30 minutos del centro de la parroquia Toacaso, de Latacunga.

Los visitantes son recibidos por cualquiera de los 60 vecinos que integran la comuna. Su labor es dar la bienvenida y ofrecer sus servicios como guías, para conocer cada uno de sus parajes.

La travesía comienza en el corazón del poblado. Los anfitriones dan ánimo a los foráneos y de inmediato empieza el ascenso por unos chaquiñanes, que gracias a las constantes mingas cuentan con señalización y gradas cavadas en la tierra para ayudar en el trayecto.

Conforme avanza el viaje, este se vuelve más entretenido y complejo.  Así, hay que pasar por puentes de madera los cuales están sostenidos solo por una cuerda sujetada a cada uno de los extremos.

La soga es fundamental para los viajeros durante el trayecto, ya que, existen sectores rocosos semejantes a unas cuevas, por los cuales es preciso pasar para admirar la primera cascada que desciende de las nieves del Illiniza sur.

Jorge Andrango, presidente de la comunidad, explicó que no cuentan con muchos recursos económicos y es por ello que han adecuado el camino conforme a sus posibilidades.

El premio al esfuerzo de los visitantes es admirar el agua pura y cristalina, escuchar el golpe del fluido en las rocas  y el contoneo de su manto blanco por efectos del viento casi gélido de la región.

Esta cascada, que aún no ha sido bautizada, cuenta en su centro con una gran roca hueca con forma de corazón. Se trata de una formación natural que hechiza a aquellos que la admiran por primera vez. 

En este punto, el visitante puede escoger dos caminos: el primero es una rocosa subida de unos cinco metros la cual hay que escalar también ayudados por una cuerda. Esta permite descender nuevamente a la comunidad y concluir con el paseo.

El otro camino, para los más aventureros, es cuesta arriba hasta llegar al pie del majestuoso Illiniza, según Patricio Andrango, quien también colabora como guía.

“La travesía hasta la montaña puede durar de tres a seis horas dependiendo del estado físico del turista”, explicó el explorador.

Un par de horas antes de llegar a las nieves perpetuas del Illiniza y atravesando por un frondoso bosque, existe un domo (montaña) localizado a 4.230 metros. Es un mirador natural desde el cual se puede observar a Latacunga, Saquisilí, Sigchos, Toacaso y los picos de los volcanes.

“Definitivamente es mágico. Todo el trayecto está lleno de emoción. Además ver la máxima expresión de la naturaleza encandila los sentidos”, manifestó Mayra Sanmartín, ciudadana latacungueña.

En lo que va del año, la comunidad ha recibido en promedio unas 50 visitas por mes. El deseo de los pobladores es que esa cifra se incremente y por ello trabajan en proyectos para la implementación de infraestructura.

El objetivo es edificar un albergue para los visitantes, así como restaurantes donde puedan ofrecer la comida típica del lugar y también un espacio para la exposición y venta de artesanías.

Para ello, de acuerdo con sus autoridades, serán necesarios mínimo $ 230.000 que actualmente gestionan con las diferentes entidades de Gobierno.

Por su parte, William Rivera, miembro de la junta parroquial de Toacso, contó que ellos apoyan en la difusión de los atractivos naturales.

Del mismo modo acotó que buscan recursos para la construcción de un refugio en mitad del recorrido.

Para arribar a la comuna hay varias opciones. La primera es tomar una camioneta desde Lasso a un costo es

$ 8. Otra alternativa es abordar desde la Terminal de Latacunga un bus de la cooperativa Illinizas con destino a Sigchos, quedarse en Planchaloma y caminar 15 minutos hasta el pueblo. (I) 

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