El sonido de motores en la rada del muelle flotante de la avenida Malecón Jaime Chávez Gutiérrez de Manta es escuchado a diario. Proviene de las chalupas que ahí se reúnen y donde hay movimiento las 24 horas.  

Al lugar llega a las 08:00 Giovanni Palacio, conocido  por sus amigos como el ‘Escamoso’, llamado así porque su cabellera se asemeja a la del protagonista de una telenovela colombiana.

Él es uno de los 120 miembros  de la Asociación de Chaluperos de Manta, que hacen fletes en el mar en pangas, tanto a pescadores como a turistas. Transportan a estos últimos hasta la altura del faro.

Hasta allí tienen permitido llegar. En tanto que a los pescadores los llevan hacia las embarcaciones fondeadas en la rada del puerto de Manta.  

Palacio labora como chalupero hace 10 años. Aquí ha hecho amigos y todos respetan el oficio y el turno. En este trabajo hay días buenos como también los llamados irregulares, cuando hay pocas ‘carreras’. Él traslada a los clientes en la lancha Júnior, que alquila. Semanalmente por el uso paga $ 30.

La inversión en gastos que hace mensualmente llega hasta $ 200. “Me gusta trabajar en esto”, afirma el hombre que, al igual que sus compañeros, cobra $ 1,50 por pasajero y hasta $ 2 cuando lleva carga.

La mejor época para ellos es agosto y diciembre. Palacio resalta que “cuando llega la temporada de vedas hay más embarcaciones acoderadas y eso genera mayor movimiento de clientes”.

Stalin Castro es parte de los chaluperos e integrante de la dirigencia en calidad de vocal.  Narra que todos están bien organizados y que cada lancha está dotada de chalecos. Es propietario de la panga Luis Rafael.  

Comenta que a diario llegan a la rada turistas que se trasladan para conocer más de lo que se genera en el sector. Los visitantes les hacen muchas preguntas que ellos saben responder con relación a lo que se mueve en el entorno de su trabajo. “Estamos capacitados”. Cada uno de los integrantes tiene una credencial que identifica su oficio.

La Asociación no estaba legalizada, pero desde hace 16 años desempeña su labor con todos los documentos en regla. Las carreras que tomó Stalin el miércoles fueron seguidas. Antes de partir invitó a los ecuatorianos a venir a Manta y tomar un flete hacia la rada en estas lanchas. “Somos un aporte al turismo”.

La contribución de estos trabajadores la destaca el pescador Roberto Aráuz, de la parroquia Eloy Alfaro. “Siempre hacemos uso de sus servicios”.

Él considera que sin ellos tardarían mucho para movilizarse, ya que tendrían que recurrir a las embarcaciones con remos, como en el pasado.

Tomás Intriago es quien despacha las lanchas de estos ‘taxistas del mar’ hace 5 años. Se encarga de controlar la entrada y salida, además de que todos porten sus documentos. “Para ponerse a trabajar aquí deben tener todos los papeles en regla, como la matrícula de la lancha”.

Algunos de ellos se quedan en la rada frente al Manta Yacht Club laborando mientras que otros parten a  hacer guardia a las embarcaciones.

El chalupero Luciano Castro, oriundo de Jaramijó, trabaja día y medio en una lancha que alquila desde hace 2 años. Él solo transporta pescadores; la capacidad es de 5 pasajeros por chalupa. El martes no fue el que esperaba, ya que no hubo clientes como en otros días.

Su compañero John Vélez lleva 19 años ejerciendo esta tarea. Es uno de los más satisfechos con la labor que le permite ganarse la vida.

El movimiento que dan en el lugar los chaluperos genera estabilidad económica a los 10 comercios asentados alrededor del lugar. Uno de ellos es el de Marcelo López, que oferta gaseosas, agua y jugo. Opina que las actividades entre mercaderes y chaluperos se complementan; son como una familia.

“De no ser por ellos, estos negocios colapsarían, no se podría vender nada”.

El pescador Luis Bailón, quien hace 15 años utiliza este servicio, asegura que los ‘taxistas del mar’ son imprescindibles. “Si no existieran los chaluperos, ¿cómo nos trasladaríamos?”. (I)

DATOS

Los chaluperos están organizados desde hace 16 años. Antes trabajaban de manera informal desde este lugar.

Son 120 miembros los agremiados a la Asociación de Chaluperos de Manta. Todos tienen credenciales y requisitos en regla.

El valor del pasaje es de $ 1,50 la carrera mínima. Por embarcación ingresan 5 personas.   

En el muelle flotante de la avenida Malecón Jaime Chávez Gutiérrez se hace control de salida y entrada de las embarcaciones. (I)

No hay necesidad de que los pescadores esperen turnos. Las chalupas están listas al pie del muelle flotante para que las aborden. Foto: Leiberg Santos / EL TELÉGRAFO