Pequeños “superhéroes” requieren de orientación
Peter M. S. tiene 9 años y su fanatismo por el Hombre Araña surgió cuando rondaba entre los 3 y 4. A esa edad “escaló” verjas de casas hasta lo más alto y dio brincos desde las camas y muebles de su vivienda hasta el suelo.
Nunca sufrió una lesión, pero jamás dejó de identificarse con este ser ficticio que se caracteriza por vestir un traje azul y rojo, con el dibujo de una araña en el pecho.
Paola S., ejecutiva de ventas de una importadora y mamá de “Petercito”, contó que desde muy tierno él se identificó con los superhéroes de Marvel.
A tal punto que usó fundas de almohadas o pedazos largos de tela, como capas para emular a estos personajes.
Ella narró que sintió temor de que se caiga y se fracture un hueso, sin embargo, afirmó que, en su momento, el papá se encargó de orientar al pequeño de que todo esto es pura fantasía y ficción, que las personas no tienen poderes sobrenaturales ni pueden volar.
Peter cumplirá 10 años en los próximos días. Jamás ha mostrado actitudes violentas ni ha agredido a primos, amigos o vecinos, sin embargo no suelta ese interés por el héroe arácnido creado por Stan Lee y Steve Ditko allá por inicios de los años sesenta.
Paola, de 33 años, decidió este año no comprarle una mochila con la imagen de Spider-Man como lo hizo en todos los inicios de clases anteriores. Ello porque se enteró de que los amiguitos de Peter, contemporáneos en edad, empezaron a molestarlo en el sentido de que continuaba con eso. Él lo comprendió, pero no deja de jugar con sus muñecos entre los cuales también se destaca un Iron Man, un Hulk y otros. Continúa viendo, una y otra vez, la serie y todas las películas de este personaje ficticio.
A varios kilómetros de la casa de Peter, en el sur de Guayaquil, está Daniel O., de 11 años. Este pequeño de ojos claros y cabello lacio, es otro fiel seguidor del héroe arácnido.
Durante su infancia también intentó emular al personaje identificado en los cómics, filmes y series como Peter Parker, un tímido fotógrafo de un periódico.
Su mamá, Lorena S., de 48 años, manifestó que no tuvo mayores inconvenientes por la comparación de su vástago con el Hombre Araña. Ella es docente y ha visto en el plantel donde trabaja que cuando los alumnos se ponen los disfraces de superhéroes tienen juegos violentos.
La única vez que Daniel reaccionó de manera similar fue en una oportunidad que le llamó la atención y él adoptó una postura defensiva similar a la del personaje interpretado por varios actores norteamericanos.
Su hijo, sostuvo, tiene muy claro que nada de lo que hace este emblemático héroe de Marvel es real. Ello fue corroborado por él. “Nosotros no podemos volar, trepar paredes ni agredirnos entre las personas”, acotó el menor.
Jimmy Puig (43) casi cuatriplica en edad a Peter y a Daniel. Trabaja en una línea aérea y desde niño es fanático de los superhéroes. El favorito de este padre de 3 pequeños es Batman. Aunque enfatizó que no se identifica con el Hombre Murciélago, de DC Comics, reveló que ambos tienen varias coincidencias, entre ellas: ser perseverantes, observadores y muy interesados en asuntos tecnológicos.
Él posee 7 muñecos de una colección que antes fue muy numerosa. Hoy no tiene camisetas, pero en su momento llegó a poseer 4 de diferentes modelos. Todo alusivo al ser creado por Bob Kane y Bill Finger, allá por 1939.
A sus vástagos, dos varones y una niña, también les gustan estos personajes. De ellos, el segundo es el que está más interesado con estas historietas.
Puig no ve que sus hijos puedan resultar influenciados por las escenas que aparecen en las películas o series de héroes y villanos.
Gustavo Argüello es contemporáneo en edad con Puig. Su apego a estas figuras del cine y la televisión llegó a tal punto que no dudó en inscribir a su hijo en el Registro Civil con los nombres de Gustavo Kalel (este último nombre es el de Superman en su planeta originario, Krypton).
Este director de imagen del departamento de Producción de un canal de televisión local es un fanático empedernido del denominado Hombre de Acero.
Cuando se refiere al ser ficticio cuyo nombre terrestre es Clark Kent, lo hace con mucha convicción. “Es la base de todo superhéroe. Es el que inventa esto. Es todopoderoso y a la vez sensible. Un amigo me decía que sin los poderes no queda nada. Yo creo que queda algo más valioso: un hombre sencillo, pues no olvidemos que es un granjero”, remarcó.
Argüello va más allá. Para él “Superman no es tan inteligente como Batman ni millonario como Tony Stark (Iron Man), simplemente es un ser humilde”.
A su criterio el pretender vincular las acciones violentas que se ven en las películas con los actos que puedan cometer los niños quedó para dos generaciones atrás.
Aseguró que su hijo de 10 años no ha demostrado jamás eso. Indicó que le permite ver lo que está de acuerdo con su edad, pero además platican constantemente de este y otros temas. Este fan del personaje creado por el escritor estadounidense Jerry Siegel y el artista canadiense Joe Shuster es dueño de unos 40 muñecos del Hombre de Acero y de unas 5 camisetas con esa misma imagen. En total posee más de 300 artículos relacionados a los superhéroes.
Los sicólogos Paola Muga y Henry Naranjo tienen varias observaciones respecto a casos como los citados anteriormente. La profesional de 41 años consideró que es común que las personas se identifiquen con algunos personajes, no solamente los denominados héroes.
En ello coincide su colega de 40 años, quien recordó que muchos ciudadanos se comparan y hasta emulan a los jugadores de fútbol. Lo que a ambos, graduados en la Universidad de Guayaquil, les preocupa es cuando los niños y en algunos casos adultos, no salen de ese mundo y ello les afecta en su vida personal y familiar.
Si bien es cierto en ejemplos citados por la revista Séptimo Día no ocurre nada anómalo, tanto Muga como Naranjo creen que los padres de familia deben orientar a sus hijos y enseñarles que nada de lo que se ve en este tipo de películas o historietas es real.
“En lo personal mucha gente busca una imagen para proyectarse. Es un alter ego. Esto es como una tabla de escape para varias cosas. Lo otro, en lo social, es que la gente busca ser parte de esa misión de cambiar el mundo. En lugar de hallar dioses se encuentran con superhéroes. Esto se complica cuando se empieza a vivir en esa realidad paralela y se creen ese personaje”, subrayó este profesional fanático de Superman.
“Puede ser un hobby o algo que hacen niños o adultos para distraerse. Si se vuelve una obsesión o a romper con la realidad hay que ponerle atención”, destacó la sicóloga cuya heroína preferida es la Mujer Maravilla.
Muga y Naranjo ponderaron el interés de las personas ya sean niños o adultos de “luchar por la justicia” (frase del denominado Hombre de Acero). (I)
Peter M. es un seguidor del Hombre Araña desde que tenía entre 3 y 4 años.