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Pelota de Papel representa un golazo de la literatura

Pelota de Papel representa un golazo de la literatura
18 de mayo de 2016 - 17:00 - Por: Marcelo Izquierdo

El estereotipo de los futbolistas de élite suele concentrarse en personas sin grandes inquietudes artísticas, de vocabulario limitado y poco afectas a la lectura. El imaginario colectivo los visualiza en enormes mansiones con modernos equipos de música, a todo volumen y una activa vida social, rodeado de lujos, pero sin bibliotecas a la vista.  

Nadie se imagina a figuras como el rudo defensor del Barcelona español y del seleccionado argentino, Javier Mascherano, leyendo un libro en sus tiempos libres. Y muchos menos sentado frente a un teclado en pleno proceso creativo.

Pero Pelota de Papel (Editorial Planeta, Buenos Aires) desmiente todas las estigmatizaciones que sufren estos deportistas, con una cuidada recopilación de cuentos escritos por un grupo de futbolistas o exfutbolistas, como el propio Mascherano o el recordado Pablo Aimar (River, Valencia y la selección albiceleste), así como entrenadores de la talla de Jorge Sampaoli, campeón de la Copa América con el combinado de Chile el año pasado.  

Y lo más importante: no se trató de un proceso surgido de la necesidad de comercializar un producto nacido de la mente de algún creativo. “El libro fue un sueño inicial de Sebastián Domínguez (Newells Old Boys de Argentina) junto con sus amigos uruguayos y futbolistas Jorge Cazulo (Sporting Cristal peruano) y Agustín Lucas (Liverpool de Uruguay), más otro amigo argentino y entrenador, Mariano Soso (también del Sporting Cristal)”, dice a EL TELÉGRAFO Ariel Scher, editor del proyecto.   

“A ellos se sumó el periodista Juanky Jurado, productor del libro. Fueron tomando contacto con otros jugadores o, enterados de la idea, otros futbolistas les contaron que escribían e hicieron llegar sus textos”, agrega. Ellos no estaban solos en esta gran utopía.  

La lista original se fue ampliando de a poco. Al grupo se sumaron los mencionados Mascherano, Sampaoli, Aimar, el arquero suplente de la selección argentina Nahuel Guzmán (Tigres de México), los exfutbolistas de ese mismo seleccionado Nicolás Burdisso, Gustavo López, Juan Pablo Sorín, Gustavo Lombardi y Roberto Bonano; el exzaguero del combinado colombiano y ahora comentarista Jorge ‘Patrón’ Bermúdez y otros deportistas de élite, como el portero del Racing argentino, Sebastián Saja, y los técnicos Facundo Sava (del mismo club) y Ángel Cappa y el excampeón del mundo en el Mundial de México 1986 y hoy comentarista Jorge Valdano.  

También hay otros nombres menos conocidos, pero con un rico pasado en las canchas argentinas y sudamericanas, como Fernando Cavenaghi (ex River), Adrián Bianch (ex Vélez), Juan Manuel Herbella (ex Barcelona de Ecuador, médico de profesión), Rubén Capria (ex Estudiantes de La Plata) y hasta una mujer, Mónica Santino, el mayor símbolo del fútbol femenino en Argentina. En total, 24 escritores. Igual número de periodistas, de ambos sexos, prologó cada uno de los cuentos elegidos. Los derechos de autor se destinarán a fines benéficos.

“Todos ellos son profesionales del fútbol que encontraron y desarrollaron muy bien otro canal de expresión. Todos lo hicieron con una extraordinaria voluntad y con un compromiso grandísimo”, dice Scher.

Y agrega: “Trabajé con unos cuantos de los jugadores en la medida en la que iban escribiendo. Recibía un original, les hacía una devolución, ordenábamos, reordenábamos, como con cualquier narrador con el que se comparte un trabajo de edición. En otros casos, los jugadores trabajaban con algún otro compañero y mi tarea consistía en ver la versión final y hacer alguna sugerencia. En el fondo, lo que hice fue aprender y pensar a partir de los relatos de tipos que contaron muy bonitas historias”.  

Las piezas se fueron entonces uniendo y la cadena se fue llenando de eslabones hasta generar piezas literarias de calidad.

“Las buenas historias siempre sorprenden. Y estas son buenas historias. Suele haber prejuicios sobre lo que podemos hacer las personas cuando nos manifestamos por una vía que no es aquella por la que más se nos reconoce. Y los prejuicios -sobre los jugadores, sobre los escritores, sobre lo que sea- son malos acompañantes de la vida. Este es un libro que patea contra el arco de los prejuicios y lo llena de goles”, define Scher.

Uno de los escritores es Gustavo Lombardi, hoy comentarista de la TV argentina y que lució en la defensa de River, jugó en el fútbol inglés y el español y disputó varios partidos en la selección de su país.

“Este proyecto me llevó a escribir. Nunca había escrito nada de ficción. Solo comentarios  deportivos. No me sentía capacitado para hacer literatura. Pero cuando me acercaron la idea me sumé enseguida”, asegura Lombardi  en un diálogo con EL TELÉGRAFO.

“Me gusta leer mucho. Y cuando me senté ante el teclado empujado por el proyecto me dije a mí mismo: lo tengo que intentar. Y me fascinó todo el proceso de escritura. Ahora me picó el bichito de escribir. Todavía sigo dudando de mi capacidad, pero lo voy a intentar otra vez. Me pongo como objetivo escribir un cuento más”.

Lombardi, quien es comentarista del canal TyC Sports, se decidió finalmente por un cuento de ciencia ficción que “ocurre dentro de 500 años”, una época sin fútbol. “La idea se le ocurrió a mi esposa. Volví de la primera reunión y todos se decidían por contar recuerdos personales. Y ella me dijo: ¿por qué no haces algo de ciencia ficción? Lo fui escribiendo de a poco, en el ‘subte’ (metro), camino al trabajo, se me ocurrían ideas y entonces arranqué con la primera oración que refería a esos 500 años sin fútbol”.

“Se trata de una crítica a cómo se vive el fútbol en Argentina. Es la historia de una persona del futuro que investiga cómo era el ser humano en esta época. El tipo tiene conocimiento de ese deporte, pero nadie sabe qué es el futbol, y entiende que investigando eso sacaría una fotografía del ser humano en esta época que nos toca vivir”, detalla Lombardi.

¿Y qué tan común es encontrar en el mundo del fútbol de élite a deportistas que lean o escriban?, le pregunta EL TELÉGRAFO.

“No es común. Tampoco es que no existe. Escribir no tanto, pero sí leer. Yo me he encontrado en concentraciones con grupos y  personas con otros intereses, literarios o artísticos, ir al cine, al teatro. No es todo el mundo, pero tampoco es que ninguno. Y este libro viene a mostrar eso. Lo importante no es demostrar que sabes escribir, sino decirles a los que vienen detrás y que quieren ser futbolistas que también hay otras cosas, que entiendan de literatura y que leer es bueno y los hace crecer. No es mostrar que escribimos, sino demostrarles a ellos que hay otros intereses más allá del fútbol”.

En la presentación de Pelota de Papel, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el exjugador de la selección argentina Pablo Aimar provocó la hilaridad de los presentes al definir el sentimiento que rodeó a la mayoría de los futbolistas. “Cuando me invitaron, pregunté si no era más fácil jugar un partido en lugar de escribir un libro”. (I)

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