Más de 30.000 personas lucharán contra el cáncer en el país en 2020
Todos los seres humanos podemos desarrollar cáncer; está latente en el organismo y puede activarse conforme envejecemos. Quizás por ello hay médicos que lo comparan con un enemigo interior.
La propia fecundación es un crecimiento celular desmesurado, como lo advierte en una publicación el científico y catedrático español Manuel Perucho. El especialista señala que desde el cigoto hasta el nacimiento se produce el desarrollo embrionario, tiempo en el cual “somos capaces de producir una proliferación celular muy notable, pero controlada”.
Mientras mantenga este ritmo no hay razón para preocuparse, el problema surge cuando se produce una división incontrolada de la célula. En definitiva, se pierden los mecanismos que hacen que la división sea correcta.
Hoy, el cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo. Precisamente ayer fue el Día Mundial contra el Cáncer, una fecha escogida para sensibilizar a la población sobre la importancia de llevar un estilo de vida saludable para prevenir esta enfermedad.
En 2020, más de 33.000 ecuatorianos lucharán contra esta enfermedad.
Esa cifra es una estimación realizada por el colectivo Red Acuerdo Nacional contra el Cáncer que, al momento, integra a 17 organizaciones, con presencia en 12 provincias del país. Según la agrupación, en los próximos 3 años habrá 20.000 personas fallecidas por esta enfermedad en nuestro país.
Para Wilson Merino Rivadeneira, coordinador de la Red de Organizaciones de Pacientes Oncológicos (Acuerdo contra el Cáncer), el número de personas que pierden la vida por esta causa podría reducirse si se toman acciones para combatir la enfermedad.
“Nuestro objetivo es tener un impacto en la política pública. Buscamos la conformación de un Consejo Nacional para el control del Cáncer”. Uno de los papeles que desempeñará este consejo, según señala, es vigilar que las políticas diseñadas a favor de los pacientes y sus familias se cumplan.
“Los pacientes no solo luchan contra el cáncer, sino contra la pobreza, la injusticia, la intolerancia y la discriminación”.
¿Qué tipos de cáncer matan a los ecuatorianos?
Si bien la investigación sobre el cáncer en Ecuador es todavía escasa, hay un consenso acerca de los tipos de cáncer que más mortalidad generan.
En el caso de los niños, el más común es la leucemia linfoblástica aguda infantil (LLA), un tipo de cáncer por el que la médula ósea produce demasiados linfocitos inmaduros (un tipo de glóbulo blanco). Es así que la leucemia puede afectar los glóbulos rojos, blancos y las plaquetas. En las mujeres ecuatorianas es el cáncer de seno.
De hecho, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer (ACS), matará a 5,5 millones de mujeres al año a escala mundial para 2030. Este número, por demás alarmante, se atribuye al aumento de factores de riesgo de cáncer conocidos y ligados a la inactividad física, la mala alimentación, la obesidad y a causas reproductivas, como tener un primer hijo a una edad avanzada, lo que podría aumentar los riesgos de cáncer de mama.
En la población masculina, el cáncer de próstata es el más común y siempre que se detecte en fases localizadas (es decir dentro de esta glándula sexual y aún sin diseminarse), la posibilidad de curación puede superar el 90%. Wilson Merino advierte que, hoy por hoy, uno de cada dos ecuatorianos tiene un familiar cercano que padece cáncer, lo que revela que no se trata de una enfermedad ajena.
Según explica, uno de los propósitos de la red es promover más investigaciones sobre el tema. “El sistema de datos sobre el cáncer es tan precario en el país que no hay un registro nacional de pacientes con cáncer. Eso significa que no sabemos, a ciencia cierta, cuántos pacientes con cáncer hay en Ecuador”.
Sobre este aspecto, discrepa la oncóloga ecuatoriana Tania Soria al asegurar que el Registro Nacional de Tumores manejado por Solca es reconocido a escala internacional e incluso ha ganado varios premios. “En Solca hay un Registro Nacional, donde no solo se recopilan los datos de esta casa de salud, sino también de entidades privadas y públicas. Es un muestreo bastante grande y real de cada ciudad”.
Soria precisa que el último boletín sobre los tumores se publicó el año anterior. “Me parece que sí existe en el país mucho conocimiento sobre la patología del cáncer. Tenemos, además, una casuística (conjunto de los diversos casos) bastante cercana, pero no todos saben acceder a esos datos”.
Según la especialista, la publicación como tal está vigente hasta 2010, pero es posible realizar un pedido de actualización que se extiende hasta 2013.
“La realidad oncológica del país está clara en la información sobre los tumores más frecuentes, por ejemplo”. Indica -además-que, si bien el cáncer es una dolencia que afecta a muchos ecuatorianos, ocupa el décimo lugar como causa de muerte en Ecuador, según los últimos datos del INEC.
De acuerdo a la Subsecretaría de Vigilancia de la Salud Pública, en el país ya existe, desde el 24 de octubre de 2012, el Comité Ecuatoriano Multisectorial del Cáncer. “La propuesta de la formación de este comité fue el desarrollo de una acción de respuesta efectiva a la lucha contra el cáncer, ajustada a la realidad de nuestro país”.
Además, a través de este organismo se pretende consolidar los esfuerzos existentes en Ecuador con capacidades resolutivas diferentes para alcanzar el mejor control de la enfermedad oncológica en el país.
De acuerdo con la Sociedad Estadounidense del Cáncer, la afección de seno matará a 5,5 millones de mujeres al año a escala mundial para 2030. Foto: Internet
La necesidad de impulsar campañas preventivas
Según Tania Soria, el cáncer que más mata en nuestro país es el cáncer gástrico. Por eso -dice- es importante conocer nuestra realidad porque, de acuerdo a ella, es posible planificar qué es lo mejor para combatir esta enfermedad. En este sentido, la doctora considera que es plausible la iniciativa de la Red Acuerdo Nacional contra el Cáncer, porque busca mejorar el conocimiento y la atención del paciente.
Según explica, entre los tumores más prevalentes en las mujeres ecuatorianas están los de seno, de cérvix y de tiroides, este último, sobre todo, en las mujeres que residen en Quito.
“El cáncer de tiroides, según el registro, ocupa el segundo lugar, después del cáncer de seno. Este ha tenido un despunte muy importante”.
Al conocer cuáles son los tumores más frecuentes -precisa la oncóloga- es posible trabajar en campañas preventivas sin alarmar, sino con el ánimo de educar. Así, por ejemplo, los ciudadanos podrían tener a la mano información detallada sobre cuándo realizarse el primer chequeo y qué factores de riesgo pueden reunir.
Esta información también ayuda a los médicos a identificar la población de riesgo e incluirla en un sistema de detección temprana.
Para el oncólogo ecuatoriano Nicolás Jara Orellana, el problema en Ecuador es que todavía hay un subregistro de los datos de cáncer, porque el Registro Nacional de Tumores solo se alimenta de los laboratorios dedicados a efectuar las biopsias, pero, según afirma, hay muchos tumores que no se hacen por biopsias (extracción de tejido de alguna parte del cuerpo), sino a través de otro tipo de estudios.
Jara dice que en el país hay, sin embargo, un problema aún más grave, que es el subdiagnóstico de cierto tipo de tumores.
“En este momento hay pacientes que tienen cáncer y que lamentablemente no son diagnosticados con esta enfermedad, es decir, son manejados por otras dolencias. Lo más penoso es que hay muchos pacientes que viven en diferentes regiones del país que no son diagnosticados”. Jara afirma también que, a escala mundial, el 70% de las muertes por cáncer se da en los países en vías de desarrollo.
“En el país no hay una cultura en relación a la prevención. Si tuviéramos un estilo de vida adecuado podríamos prevenir hasta el 30% de las muertes por cáncer”. Sobre este tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que es necesario trabajar en 5 aspectos: evitar el cigarrillo, el consumo de alcohol, ejercitarse de manera frecuente, mantener una dieta adecuada y evitar el sobrepeso.
Sobre el tema del subregistro, la Subsecretaría de Vigilancia de la Salud Pública indica que a escala mundial existe un subregistro de las enfermedades oncológicas y de algunas otras enfermedades crónicas y o raras. “Es un problema de salud que abarca todos los niveles incluyendo la formación y capacitación de cada uno de los actores en salud”.
Bajo este antecedente es importante -señalan- que todos los involucrados en salud, incluida la Academia, unan esfuerzos para realizar un trabajo conjunto. Esto permitirá la correcta identificación en los medios de un registro de cada caso a nivel nacional, tanto en consulta externa a nivel primario, hospitalario y en los registros de defunción.
La movilización del paciente es un tema prioritario
Según Wilson Merino, es fundamental facilitar la movilización de las personas que padecen cáncer. “En algunos casos, los pacientes llegan a tardarse hasta 13 horas para ser atendidos en una casa de salud. Por ejemplo, los pacientes de la región amazónica utilizan lanchas, canoas, buses interprovinciales y camionetas para llegar a los hospitales”.
Esto -asegura- genera un gasto aproximado de $ 60 semanales. “Es clave conformar una red de transporte público a precios más asequibles y fomentar la creación de albergues y viviendas dignas que acojan a los familiares de los pacientes de escasos recursos que provienen de otras regiones del país. Muchas madres y padres de familia duermen en las sillas de los hospitales”. Para superar este problema, las instituciones que integran el Acuerdo Nacional contra el Cáncer solicitan que se construya un hospital especializado en la lucha contra el cáncer en la región amazónica.
El cáncer, bajo cualquiera de sus múltiples manifestaciones, es uno de los principales desafíos de la medicina moderna. Es una problemática compleja de abordar. Foto: Internet
La mortalidad por el cáncer de seno podría descender
Como manifiesta el oncólogo Nicolás Jara, el número de mujeres que fallecen con esta enfermedad podría disminuir si se fortaleciera una política nacional de control del cáncer que ayude a una detección oportuna de la enfermedad. “En países como el nuestro, las mujeres, principalmente, llegan a los centros de salud cuando ya es demasiado tarde, lo que implica un costo más alto de atención”.
Jara indica que en 2012, cuando fue funcionario del Ministerio de Salud, se emprendió un modelo para mejorar la detección oportuna de cáncer de colon, una enfermedad cada vez más frecuente en el país.
El mecanismo al que él hace referencia consiste en que todas las personas de 40 años se sometan, sin tener ningún síntoma, de manera rutinaria, a un examen de sus heces para comprobar si hay o no presencia de sangre. “Este sistema se está aplicando en el hospital Pablo Arturo Suárez y hasta el momento unas 10.000 personas se realizaron este examen. De estas, 150 presentaron lesiones de cáncer incipientes que fueron operadas. De esta manera, estamos salvando 150 vidas, ¿se imagina?”.
Las investigaciones científicas que se desarrollan a escala mundial son de suma utilidad para combatir esta dolencia. Hoy se conoce que aunque el cáncer de 2 personas tenga el mismo aspecto bajo el microscopio, pueden ser muy distintos desde el punto de vista molecular. Este nuevo enfoque hace que se afronte como una enfermedad que depende de unos errores genéticos más que una dolencia asociada a un órgano.
De esta manera, se podría aprovechar un fármaco empleado contra una mutación que afecta al cáncer de mama para tratar un cáncer gástrico en el que también se encuentre ese mismo cambio genético.
Según una publicación del diario español El País, la secuenciación del genoma del cáncer demostró que cada tipo de tumor es tan diferente de otro a nivel genético y molecular que parecen enfermedades distintas. Esa heterogeneidad también se da dentro de cada paciente; una célula de un tumor puede ser muy distinta a la de al lado y toda esta variabilidad genética puede explicar por qué unas personas (y células) responden a los tratamientos oncológicos y otras no.
Al referirse a este aspecto, el genetista César Paz y Miño indica que todas las personas responden de manera diferente a las sustancias químicas.
Paz y Miño manifiesta que, por experiencia médica, se ha constatado que cada persona metaboliza de diversas maneras las sustancias. Así, por ejemplo, hay personas que degradan tan rápido que se podría decir que necesitan más fármacos para que cumplan su función dentro del organismo.
En el otro extremo estarían los individuos que con una sola dosis metabolizan tan lentamente que pueden intoxicarse, pero la mayoría de personas son metabolizadores intermedios. Según el genetista, en Ecuador, las personas tienen una mayor predisposición al cáncer de piel, en particular en la zona andina. “Muchos de los riesgos a desarrollar cáncer tienen que ver con la ubicación geográfica y con el grupo étnico al que pertenecen”.
Hoy en día, de hecho, no hay una cura mágica para todas las formas de cáncer, pero existe la oportunidad y la obligación de proteger a la población para reducir la mortalidad. (I)
DATOS
Más del 60% de los nuevos casos de cáncer en el mundo tienen lugar en África, Asia, Sudamérica y Centroamérica.
Se estima que 11,5 millones de personas fallezcan por cáncer para 2030, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los tipos de cáncer que ocasionan mayor número de defunciones anuales en el mundo son de pulmón, le siguen los de estómago, hígado, colon, mama, cervicouterino y de próstata. (I)
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El reto es impulsar la medicina de precisión
Los científicos lo llaman medicina de precisión y podría revolucionar los tratamientos existentes para combatir esta enfermedad, porque es posible identificar el tratamiento más adecuado para cada paciente, de acuerdo a la clasificación molecular que la enfermedad tiene.
De este modo, es posible reducir los efectos adversos que pueden impactar la calidad de vida de las personas. La medicina de precisión como tratamiento es un método empleado en enfermedades como el cáncer de seno y de pulmón. Igualmente, es importante resaltar que estos avances pueden beneficiar a pacientes con cáncer de hígado, colon y estómago, entre otros.
Además, contrariamente a los tratamientos de quimioterapia y a la radioterapia, la medicina específica o de precisión permite preservar las células sanas, lo que ya representa un importante avance para la medicina. (I)