Los recicladores quieren 'limpiar' el planeta
Su voz ronca retumba en una de las salas de la Casa de la Cultura, sede del Hábitat III; allí, frente a un público variopinto, la ecuatoriana Juana Iza, integrante de la Red Nacional de Recicladores del Ecuador, empieza su intervención con una frase: “Nosotros limpiamos el mundo con estas manos”. Las manos de Juana están curtidas por el sol y siempre estuvieron en contacto con todo tipo de desechos. Empezó a los 9, antes de aprender a leer, y hoy tiene 46 años. “Los recicladores somos los primeros en meter las manos a la basura y no nos importa; es nuestra manera de ganarnos el pan”. Esta mujer dice que Quito produce más de 2 mil toneladas diarias de basura y de estas el 24% es reutilizable.
Está convencida de que los recicladores pueden recuperar todo este material, pero este se entierra y se incinera”.
Ella, al igual que sus compañeros de oficio, tiene asignados los sectores donde puede recolectar la basura; el suyo está situado en los alrededores de la Universidad Central del Ecuador, en el norte de la capital.
Por la recolección de la basura, Juana gana entre $ 180 y $ 220 mensuales, dinero que no le alcanza para cubrir los gastos familiares. “En la recolección trabajamos más mujeres que hombres. Le cuento que el 70% de los integrantes de la Red Nacional de Recicladores del Ecuador son mujeres y no todas estamos afiliadas al Seguro”.
El trabajo en el reciclaje es fundamental como medio de sustento de los hogares de los recicladores, quienes tienen pocas alternativas, o quizás ninguna, de empleo o fuente de ingresos. Aunque su trabajo es un aporte al país, los recicladores de oficio enfrentan inestabilidad económica, mayor competencia por los materiales, entre otras dificultades propias de su labor. Esta situación es muy parecida en Colombia, como lo dio a conocer Nora Padilla de la Asociación de Recicladores del vecino país.
Padilla, una de las expositoras de Hábitat III, indicó que los recicladores han demostrado por varias décadas que sí aplican la teoría del desarrollo sostenible. “Por eso estamos aquí, en el Hábitat III”.
En Bogotá se producen aproximadamente 6.500 toneladas de residuos sólidos diariamente, de los cuales alrededor del 70% es de carácter aprovechable, es decir, con potencial de reciclaje, reuso y otros tipos de aprovechamiento.
La historia de Padilla es un ejemplo de tenacidad. Desde pequeña escarbaba en las bolsas de basura en esquinas y puertas de los residentes de barrios de Bogotá como el Calvo Sur, Ciudad Berna y Nariño Sur.
Nora, una mujer dicharachera, conoce —quizás como pocos— programas de reciclaje eficientes gracias a sus viajes a Chile, EE.UU., Argentina y Uruguay, entre otros países.
Incluso da lecciones a los expertos y a quienes están aprendiendo sobre el tema.
“La sociedad tiene que reconocer el papel de los recicladores”. Según explica, los intermediarios no son enemigos de los recicladores. “La intermediación es necesaria y es parte de la cadena de valor. Somos complementarios”.
Según aseguró durante su charla, el valor del papel reciclado lo “ponen 4 empresas multinacionales que adquieren el papel en América Latina. Como es una actividad monopólica los precios son bajos”.
De acuerdo con los recicladores que participaron en este encuentro mundial, aún se mira a la recolección como un negocio y no como un servicio.
Juana Iza, al igual que Nora Padilla, concuerdan en que todavía no se realiza un trabajo técnico.
Lo único que se hace es recoger los desechos y enterrarlos en un relleno o incinerarlos.
Es evidente que se requiere un manejo integral de los componentes del servicio y esto implica la separación de los residuos en las casas o en la fuente.
“La ciudadanía nos ayudaría bastante si hiciera esta separación desde los hogares, pero falta mucho para eso”, dice Juana con escepticismo.
La sociedad, en realidad, solo tiene que hacer el esfuerzo de tomar las bolsas plásticas que le entregan en los supermercados o en otros puntos de venta y poner en un recipiente los residuos orgánicos y en otro lo que puede ser reciclable.
Para Nora Padilla, esta práctica ayudaría al mundo y no solo a los recicladores, pero se necesita que la ciudadanía tome mayor conciencia. (I)
Punto de vista
Ernesto de la Torre, Investigador y catedrático ,Escuela Politécnica Nacional
"En nuestro país ya se reciclan algunos metales"
Es evidente que el reciclaje de materiales, como los metales permite reducir el consumo de recursos naturales, como el aluminio, el cobre y el hierro. Al realizar este trabajo, se reduce el impacto ambiental, porque cuando se recicla se evita su extracción. Si todos estos materiales fueran reciclados por completo en nuestro país, no necesitaríamos extraerlos de la tierra. Eso quiere decir que no necesitaríamos explotar más recursos que no son renovables, que en algún momento se van a agotar. En el país, hay varias empresas que en este momento sí están reciclando el cobre, uno de los metales más importantes, utilizado, sobre todo, en las conexiones eléctricas.
También hay empresas ecuatorianas que reciclan el hierro, el plomo y el aluminio. Eso ya significa un gran avance. De hecho, el cobre, como mencioné antes, también puede ser empleado para producir llaves de agua. Es indudable que el trabajo que efectúan los recicladores es sumamente importante, porque al reciclar no solo ayuda al mundo, sino que obtienen ingresos para sus familias. Ellos sí limpian al mundo con sus manos. (I)