Llueve o sale el sol: ¿por qué es difícil pronosticar el clima?
Su carácter probabilístico hace que el pronóstico del tiempo sea una de las tareas más complejas; un oficio donde la posibilidad de errar siempre será mayor que la de acertar.
De todas formas, con las herramientas tecnológicas adecuadas es posible efectuar predicciones bastante confiables.
En general, todo dependerá de situaciones atmosféricas concretas. Por ejemplo, hay regiones complejas de pronosticar por la presencia de relieves que distorsionan la circulación de los vientos y que, además, elevan el contenido de humedad del aire de superficie.
Gracias a la informática y a las ciencias meteorológicas, hoy es posible analizar diferentes ecuaciones matemáticas y físicas que permiten conocer el tiempo que hará en diferentes lugares del mundo.
Estos sistemas que supusieron una revolución no podrán sustituir la labor del meteorólogo que interpreta los mapas obtenidos a través de los diferentes modelos de predicción meteorológica.
Aunque hay diferentes herramientas para realizar los pronósticos, los meteorólogos todavía tienen limitaciones al realizar sus predicciones
Así como hay herramientas para la predicción meteorológica, también hay un sinnúmero de portales web que ofrecen información para cualquier lugar del mundo durante los próximos 15 días, y en algunos casos, hasta 21.
Según Juan Palacios, director del Centro de Pronósticos del Inamhi, los cambios de la atmósfera se producen en la zona tropical donde está el país.
En algunos casos, pueden ser rápidos y bruscos, y en otros, menos intensos, lo que da lugar a torrenciales lluvias y, de igual manera, a la ausencia de estas. Palacios advierte que lo ideal es realizar los pronósticos de 24 a 72 horas porque en este lapso es factible detectar el comportamiento de presión, temperatura, humedad y de circulación de los vientos.
Cuando hablamos de Quito, el especialista explica que los factores geográficos y orográficos hacen que, en ocasiones, solo llueva en un sector.
Es así que la zona del sur es más húmeda y la del norte más seca. Si establecemos una comparación con países como Estados Unidos, la dinámica de la atmósfera es, por demás, distinta. Este país, a diferencia de Ecuador, está situado en una zona templada y eso asegura que las estaciones estén bien definidas, lo que permite realizar pronósticos más acertados.
Mientras tanto, en la zona tropical, al estar localizada en un área de alta absorción y emisión de energía, por la posición en que se encuentra respecto al Sol, se produce otra dinámica en los sistemas atmosféricos.
Bajo estas condiciones, en Ecuador siempre será complejo predecir el clima y Palacios se refiere a la percepción de la gente sobre la efectividad del Inamhi. “Algunas personas dicen: si el Inamhi anuncia que mañana será un día soleado, de ley hay que salir con paraguas”.
Por eso considera necesario fomentar una cultura meteorológica y para ello —dice— es necesario el apoyo de los medios de comunicación.
“El Inamhi cuenta con un Centro Meteorológico Nacional, capaz de realizar importantes pronósticos climáticos. Es necesario tomar conciencia de que la información meteorológica es valiosa porque ayuda a prevenir eventos extremos”.
Desde hace 2 años, el Inamhi dispone de un sistema de alertas y avisos inmediatos que, además, son transmitidos a la Secretaría de Gestión de Riesgos. Fue durante todo el período lluvioso que atravesó la zona costera del país que estas alertas se emitieron de forma continua y ágil.
Pablo Llerena, especialista de pronósticos y alertas hidrometeorológicas del Inamhi, reitera que la posición geográfica en la que se encuentra Ecuador, una parte en el hemisferio norte y otra en el sur, hace que el pronóstico se complique.
En ocasiones influye más el sistema atmosférico del hemisferio norte, como ocurrió en esta temporada invernal.
Por otro lado, según precisa, se registró una mayor afectación en la zona de convergencia intertropical, situada este momento en el hemisferio norte, que por circulación de viento se trasladó hacia Ecuador.
A este factor se añade el sistema de perturbaciones de la Amazonía o de la Cuenca Amazónica que ingresa desde el este, en especial, desde el hemisferio sur hacia el país.
Las predicciones a corto plazo son más acertadas
El especialista indica que los pronósticos más cercanos son los más precisos, mientras que los que están más lejanos en el tiempo pueden presentar errores. Por ejemplo, los pronósticos para 3 días son mucho más confiables que los que abarcan 7 o más días.
Por lo tanto, en una predicción que se proyecta a un futuro más lejano podría presentarse un fenómeno como el brillo solar, que no fue inicialmente contemplado.
Hoy en día existen factores que permiten realizar un pronóstico fiable, como una sólida base de datos inicial (línea de base). Si estos no están bien tomados, entonces el pronóstico tiene un margen de error inicial. Ello indica que el modelo está contaminado desde su inicio.
Otro de los aspectos que inciden en el tiempo son los microclimas (un conjunto de afecciones atmosféricas que caracterizan un contorno o ámbito reducido). Por esta razón es fundamental evaluar los factores climáticos de todas estos microclimas (urbanizaciones, distritos) para identificar así los valores más precisos de una localidad más extensa, como es el caso de una ciudad.
En algunos países se efectúan pronósticos para cada 500 metros de distancia y otros para cada 50 kilómetros.
Esto revela que la evolución de la ciencia meteorológica ha sido significativa, lo que ha permitido mejorar la confiabilidad y cobertura temporal de esas predicciones.
Cada vez surgen mapas más elaborados y precisos para realizar pronósticos de hasta 10 días, un plazo que, de hecho, no siempre permite predicciones tan fiables porque a medida que nos distanciamos del día en que se emitieron hay menos probabilidad de acierto.
En el área meteorológica también están las llamadas predicciones estacionales, pero no proporcionan más que tendencias para 2 variables para los 3 o 4 meses siguientes.
Los pronósticos, en ese caso, solo anticipan si los días serán más o menos lluviosos y de temperaturas más o menos altas o estarán dentro de lo que se concibe como estadísticamente normal.
En este sentido hay que indicar que quizá no sean unas predicciones especialmente prácticas para el ciudadano medio, pero al menos son orientativas.
Supercomputadoras permitirán realizar mejores predicciones
Para los científicos, uno de los mayores desafíos es construir modelos más eficientes que permitan predecir el tiempo a 20 días o más.
Una de las preguntas más recurrentes es: ¿será posible contar con supercomputadoras con gran potencia y rapidez? En Inglaterra, por ejemplo, la agencia meteorológica británica Met Office anunció que recibirá del Gobierno una financiación millonaria para construir una supercomputadora que mejore, de manera significativa, la previsión meteorológica.
Esta computadora permitirá que la previsión se actualice cada hora, lo que ofrecerá muchos más detalles para áreas geográficas concretas y ayudará a contrarrestar eventos meteorológicos destructivos como inundaciones, fuertes nevadas, vientos o nieblas.
Una vez que la supercomputadora inicie su trabajo, Inglaterra espera que sus predicciones reporten beneficios socioeconómicos valorados en 2 mil millones de libras.
En Australia también funciona una computadora potente que será de gran ayuda para los científicos del clima, quienes necesitan realizar cálculos con grandes cantidades de datos para hacer previsiones y advertir sobre condiciones de tiempo.
Esta máquina está diseñada para realizar complejas simulaciones y modelos de forma más rápida que otras.
¿Las inquietudes más frecuentes sobre el clima?
Cada vez que nos referimos al tiempo hay que plantearse una pregunta simple, pero necesaria. Por ejemplo, ¿qué nos dicen los expertos cuando afirman que la probabilidad de lluvia mañana será del 50%?
Si consideramos varios días en los que anuncien tal probabilidad de lluvia, aproximadamente en la mitad de ellos, lo más probable es que llueva.
Otra inquietud recurrente es: ¿con este pronóstico tengo entonces que llevar un paraguas? La respuesta siempre será afirmativa. Pero siempre hay más inquietudes. ¿Cómo calculan los expertos el 50%?
Para responder esta inquietud de forma un poco más elaborada tenemos que entender cómo se hace la predicción meteorológica.
En todos los centros de predicción, los especialistas manejan ecuaciones matemáticas que rigen la meteorología: las ecuaciones de la dinámica de fluidos (que también gobiernan los flujos de aire alrededor de una Fórmula 1 o de las alas de los aviones) y de la termodinámica.
Los meteorólogos también pueden desarrollar simulaciones numéricas para ofrecer un pronóstico del tiempo bastante aproximado. Por otro lado, para efectuar una suelen dividir la Tierra o una zona amplia de ella en celdas pequeñas.
Además, según la revista Tecnoexplora, también se aplican las ecuaciones para ver cómo evolucionarán dichas condiciones en función de los datos iniciales medidos en las celdas cercanas y empleando las ecuaciones antes mencionadas.
Aunque se realizan estos cálculos, hay probabilidades de fallar porque estas ecuaciones son muy sensibles a los datos iniciales que se introducen.
Una mínima variación en estos datos puede llegar a dar predicciones totalmente opuestas para una zona determinada.
¿Por qué es tan importante contar con datos certeros?
Edward Lorenz, profesor de meteorología del Instituto de Tecnología de Massachusetts, considera que la navegación marítima, el tráfico aéreo, la agricultura y muchas actividades de gran importancia económica en las sociedades modernas dependen de la confianza que se pueda tener en los reportes del clima.
La meteorología tiene tanta importancia que genera presiones intensas para que los meteorólogos hagan bien su trabajo, según su libro The Essence of Chaos, cuenta Lorenz.
Aunque hay diferentes herramientas para realizar los pronósticos, los meteorólogos todavía realizan predicciones limitadas. Se habla, entonces, del horizonte de predictibilidad de algún fenómeno o modelo. Un sistema azaroso, como es el clima, tiene un horizonte nulo de predictibilidad.
Desde el campo de la física, los sistemas caóticos tienen horizontes de magnitudes que dependen de parámetros intrínsecos del fenómeno o modelo, y de la escala temporal de los mismos. Por ejemplo, el sistema solar es inestable y caótico, pero el que un planeta de repente se fugue de su órbita y se pierda en el universo es perfectamente factible.
Como señala la revista de cultura científica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el caso de la meteorología se calcula que el horizonte de predictibilidad es de 4 a 7 días, y esto no depende de los métodos y computadoras empleados en hacer las cuentas.
Durante algún tiempo se pensó que con el desarrollo de los satélites, sumado al progreso innegable de computadoras cada vez más poderosas, se podría extender ilimitadamente el horizonte de predictibilidad climática. Esta —según Lorenz— es otra ilusión perdida. “Podemos predecir el clima con precisión, siempre y cuando no ocurran cosas inesperadas”. Si bien este campo avanzó, todavía no es posible ofrecer información totalmente confiable y precisa.
Datos
- Los aciertos en los pronósticos oscilan entre el 80% y el 90% a escala mundial, sobre todo cuando aluden a un plazo de apenas 24 horas, pero se reducen al 70% cuando se extienden a 3 o 4 días y al 40% cuando se amplía más la perspectiva.
- Los pronósticos del tiempo se ocupan de develar los caprichos del ambiente, que no son siempre previsibles. Se dice que la atmósfera es caótica, entonces es difícil saber lo que va a ocurrir. (I)