Cecilia Holguín fue mamá en abril de 2016. Cuando su hijo tuvo 3 meses regresó a su puesto de trabajo y para atender a su bebé contó con apoyo familiar y el de una niñera.

Sin embargo, no le fue posible dedicarse por completo a sus dos roles: “ni ser mamá, ni profesional y eso me tenía mal”. Luego de un mes de reflexión renunció al cargo de Directora de Desarrollo que había desempeñado durante 2 años en una institución pública de la capital.

Holguín asegura que contaba con todos los beneficios de ley en su calidad de madre, pero decidió cambiar su vida. “Comencé a investigar qué podía hacer y me encontré con una gran cantidad de mamás en la misma situación, les había tocado renunciar o deslindarse de su experiencia profesional”, indica la mujer, de 31 años.

En su exploración descubrió que existen bolsas de trabajo flexible en EE.UU., México e Inglaterra que podían ser aplicadas por mujeres y mamás.

Para saber si podía realizar algo similar en el país hizo una investigación de mercado y de consumidores en octubre del año pasado. Los resultados fueron favorables.

De una muestra efectuada a 300 mamás y 20 empresas se determinó que el 82% de las madres profesionales buscan formar parte de organizaciones que tengan políticas de trabajo flexibles.

Con esa realidad nació Lila Working Moms, una bolsa de trabajo hecha por mamás para mamás, que tienen la idea de generar un balance entre la vida profesional y laboral.

En noviembre crearon su página de Facebook, que tuvo una acogida mucho mayor a la que esperaban. Hasta ahora la cuenta tiene a más de 1.500 madres registradas, interesadas en obtener una plaza de trabajo bajo una modalidad de empleo flexible.

Esto se enmarca en el teletrabajo, vigente en el país desde agosto del año pasado con el Acuerdo Ministerial MDT-2016-190.

La norma emitida por el Ministerio del ramo lo define como una forma de prestación de servicios de carácter no presencial, en donde las tecnologías de la información y comunicación (TIC) sirven tanto para la gestión del teletrabajador como para el control del empleador.

El documento también señala que los beneficiarios gozan de los mismos derechos y obligaciones que aquellos trabajadores de planta.

Este entorno favoreció a Lila que la encabezan 3 socias. A más de Holguín que se encarga de la parte administrativa está Rafaela Mera que gestiona la parte de Recursos Humanos e Isabel Jácome.

Holguín señala que por un lado Lila da asesoría y consultoría a empresas que les interesa aplicar el modelo de trabajo flexible y por otra parte escogen a la candidata para un cargo laboral. Para ello reciben las hojas de vida de las madres, las entrevistan, las preseleccionan y finalmente pasan al cliente (compañía) que es quien las contrata.

Hasta ahora cuentan con 30 empresas registradas para dar empleo, la mayoría son Pymes que ofrecen vacantes para áreas de marketing, asistente de ventas, asistente de gerencia, diseño gráfico, facturación, entre otros.

Desde que publicaron las primeras vacantes en enero, han logrado concertar el trabajo de una madre. Se trata de Mariela Echeverría, quien labora en un broker de seguros.

Además hay otras aspirantes de las que las empresas están interesadas. Aunque es una compañía que está empezando a surgir, Holguín se muestra optimista por la respuesta que han recibido de parte de las progenitoras.

“El flujo financiero cuenta con una inversión inicial que por ahora no tiene utilidad pero a partir del tercer año va a tener una ganancia. El sueldo no es el mismo al que tenía antes, pero me ayuda con las necesidades de la casa y como persona”, asegura la joven.

Considera que es la mejor elección que hizo porque es indispensable que las madres estén junto a sus hijos durante su crecimiento como aporte al desarrollo social y cultural. “Si no tomaba la decisión no se daba el emprendimiento que quería sacarlo hace mucho tiempo”.

Sus horas de labores comienzan cuando su hijo duerme en la mañana y tarde. Añade que el apoyo de su esposo y familia es imprescindible, pues debe asistir a reuniones importantes en donde no puede llevar a su hijo y se queda con algún pariente.

“Sí se puede hacer las dos cosas a la vez, hay un tema de organización, de compromiso, de apoyo de la familia y de apoyarse en las herramientas tecnológicas, como el celular y skype”, señala.

Su socia, Mera, sostiene que una madre se vuelve más productiva luego de tener hijos. Ella se involucró en el emprendimiento luego de que renunciara a la empresa en donde laboró por 8 años.

“Cumplía una jornada completa, llegaba a casa muy tarde, y mamá que era la persona que se quedaba con mi hija me decía que la niña no le hacía caso y yo quería pasar más tiempo con ella pero la sentía distanciada”.

Ahora Mera, de 34 años, dice que le ofrece a su hija y a su familia tiempo de calidad.

La madre de familia cuenta que tiene lugar para cocinar, jugar con la pequeña de 2 años y paralelamente trabajar desde casa, con ayuda de su progenitora que también la cuida durante dos horas por la tarde.

“Alejarme de mi trabajo fue una decisión difícil, me gustaba muchísimo, conocía al revés y al derecho lo que hacía, pero esta misma satisfacción que tengo con mi hija no lo cambio por nada”, destaca. (I)

DATOS

De acuerdo a datos del INEC 1’069.988 de mujeres son jefas de hogar.

Dentro del mercado laboral, la población femenina se incrementó dentro de la Población Económicamente Activa (PEA) en un 80% entre 2001 y 2010.

Hasta 2020 la población femenina se incrementará en un 9,36% mientras la de los hombres lo hará en 9,14%.

En el país, el 42% de las madres está casada y 2 de cada 10 usan un teléfono inteligente.