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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La fragata: la Prairial combate el narcotráfico y la pesca ilegal en el océano Pacífico

La fragata: la Prairial combate el narcotráfico y la pesca ilegal en el océano Pacífico
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La lucha contra el narcotráfico y la pesca ilegal son las principales misiones de la fragata La Prairial de la Armada francesa, que visitó Guayaquil entre el 24 y 29 de octubre.

La nave tiene una eslora (longitud) de 93,50 metros y una manga (anchura) 14 metros. La Prairial, con una tripulación de 100 personas, es parte de una flota de 6 fragatas de Francia.

Según el capitán de fragata Christophe Le Coz, comandante del buque, La Prairial alcanza una velocidad de 20 nudos y posee un helicóptero Alouette III, el cual permite extender considerablemente su perímetro de acción.

La aeronave ligera, dotada de visión panorámica en cabina y un radar de acercamiento Racal- Decca, en los últimos 5 años ha permitido la captura de narcotraficantes en altamar y la interceptación de 4 barcos con drogas, principalmente clorhidrato de cocaína.

El último hallazgo de narcos en el océano Pacífico se registró en febrero último cuando interceptaron un barco pesquero de bandera panameña con 700 kilos de cocaína y una tripulación  compuesta por colombianos y panameños.

El subcomandante de la nave, Jacques de Maisonneuve, quien cumple también las funciones de traductor, explicó que cuando se producen los avistamientos de barcos sospechosos de llevar droga, el mando de La Prairial entrega la información, previo a una coordinación con las autoridades del país soberano de ese espacio marítimo. “En este caso no podemos hacer nada. Quienes actúan son ellos”.

Largos periplos

La fragata tiene su base en la ciudad de Papeete, Tahití, en la Polinesia Francesa. La ubicación geográfica le permite al barco de guerra francés realizar periplos a lo largo de las costas de Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Estos desplazamientos pueden  durar entre 3 y 4 meses. La nave tiene una autonomía de navegación de 3 semanas.

La lucha contra la pesca ilegal es similar al combate contra los narcos. En las 200 millas de mar territorial en la Polinesia Francesa, la actuación de La Prairial es total, pero en aguas internacionales, la coordinación con los países de América del Sur es permanente, “siempre tomando en cuenta los acuerdos firmados”.

Además, el barco de guerra  cumple tareas de protección al tráfico comercial y de búsqueda y rescate ante una emergencia.

El comandante Le Coz explicó que La Prairial era un nombre del calendario republicano francés durante la revolución. Los meses tomaron el nombre de las estaciones climáticas. “Quería decir el mes de la primavera, lo cual, particularmente es una expresión privilegiada para nosotros”.

El Subcomandante de La Prairial también resalta los encuentros diplomáticos con las autoridades de Relaciones Exteriores de los países que visitan.

El contacto con la población local y la prensa en cada puerto en el que atracan es importante en sus recorridos. “Las actividades de vigilancia permiten también el tráfico comercial”.

En este último viaje, el buque de guerra recibió la visita de 420 personas.

Autodefensa

La Prairial, como toda nave construida para la guerra, posee un sistema de armas y de medios de autodefensa, capaces de destruir elementos navales y aéreos, así como de oponerse a ciertas amenazas convencionales. Para Le Coz, “la nave posee un cañón de 100 milímetros en la proa y 4 subametralladoras en los costados para la autodefensa, pero no ha habido necesidad de usarlos”.

Para las tareas de interceptación de embarcaciones sospechosas, el barco francés posee 2 botes que alcanzan una velocidad de 45 nudos, lo cual hace prácticamente imposible la fuga de los objetivos.

Las actividades de los tripulantes de la fragata francesa, entre ellos 7 mujeres, comienzan a las 07:30.

Las tareas ejecutadas tienen que ver con ejercicios de defensa y seguridad de la embarcación. Hasta las 17:30, “realizamos ejercicios de seguridad contra incendios y manejo de las armas de defensa de la nave”, indicó el oficial.

Luego —agrega— la tripulación vuelve al descanso hasta el día siguiente, mientras los responsables de la navegación continúan con sus tareas.

“Todos los días es el mismo ritmo, aunque podemos tener uno libre”.

La Prairial cumple este tipo de periplos una o 2 veces al año. El capitán de corbeta de la Armada ecuatoriana, Mario Bonilla Sánchez, ratificó que las tareas de la nave francesa son de vigilancia.

“Aproximadamente seis meses del año pasan en control, porque el mar territorial alrededor de la Polinesia Francesa es cinco veces mayor al mar territorial del Ecuador”.

Visitas protocolarias

La última visita de La Prairial a Guayaquil fue en 2013 y cumplió exactamente el mismo itinerario. Bonilla comentó que “ellos (los marinos de Francia) deben cumplir con una serie de compromisos diplomáticos y navales que no les permite conocer mucho”.

El lunes 24 de octubre arribaron a Guayaquil y el martes 25, a partir de las 10:00, presentaron sus saludos protocolarios al contralmirante Freddy García Calle, comandante de Operaciones Navales. Después recibieron visitas a bordo de la unidad el 26, 27 y 28, en horarios de 09:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00.

Para el Subcomandante de la fragata gala, visitar Guayaquil es un sueño que todo marinero de la Armada francesa quiere realizar. “Aunque las islas Galápagos, en los últimos años, también forman parte de esa ilusión”.

El capitán Bonilla va más allá y mencionó que “para nuestra Armada, la presencia de La Prairial en el archipiélago de Galápagos sería importante porque ayudaría a detectar a narcos y pescadores ilegales”.

La autoridad añadió que “ellos poseen un radar satelital que les permite ubicar los objetivos con una exactitud asombrosa y efectiva”.

El trabajo de La Prairial terminó el 29 de octubre con los ejercicios marítimos, en los cuales participaron una lancha misilera (corbeta) y un buque logístico. Estas tareas o entrenamientos consisten en formaciones tácticas, comunicaciones, acercamientos y abordajes con los botes y helicópteros de las naves referidas.

Al final, lo que busca la nave  es poner en práctica el lema universal de la revolución francesa: “Libertad, igualdad y fraternidad”, el cual, para el capitán Le Coz, está ligado a cualquiera de sus actividades. (I)

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