Turismo
La feria de Quisapincha es la más antigua de Tungurahua
Ambato.-
Adelantándose a la salida del sol y pese a las violentas ráfagas de viento helado que golpean su rostro y manos descubiertos, Marta Freire monta su local de venta ambulante, en la mitad de una enorme plaza.
Chaquetas, gorras, pantalones, billeteras, carteras, calzado y un centenar de artesanías pequeñas se exhiben sobre una gran mesa instalada bajo una carpa. Marta no está sola.
Cuando el reloj marca las 06:30 una joven de 16 años y de manos ágiles, coloca pequeños adhesivos en cada producto en los que se exhibe su precio. Mientras esto ocurre, su madre, de 57 años, hace una breve oración en voz alta con la cual ruega al Creador les envíe muchos compradores y las cuide.
“Al que madruga Dios le ayuda” y “A Dios rogando y con el mazo dando”, son refranes que esta comerciante siempre repite a fin de inculcar en su hija el hábito de trabajar duro y desde muy temprano, para conseguir los recursos necesarios y así tener una vida digna.
A 5 minutos de las 07:00, al fin el local está montado y mientras ambas mujeres descansan y beben café caliente para mitigar el frío, ven llegar de a poco a los compradores, lo que es interpretado como una respuesta a sus plegarias.
Escenas como esta se repiten cada sábado, domingo y días festivos en la parroquia Quisapincha, ubicada al sureste de Ambato. En estos días infaliblemente se realiza allí la feria más antigua de Tungurahua.
Cerca de 200 comerciantes, entre propietarios de almacenes y locales ambulantes, expenden artículos de cuero —producto insigne del sector—, calzado, prendas de vestir, así como verduras, hortalizas, tubérculos y frutas. Pese a la fama del lugar, los mercaderes hacen grandes esfuerzos por promocionar la feria, pues la devaluación de las monedas de naciones vecinas afecta la producción local desde hace varios meses.
Francisco Poveda, propietario de un local de prendas de piel, dice que “si bien Quisapincha forma parte de las rutas turísticas de Ambato y Tungurahua, es importante posicionar nuestra producción a escala nacional, pues la depreciación del peso colombiano y el sol peruano provocó desde enero una masiva fuga de clientes”.
Además de los encantos naturales de esta población, entre ellos espectaculares miradores, bosque primario y senderos ecológicos, la feria representa un atractivo más por el colorido y manifestaciones artísticas que allí se desarrollan.
La mayoría de locales ambulantes de venta de ropa, calzado y artesanías de piel son instalados cada sábado desde las 06:00. Los puestos de expendio de verduras, en cambio, inician la jornada a las 09:00.
Su historia
Quisapincha fue fundada como parroquia eclesiástica en 1653 y en mayo de 1861, fue elevada a la categoría de parroquia civil. Esto la convierte en el asentamiento más antiguo de Tungurahua y por ende en sede del evento comercial más tradicional de la provincia y región.
Vicente Ruales, octogenario habitante y cronista de Quisapincha, destaca que “la mayoría de comerciantes que allí laboran han heredado esta ocupación de sus abuelos y padres. De hecho, los ambateños somos conocidos en el país por la habilidad de comerciar de los quisapinchanos, quienes en décadas pasadas salían a ofertar diferentes mercancías en la capital y cantones del Litoral”.
Pese a que los almacenes que están al ingreso de la localidad son contados como parte de la feria, son los negocios ambulantes de la plaza los que cada fin de semana reciben la mayor parte de visitantes.
Esto porque la pluralidad de artesanías, prendas de vestir y calzado que allí se expenden añade a la plazoleta diferentes tonalidades, olores irrepetibles y sonidos inconfundibles.
Ana Mera, una de las dirigentes de la feria, resalta que “con la iglesia de fondo, los mercaderes dividen la plaza en 3 secciones: ropa, artesanías y comestibles, donde laboran cerca de 100 personas. Por tal razón la tonalidad verde de las verduras y hortalizas contrasta con el marrón de las prendas de vestir; todo esto aromatizado por el intenso olor de incienso quemado a la puerta del templo”.
Cada sábado y domingo, el evento comercial atrae a cerca de 600 personas, por lo que además allí se desarrollan con frecuencia presentaciones musicales, dancísticas y teatrales.
Luis Peralvo, comerciante, manifiesta que “la Junta Parroquial organiza cada mes conciertos con artistas locales y danzas ancestrales, a fin de añadir una razón más para visitar la parroquia más antigua de la provincia”.
Agrega que cerca de allí está el Parque de la Familia, donde se realizan programaciones culturales y artísticas cada mes”. (I)
DATOS
La palabra Quisapincha procede de los vocablos kichwas quimsa, que significa ‘3’, y punlla, que quiere decir ‘día’.
La parroquia fue nombrada así porque tres días era el tiempo que se demoraban en llegar desde la capital hasta el lugar, y viceversa, hace tres siglos.
Está ubicada a 3 mil metros sobre el nivel del mar, tiene un clima templado y el 70% de su población vive de la industria del cuero. (I)